Alicia Suárez, zuliana de 53 años de edad, es una de las migrantes venezolanas que cruzó Río Grande para llegar a Estados Unidos. Tras ocho días en un centro de detención, Alicia por fin estaba en libertad, el pasado 21 de septiembre. “Necesito llamar a mi hijo, necesito decirle que estoy libre. Él me está esperando” cuenta la zuliana a Efecto Cocuyo.
La historia de migración de Alicia corre en dos tiempos fallidos: la primera que abarcó el recorrido desde el Zulia con parada en Barranquilla, Colombia hasta Ciudad de México. Sin embargo, fueron rechazados en el país azteca. El segundo intento fue de Barranquilla a Ciudad de México, pero no logró abordar el vuelo por una supuesta sobre venta de boletos.
En el tercer intento, Alicia logra viajar de Colombia a México, y de allí a la fronteriza Ciudad Acuña, para cruzar el río. “Los coyotes le dijeron que “todo iba a estar bien porque en México venía un día de fiesta y los policías no estaban tan pendientes de los migrantes” relata a Efecto Cocuyo. Se referían al Grito de Dolores, acto conmemorativo que se hace el 15 de septiembre a las 11 de la noche para recordar el inicio de la guerra de independencia mexicana.
El 12 de septiembre, Alicia y su cuñado comenzaron a cruzar el Río Bravo (Río Grande en Estados Unidos) con la esperanza de llegar rápidamente a territorio estadounidense. Así como Alicia, miles de migrantes haitianos cruzaban la frontera y empezaban a acumularse en la puerta de entrada de la ciudad Del Río, y, por ende, del territorio estadounidense.
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