Ecuador pide soluciones globales al problema de la migración venezolana de cara a la cumbre de donantes prevista para este martes, 26 de mayo, aunque reconoce que lo más urgente en este momento es brindar ayuda para la «subsistencia» de miles de ellos que han quedado sin sustento.
«Lo primero e inmediato es la necesidad de subsistencia, proyectos para apoyar a estas personas, que muchas de ellas estaban en la economía informal, algunas incluso en la formal», dijo el ministro de Relaciones Exteriores, José Valencia, al elaborar sobre las expectativas de Ecuador de un encuentro en el que participarán 60 países.
Ayuda a migrantes y a receptores
En una entrevista con Efe, el ministro habló sobre los que cree son los cuatro objetivos que deben guiar a los participantes en la cumbre convocada por la UE y España, con el apoyo de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
A juicio de Valencia, se debe analizar el problema teniendo en cuenta las dificultades de los propios migrantes pero, también, las de los países de acogida, en particular, a raíz de las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
«La pérdida de empleo en el país es marcada -150.000- y necesitamos atender ese tema humanitario de urgencia», destacó el canciller.
Y pidió asimismo «cubrir tanto a los propios migrantes como a las comunidades en aquellos puntos del país donde han llegado mayores números de venezolanos».
«Debe haber una acción comprensiva a través de los programas del Gobierno ecuatoriano, ayudando a financiar esos programas de tal manera que la atención sea global, y que no se cree algún tipo de fricciones», precisó.
180 millones de dólares al año
Estos últimos años Ecuador ha acogido a más de 400.000 migrantes, a decir del canciller, lo que supone una carga presupuestaria difícil de sobrellevar, particularmente en las condiciones actuales de crisis.
Por ello, consideró, también es necesario «tratar el tema de la reactivación productiva de Ecuador, y de esas comunidades específicamente», porque con el déficit que arrastra su Gobierno la carga es insostenible.
«La plataforma de las Naciones Unidas para migrantes calculó que para el trienio 2019-2021 se prevé un gasto fiscal en Ecuador de alrededor de 550 millones de dólares, unos 180 millones al año».
Se trata de partidas presupuestarias destinadas por ejemplo a la escolarización de más de 40.000 niños venezolanos o las más de 509.000 atenciones médicas brindadas a migrantes, que entre las dos sumaron 82 millones de dólares en 2019.
«Es una importante carga para Ecuador, que este rato está sufriendo una escasez marcada debido a la drástica reducción de los ingresos fiscales por la desaceleración económica que ha provocado el coronavirus».
En ese sentido, Valencia destacó la necesidad también de ofrecer «apoyo al Estado ecuatoriano en los esfuerzos que hace -y que ya venía haciendo desde antes-, pero que ahora tiene una especial significación para la atención a la comunidad venezolana entre nosotros».
La integración, en peligro
Las finanzas ecuatorianas, que venían arrastrando un severo déficit dejado por el anterior Gobierno -más de 60.000 millones de dólares-, se han desplomado estos dos últimos meses debido a la parálisis del mercado y la caída del precio del petróleo, su principal fuente de divisas.
El Gobierno y organismos internacionales prevén una caída del PIB este año de entre 6 y 8 puntos porcentuales, con el impacto que ello representa para el mercado de trabajo y la economía en general.
«Todo eso hace que nos preocupemos no solo por la regularización de los venezolanos, sino por su integración dentro de la sociedad, sobre cómo van a funcionar en un país donde se da una severa crisis económica», abundó el ministro.
Otro efecto del aislamiento ha sido la suspensión temporal del proceso de regularización iniciado en agosto de 2019, que continuará cuando las circunstancias lo permitan.
«En este momento, más de 172.000 venezolanos tienen ya visado en nuestro país, varias de esas visas son humanitarias y se enmarcan dentro del plan que el presidente Lenín Moreno expuso».
Valencia asegura que el Estado ecuatoriano «ciertamente va a cumplir con su obligación y compromiso humanitario«, pero que «dadas las circunstancias del momento, hoy más que nunca nos es necesario contar con apoyo internacional«.
Una esperada cumbre
La cumbre comenzó a prepararse el año pasado y tras una reunión en diciembre en Bruselas solo restaba decidir dónde y cómo tendría lugar. Pero luego se expandió la pandemia y tocó optar por la versión virtual.
El encuentro se suma al llamado «Proceso de Quito» (2018-2019), en el que los países de la región coordinaron medidas técnicas para aliviar los problemas migratorios desde el punto de vista de cruce de fronteras y documentación.
«La conferencia de mañana se enfoca más a que la comunidad internacional concrete esfuerzos de aportes a proyectos, a programas e iniciativas de los Estados que recibimos migración y que nos encontramos bajo una importante presión presupuestaria».
«Para nosotros, la conferencia de donantes es capital, es importantísima. Creemos que es un punto de partida para tener un enfoque solidario de la comunidad internacional hacia este tema, que ha tomado una adicional urgencia como consecuencia de los efectos de coronavirus», concluyó el ministro.
Elías L. Benarroch
Con información de EFE