Al menos desde 2017 se han registrado denuncias en la emisión de pasaportes venezolanos, a través del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). En ese entonces, las quejas señalaban una dilatada espera para la impresión por falta de material. Hoy, las denuncias son otras: costos, algunas fallas operativas en el sistema automatizado y la falta de Consulados y Embajadas en el exterior, debido a las tensiones políticas internas en Venezuela y la ruptura de relaciones diplomáticas, lo que imposibilita el trámite a través del envío de valijas por todo el mundo y la atención priorizada por casos humanitarios.
“Yo me siento en un limbo. Siento que si algo le pasa a mi abuela, por ejemplo, podría ir a Caracas pero no sabría si podría volver a Colombia. Pensar en quedarme atrapada con mi hijo me da miedo. Ir a visitar a los míos, un par de veces al año, sería el escenario ideal y en casi 4 años no he ido, por eso. Mi sueño es tener la nacionalidad colombiana, pasaportes y poder ir y venir, sin tanta incertidumbre”, confiesa desde Medellín la venezolana Marialessandria Herrera, quien emigró, según señala, por la inseguridad en Venezuela y en búsqueda de una independencia económica.
“Mi pasaporte venció en mayo de 2019. No puedo tramitar prórroga porque en Colombia no funcionan los consulados de Venezuela”, explica.
Desde principios de 2019, Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Colombia y con Estados Unidos. El cierre de las Embajadas y Consulados ha obligado a venezolanos, como Herrera, a evaluar otras opciones para tramitar su documento de identidad.
“Este año espero tramitar mi nacionalidad colombiana. A mi hijo también se le venció y a él le sacaré su pasaporte colombiano porque tiene nacionalidad. La otra opción es ir a Venezuela a hacer el trámite. Pero no sé cómo es, cuánto cuesta y cuánto tiempo me tomaría. Imposible irme con esa incertidumbre sin saber cuándo volvería a Colombia, que es donde está mi casa y mi trabajo. Una situación compleja y absurda. En algún momento me dijeron que sacar la prórroga por otro lado podía costarme más de 1000 dólares”, señala Herrera.
En su caso, la solicitud de nacionalidad colombiana y el trámite del pasaporte, explica, representa un gasto de al menos un millón de pesos, que equivaldrían a 300 dólares, aproximadamente.
“Ya empecé el trámite. Me falta hacer el pago que es de 700 mil pesos. Es cuestión de ahorrar. Me piden varios papeles que yo, por suerte, tengo. El pasaporte de mi hijo sí es más sencillo y cuesta 169 mil pesos”, explica Herrera.
Derecho a la identidad
El derecho a la identidad resulta una obligación del Estado, quien debe velar por el registro y los debidos procesos que proporcionen a las personas de una identificación dotada de suficiente información.
En ese sentido, reza la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 56 que “(…)toda persona tiene derecho a ser inscrita gratuitamente en el registro civil después de su nacimiento y a obtener documentos públicos que comprueben su identidad biológica, de conformidad con la ley. Éstos no contendrán mención alguna que califique la filiación”.
De allí, la importancia de que a los venezolanos se les garantice su derecho a la identidad, entre ellos, el contar con un pasaporte vigente.
“El pasaporte es un documento central para hacer muchísimos trámites y tener la libertad de viajar internacionalmente. El no tener pasaporte representa un obstáculo gigantesco para viajar o para poder regresar a su propio país; para demostrar uno quién es”, señala el abogado de inmigración y también Coordinador Jurídico Internacional de la ONG Foro Penal, Julio Henríquez.
Las secuelas de las fracturas políticas y diplomáticas
Desde junio de 2019, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como Presidente Interino de Venezuela, firmó un decreto para extender la validez de los pasaportes venezolanos por otros cinco años después de la fecha impresa de vencimiento. Sin embargo, dicha medida, en la práctica se ha visto limitada, mientras que el Gobierno de Nicolás Maduro apuesta por el único registro automatizado del Saime, con sus pro y sus contras.
