Representantes del tejido empresarial de Florida manifestaron su preocupación por los efectos de la nueva ley migratoria, la SB 17128, que entró en vigor en julio y está generando un déficit de mano de obra en sectores clave de la economía.
“Hay un gran miedo en algunos empresarios de que (la agencia federal migratoria) ICE toqué la puerta de sus negocios”, señaló Rodrick Miller, presidente de Beacon Council, organización público-privada en pro del desarrollo económico del condado Miami-Dade, el más rico y poblado de Florida.
En una cumbre sobre el rol de los inmigrantes en la construcción de Florida, Miller reveló que, aunque no tiene cifras oficiales, en esta organización escuchan que cada vez mas familias migrantes abandonan el estado por la ley migratoria SB 1718, promovida por el gobernador y aspirante presidencial republicano Ron DeSantis.
“Va a disminuir la mano de obra en un mercado laboral ya estrecho”, dijo a EFE Randy McGrorty, director ejecutivo de los Servicios Legales Católicos, de la Arquidiócesis de Miami. La organización que dirige ofrece ayuda a los solicitantes de asilo recién llegados.
McGrorty también insistió en la dificultad que desde hace años tienen los tres sectores que sostienen la economía floridana, como son la hostería, la agricultura y la construcción, para cubrir puestos que requieren mano de obra calificada.
A su juicio, es un escenario que ahora se complica porque la ley SB 1718 obliga a las empresas a utilizar la base de datos E-Verify, para confirmar el estatus migratorio de los trabajadores.
Según McGrorty, entre las primeras víctimas de dicha ley están las agencias de empleo, que cuentan ahora con menos afiliados.
“El mensaje claro es que Florida ya no te da la bienvenida más”, agregó.
Florida, «una comunidad de trabajadores inmigrantes»
Mike Fernández, presidente de MBF Healthcare Partners y copresidente de la American Business Immigration Coalition (ABIC), señaló que “Florida sólo se perjudicaría a sí misma si no acogiera e integrara a los recién llegados en nuestras comunidades”.
“Esta es una comunidad de trabajadores inmigrantes”, destacó el empresario. Explicó que los inmigrantes son personas que toman riesgos y lamentó que algunos políticos “se olvidan que liderar tiene que ver con servir”.
El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, expresó que “el problema es un sistema migratorio roto”. “Los inmigrantes básicamente vienen a trabajar”, defendió.
La corte migratoria de Miami tiene el mayor atraso de solicitudes de asilo en EE.UU., con más de 250.000 expedientes a la espera de resolución. Una parte importante de ellos de migrantes recién llegados al país. En su mayoría cubanos, haitianos, venezolanos y nicaragüenses.
“Si tienes la chance de que tu expediente sea ingresado hoy, no tendrás tu caso cerrado entre 4 a 6 años”, señaló el representante de la Arquidiócesis de Miami.
“Nosotros siempre hemos sido una comunidad que acoge a las personas que vienen en busca de libertad y oportunidad tras huir de gobiernos opresores, violencia o desastres naturales devastadores. Entendemos su sufrimiento y respondemos con compasión”, señaló la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava.
Destacó que por ello los inmigrantes son más de la mitad de la fuerza laboral local y suponen al menos el 70% de todos los dueños de negocios.