Se necesitan US$1.790 millones para ayudar a los refugiados y migrantes venezolanos, según ACNUR y OIM

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el ACNUR -Agencia de la ONU para los Refugiados- lanzan un plan regional de US$1.790 millones para apoyar las crecientes necesidades de los refugiados y migrantes de Venezuela y sus comunidades de acogida en 17 países de América Latina y el Caribe.

El número de refugiados y migrantes procedentes de Venezuela en todo el mundo ha superado ya los seis millones, y la gran mayoría de ellos son acogidos por países de América Latina y el Caribe. La mayoría llevan muchos años desplazados fuera de Venezuela.

Varios países de acogida han establecido mecanismos innovadores de protección y regularización para ayudarles a acceder a derechos y servicios. Sin embargo, a medida que esta situación se prolonga en el tiempo, las vulnerabilidades y los riesgos a los que se enfrentan los venezolanos, así como las necesidades de sus comunidades de acogida, han aumentado drásticamente.   

«El firme apoyo de la comunidad internacional sigue siendo crucial para atender las necesidades más urgentes de los refugiados y migrantes, y para ayudar a los países de acogida a garantizar su integración socioeconómica» dijo Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto del ACNUR y la OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela.

«Los que han salido de Venezuela están dispuestos a contribuir y devolver a las comunidades que los han acogido».

Pandemia afecta a los migrantes

La pandemia del COVID-19 ha empeorado las condiciones de vida de los más vulnerables en toda la región, incluidos los refugiados y los migrantes, según advierte la OIM y ACNUR. El aumento del desempleo y la pobreza, las limitaciones en el acceso a la educación y los servicios básicos, así como los graves riesgos de protección derivados de su falta de estatus regular, han dejado a muchos en la desesperación y han contribuido a los desplazamientos en busca de mejores oportunidades.

Con las fronteras terrestres cerradas en gran parte de la región en un esfuerzo por contener la propagación del COVID-19, los venezolanos han recurrido a utilizar rutas informales -a menudo a pie, exponiéndose a graves peligros, como las condiciones climáticas extremas, los peligros naturales, las amenazas de los traficantes de personas o la explotación y los abusos de los contrabandistas. Mientras tanto, los flujos de salida de Venezuela persisten.

El programa de apoyo

El Plan de Respuesta a los Refugiados y Migrantes (PRM) de 2022 se pone en marcha para responder a esas necesidades urgentes al tiempo que se apoyan soluciones a más largo plazo que permitan a los venezolanos reanudar sus vidas.

El RMRP tiene como objetivo fortalecer aún más las respuestas nacionales y regionales, apoyando los servicios humanitarios críticos, incluyendo la salud, el refugio, los alimentos, el agua, el saneamiento y las intervenciones de higiene en los países de acogida.

Paralelamente, el PRM se centra en la integración a largo plazo de quienes han pasado varios años en las comunidades de acogida y en el fomento del apoyo al desarrollo de los países de acogida para garantizar el acceso a la educación, la protección, la regularización, el mercado laboral y los programas nacionales de salud y bienestar social.

«Los esfuerzos de regularización en curso son un gesto de solidaridad y requerirán una importante inversión financiera para tener éxito», dijo Stein. «Se necesita un mayor compromiso y esfuerzos más concertados para garantizar que nadie se quede atrás».

El plan de respuesta de este año reúne a 192 organizaciones asociadas que participan en la respuesta, entre las que se encuentran organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales, la sociedad civil y organizaciones dirigidas por refugiados, migrantes y comunitarias.