La situación migratoria de Venezuela, que ha llevado a casi siete millones de venezolanos a abandonar el país, va a ir a peor en los próximos meses y años, según augura el director global humanitario de la organización Plan Internacional, Unni Krishnan, que reclama más atención y recursos de la comunidad internacional ante esta emergencia.
Después de visitar la frontera entre Ecuador y Perú y comprobar que el flujo de migrantes ha vuelto a ser constante tras la interrupción vivida por la pandemia, Krishnan consideró que la esfera internacional no es conocedora de la magnitud de esta crisis humanitaria.
«No creo que el resto del mundo sepa realmente lo desafiante de la situación para las agencias de ayuda y para gobiernos como Perú y Ecuador que están albergando a los refugiados y emigrantes. Qué desafiante es con los recursos limitados que tienen. Es importante que el resto del mundo reconozca lo crítico de esta situación y que va a empeorar en los próximos meses y años. Eso es lo primero en reconocer y creo que ahí los medios de comunicación pueden jugar un importante rol» señaló.
Dijo igualmente que si se mira la respuesta a la crisis humanitaria de Venezuela, «menos del 20% ha sido financiada por la comunidad internacional, pero si miras otras crisis, encuentras una mejor respuesta de la comunidad internacional. Esto no es para disminuir la importancia del cuidado de los niños que están en una situación mucho más complicada dentro de Ucrania o en los países vecinos. Ellos necesitan ese apoyo ahora sin lugar a dudas.»
Krishnan señaló que es también importante que el mundo reconozca que los niños necesitan ese apoyo en cualquier parte del mundo, independientemente de su país o en la latitud o altitud en la que estén. Aquí es donde deben surgir valores universales como la compasión y priorizar a cualquier refugiado y migrante sin importar su lugar de procedencia.
Considera que «es verdad que en conflictos activos como Ucrania y Sudán del Sur habrá algunas diferencias en las necesidades, pero cuando te fijas en las necesidades más básicas, como nutrición, educación o asistencia psicológica, no encuentras tantas diferencias entre refugiados de diferentes partes del mundo».
Reconoció que «los gobiernos han abierto sus fronteras y la gente ha abierto sus corazones para recibirlos. Encuentras muchos sitios donde son mucho más restrictivos y no les permiten entrar al país. Incluso si ves la respuesta a la crisis de Ucrania, hay muchos sitios en el mundo que son extremadamente restrictivos con los refugiados y no están dispuestos a acoger ni siquiera a los niños y niñas. Comparado con la situación de Colombia, que es uno de los países más grandes de acogida de refugiados en el mundo, y del mismo modo Perú y Ecuador, es importante reconocer su apertura para tenerlos, incluso por periodos cortos. Eso debe ser reconocido, especialmente en comparación con países occidentales que sistemáticamente bloquean a los niños que van a esos países.»
El director global humanitario de la organización Plan Internacional insistió en que : «los niños pequeños que han sido separados de sus familias y amigos o que han perdido a sus padres son más propensos a consecuencias emocionales en crisis. Por ejemplo, hay niños que probablemente reciben menos atención o ayuda, y que no pueden ser escolarizados, y ahí es donde es importante entender los daños psicológicos de una crisis. Por eso priorizamos siempre las necesidades invisibles. Tener un techo, agua o ropa son visibles, pero las necesidades emocionales no son siempre visibles».
Con información de EFE