Arrollamiento colectivo. La caminata de 12 ciudadanos venezolanos que terminó en tragedia y cobró la vida de tres personas, entre las que se encontraba José Luis García Gil (29), conmocionó a venezolanos dentro y fuera del país por forma tan violenta en cómo ocurrieron los hechos.
La joven víctima tenía casi un año viviendo Lima y llegó el país en búsqueda de estabilidad económica para poder apoyar a sus tres hijos pequeños que dejó en La Victoria, estado Aragua.
Edwar Suárez, amigo de la familia, contó que su mayor motivación para levantarse cada día eran sus pequeños y sus padres que estaban complicados de salud. Con el fruto de su trabajo procuraba enviar dinero a Venezuela.
Suárez, que creció en el entorno de la familia García Gil y apreciaba a José Luis como un hermano, contó que lo recibió cuando llegó a Lima, lo apoyó comprándole un kit de barbería y así trabajó durante sus primeros meses, luego encontró que era más rentable trabajar de mototaxi y a eso dedicó hasta antes de la cuarentena colectiva que empezó a mediados del mes marzo, por el brote del coronavirus.
Durante ese tiempo de confinamiento perdió contacto con quien fuera su amigo de la infancia, por lo que desconoce las razones por las que decidió regresar a Venezuela: “Supongo que estaba recortado porque todo se paralizó. Pasar esta esta crisis es difícil porque no se puede pagar alquiler, todo difícil”.
La llamada de la desgracia
Los primeros en enterarse de lo ocurrido la madrugada del viernes, 1 de mayo, en el kilómetro 39 de la carretera Panamericana Sur en Barranca, fueron los familiares de García en Venezuela. Uno de los caminantes tomó el teléfono y otras pertenencias de García; se comunicó con los familiares que no lo podían creer. Estos contactaron a Suárez, que también se sorprendió por la noticia del arrollamiento y hasta llegó a pensar se trataba de una extorsión, pero pudo comprobar que le decían la verdad.
“Me avisaron de lo que pasó y yo de inmediato me comunico con al teléfono de José Luis. Estábamos distanciados porque él tenía el teléfono cortado, pero a medida que me fueron dando información pude confirmar. Llamé al hospital de Barranca y allí me dieron efectivamente había ingresado sin signos vitales. Estaba en la morgue”.
La persona que lo llamó le contó que apenas lo subieron a la ambulancia colapsó por el impacto que recibió cuando el camión cisterna lo arrolló junto a ocho miembros del grupo de caminantes. También le indicó que las maletas fueron recogidas por la policía durante el levantamiento de las evidencias.
Gestiones diplomáticas
Suárez, quien está cargo de los trámites funerarios de su amigo, informó que no ha podido trasladarse hasta Barrancas a buscar los restos mortales, pero que los trámites para la cremación y repatriación están siendo manejados por la embajada de Juan Guaidó.
Dijo que el titular de la institución diplomática Carlos Scull y la ministra consejera, Nancy Arellano quienes le explicaron que el trámite podía tardar hasta una semana. Hay una investigación abierta por el arrollamiento colectivo, y además un protocolo para la incineración. A ello se suma el colapso que existe en los crematorios por la crisis sanitaria generada por el coronavirus.
El amigo del fallecido espera que la embajada interina logre devolverle a la familia el cuerpo de José Luis para que le puedan dar cristiana sepultura.