“El Saime cuando procesa los pasaportes los envía a las Embajadas. Pero las envía a las Embajadas que están bajo el control de Nicolás Maduro. A una Embajada controlada por la Presidencia Interina (Juan Guaidó) no envían pasaportes, como ocurre en Estados Unidos (EEUU). El problema fundamental es que no hay un mecanismo para obtener un pasaporte nuevo en EEUU. Si alguien viene a la Embajada de EEUU y les dice: ‘Soy venezolano. Acá está mi partida de nacimiento. Necesito mi pasaporte’, acá no tienen forma de verificar porque no tienen el control de los registros civiles ni de las notarías, por tanto no tienen la posibilidad de verificar que esa documentación es verdaderamente válida. Y al no tener control sobre eso, infelizmente, no se puede tener la autorización para emitir un pasaporte”, explica el abogado Henríquez, desde la nación norteamericana.
“Ya voy para dos años con mi pasaporte vencido. En Colombia estamos en el limbo por no tener activo el Consulado”, dice Marcos Alberto Rojas, un venezolano de 33 años de edad, radicado en la capital colombiana, Bogotá.
Él detalla que inclusive ha pensado en la posibilidad de viajar hasta Ecuador para hacer el trámite de su prórroga desde allá, como según cuenta lo hizo su hermana. “Pero el problema es que para entrar uno debe pagar una visa. Entonces puede que te la den con el pasaporte vencido o no. Eso ya depende del consulado de Ecuador aquí en Bogotá. Es decir, aquí en el consulado de Ecuador solo pediría la visa para ir y poder transitar en Ecuador. Y en el consulado de Venezuela ubicado en Ecuador es que me darían la prórroga ya previamente cancelada y aprobada”, señala.
El abogado Henríquez explica que, en efecto, hay países que emiten pasaporte porque apoyan al gobierno de Nicolás Maduro. También, explica, hay países que aún cuando han reconocido a Guaidó como presidente interino, siguen teniendo en funcionamiento una Embajada controlada por las autoridades de Nicolás Maduro y pueden tramitar dicho documento venezolano.
“Y eso pasa, por ejemplo, con México y con Canadá. Por eso muchas personas que tienen posibilidad de viajar a México o a Canadá pueden tramitarlo allá. El trámite es sumamente complicado y nada sencillo pero existe esa posibilidad. Pero no todo el mundo tiene esa posibilidad; o simplemente no pueden viajar por tener el pasaporte vencido”, señala Henríquez.
“Mientras las personas estén viajando entre estos países que sí reconocen la extensión del pasaporte vencido, la persona no va a tener inconvenientes. Pero a la hora que tengan que viajar a países que no reconocen esto, ahí es cuando se presentan los inconvenientes. México no lo reconoce. Las autoridades de Venezuela, bajo la administración de Maduro no lo reconocen”, agrega.
La orfandad
Es el caso de la venezolana Neccy Aristigueta, una venezolana que en marzo 2020 viajó a Colombia para tramitar su visa americana en Bogotá ante la falta de sede en Caracas, y quedó atrapada en esa nación vecina y con la cita suspendida por las restricciones del Covid-19. En la espera de apertura de vuelos comerciales venció su documento. ¿El reto? Volver a su país por alguna de las siete rutas que había autorizado Venezuela y que además exigen visado.
Sin embargo, tras conocer que otros turistas venezolanos pudieron optar por esas rutas, aún sin portar visa, Aristegueta se decantó por Cancún.
“No hubo problemas para comprar el pasaje de retorno. Mi familia y yo íbamos a hacer conexión con un vuelo humanitario que nos costó 500 dólares por persona. Sin embargo, el primer problema se presenta cuando voy a abordar mi primer vuelo, desde El Dorado, donde me dicen que mi pasaporte está vencido desde el 12 de diciembre. Nosotros viajamos el 17”, relata.
Explica que tras comunicarse con su gestor de viaje pudo comprobar que, en efecto, ese mismo día tomaría un vuelo de repatriación. De esta forma pudo abordar el avión, aunque la escena se repetiría más adelante, en el otro país.
“En Cancún cuando voy a hacer migración, notan que mi pasaporte está vencido y me retienen. Le explico la situación. Me cuestionan por qué no traigo copia de la lista del vuelo y le explico que eso está en manos de mi agente. Él se comunica con el jefe de migración Cancún y en efecto me dejan hacer migración a México. Luego pasamos a hacer el chequeo y embarque. Allí es cuando me retienen por tercera vez y me explican que no puedo volar porque, según, necesitaba un salvoconducto para poder entrar a mi país con el pasaporte vencido. Es como una autorización que mi país da para que yo pueda entrar con el pasaporte vencido”.
Aristigueta explica que pagó 50 dólares en efectivo por dicho documento. Lo tramitó con el Cónsul de Venezuela en ese país, pero luego nunca se lo solicitaron. “Él me dijo que me lo iban a pedir a la hora de embarcar pero más nunca me pidieron el salvoconducto; tampoco me lo pidieron para entrar a Venezuela”.
“Es un desamparo total. ¿Dónde queda el derecho a la familia? Aquí simplemente por un pasaporte vencido por una pandemia mundial iban a separar a una familia, porque ya mi esposo y mis hijos habían chequeado», dice hoy día la ciudadana venezolana.
En este sentido, comenta el experto legal Julio Henríquez que aunque la extensión de pasaportes vencidos, impulsada por Juan Guaidó, resulta un paliativo para algunos; aún falta hacerla mucho más real en las condiciones actuales. “Hay que tener en cuenta que esto no es algo de conocimiemto público y que no todos los agentes migratorios están perfectamente al día con esta información. A pesar que se han tomado algunas medidas lo que hace es poner a los venezolanos en un nivel de vulnerabilidad muy elevado. Porque sabemos que los agentes aduanales tienen un alto poder sobre las personas cuando alguien no ha sido admitido por un país. Las protecciones constitucionales que normalmente están disponibles para todo el mundo cuando alguien está en un territorio, no aplican para alguien que está solicitando admisión a un país en una aduana”, advierte Henríquez.
En la actualidad, dicha medida ha sido aceptada por países como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Perú e Inglaterra. Colombia, Argentina y Chile también lo hacen, pero solo reconocen una prórroga de dos años.
“Sabemos países como España, donde se reconoció la extensión pero solamente para usos administrativos internos y no para viajar. Por lo tanto, esta extensión no permite que los venezolanos viajen ni a España ni a ningún país de la zona Schengen de la Unión Europea. Infelizmente no permite los viajes ni desde o hacia Europa. Es un inconveniente grandísimo. Esta extensión tiene una aplicación bastante limitada que se debe a decisiones diplomáticas de los distintos países”, resalta el abogado de inmigración.
Inconvenientes en el sistema y dilatada espera
María Alejandra Montesinos es una venezolana de 39 años de edad. Emigró hace seis años a la ciudad de Buenos Aires, Argentina, por una propuesta laboral que le hicieran a su hoy día esposo. Actualmente, la Licenciada en Comunicación Social, espera le llegue a la sede del consulado de Venezuela en Argentina su segunda prórroga.
“Desde que estoy acá es la segunda vez que vence mi pasaporte. El primero lo tramité en 2016, sin problema. Este venció en septiembre de 2020. El principal inconveniente fue al momento de efectuar el pago (correspondiente a 100$) que la transacción es rechazada. Ya otras personas me habían comentado que les había ocurrido lo mismo y que había que intentar hasta que el sistema tomara el pago. Primero descarté si tenía algún problema con la tarjeta de crédito y luego me comuniqué directamente con la empresa quienes me pidieron detalles de la operación y me indicaron que podía volver a realizarla. En ese momento, el pago se registró sin problema. Eso fue el 26 de octubre de 2020”, explica Montesinos.
Ella, para retirar dicha prórroga, debe llevar su pasaporte en original y copia, más 80 dólares adicionales en efectivo para finiquitar el trámite. “Lo increíble es que con un valor tan alto, uno esperaría que la prórroga se emita de inmediato, pero no, igual toca esperar”, dice.
“Recientemente estuve en el Consulado de Venezuela, pues informaron a través de un posteo en Instagram, que había llegado un lote de prórrogas hasta el mes de octubre. Sin embargo, las prórrogas llegaron hasta el día 23 y yo hice la solicitud el día 26. Me dijeron que tal vez a fines de febrero llegue otro grupo”, cuenta.
Asegura que conoce algunos conocidos que han tenido otras dificultades para el trámite y siguen, como ella, a la espera del envío; mientras que otros, señala, ni siquiera han podido hacer los trámites por no contar con los 180 dólares que en total representa el gasto para tener el documento de identidad.
En su caso, explica, por las restricciones aéreas para evitar la propagación del Covid-19 no se vió alterada. «Sin embargo, ahora que ya es posible viajar a algunos destinos estoy imposibilitada de hacerlo. Además es una angustia saber que ante una emergencia uno está indocumentado”.
Costos y citas
Aunado a que las oficinas del Saime permanecieron cerradas desde el mes de Marzo, por la alerta nacional a consecuencia de la pandemia del Covid-19, desde el 30 de noviembre de 2020 se dejaron de asignar citas para prórrogas ni pasaportes. El director de la institución, Gustavo Vizcaíno anunció que la medida obedecía a un tema de prioridad para, a escala nacional, tramitar las impresiones pendientes desde el inicio de la cuarentena.
Ya el pasado 21 de enero, en programa radial, Vizcaíno informó que fue activada la asignación de citas para pasaportes y que a la fecha, según cifras que maneja, se han emitido un total de 8 mil 700 pasaportes, entre las solicitudes nacionales y consulados.
A diferencia de otros países como Guatemala, cuyo pasaporte representa un costo de 50$ en promedio, el costo de un pasaporte en Venezuela tiende a fluctuar en el año y sobrepasa el monto del país referido.
Solo en el último trimestre de 2019 el Saime ajustó el costo del pasaporte en dos oportunidades: el primero, el 19 de noviembre, con un incremento que para la fecha significó un alza de 3500 % en el costo de los documentos de identificación; y el 7 de diciembre el cual, en bolívares, representaba un alza en bolívares del 42 %.
La más reciente actualización se dio a mediados de 2020, aún con las oficinas cerradas desde el mes de marzo cuando se decretó la pandemia en el país. El aumento, ese 2 de junio, representó 155 % más de su valor anterior.
Según la información compartida por el servicio en la red social Twitter, las tarifas estan ancladas al petro, una criptomoneda creada por el Gobierno de Venezuela y que está anclada en el valor del precio del barril de petróleo. No obstante, las formas de pago son reducidas.
Para ese entonces, el costo tenía una equivalencia a 3,35 petros para el pasaporte y 1,67 para la prórroga. Los costos, que a la fecha se mantienen, representan cerca de 200 dólares para tramitar un pasaporte nuevo y 100 dólares para la obtención de la prórroga, tanto desde Venezuela como desde el exterior, según especificaron en su cuenta de Twitter.
Según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela, hasta finales de enero, un venezolano requería al menos 140 salarios mínimos integrales (Bs. 1.200.000 bs) para tramitar desde Venezuela la prórroga y 281 sueldos mínimos integrales, para tramitarlo por primera vez.
En el caso de los venezolanos en el exterior, la prórroga tiene un costo de 100 dólares y 200 dólares el pasaporte nuevo.
También puede leer: La vida de los venezolanos sin pasaporte