Para el 6 de agosto de 2020 hay 362 mil 887 venezolanos en Ecuador, según la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela. Antes del Estado de Excepción, declarado el 16 de marzo por el gobierno ecuatoriano, a raíz de la pandemia por el Covid-19, 89% de esta población trabajaba en el comercio informal.
Los estragos de la emergencia sanitaria ocasionaron que muchos venezolanos perdieran sus medios de vida, que fueran desalojados de sus arriendos y que se apegaran, más que en los últimos tres años, a las ayudas que otorgan los organismos internacionales como el Programa Mundial de Alimentos, Acnur, OIM, HIAS y el Servicio Jesuita de Refugiados.
En esta búsqueda por obtener algún piso que les permita sobrevivir hasta que consigan un trabajo estable está *Beatriz con su hija de seis años. Oriundas del estado Yaracuy, llegaron a Ecuador hace dos años. Beatriz es manicurista y desde que llegó a Quito no ha podido ahorrar lo suficiente para comprar los implementos que le permitan ejercer su oficio. Hace tres meses Beatriz fue víctima de violencia de género y tuvo que ir a un refugio.
“La persona con la que vivía, me golpeó y amenazó a mi hija. Tuve que llamar a la policía que me sacó hacia una casa de acogida para mujeres maltratadas. Me alivió salir de las manos de ese hombre, pero los meses que viví en el refugio fueron una pesadilla”, relata Beatriz.
Un refugio diseñado para este tipo de casos que, según ella, no cuenta con la empatía necesaria para tratar con refugiadas venezolanas o colombianas. “Un día le dije a la encargada de la cocina que cocináramos unas caraotas, y ella me dijo que eso para los ecuatorianos era comida de perro. También, amenazó a mi niña de que no corriera porque la agarraría de los pelos para que se comportara”.
Beatriz llegó a tal grado de desesperación, que amenazó con huir si no la sacaban de ahí. Luego de muchas llamadas, e insistencia, Acnur Ecuador le consiguió un pequeño departamento para que se mudara. Prometieron pagarle por cuatro meses los 90 dólares de arriendo, y darle comida. “Muchos de estos organismos no entienden lo que uno pasa. Y se tardan en dar respuesta”.
Según su boletín informativo de junio 2020, Acnur Ecuador trabajó con cuatro asociaciones civiles de venezolanos durante esta cuarentena para entregar kits de alimentos. Acnur entregó 476 bolsas de comida, 119 por cada asociación, y según Alfredo López, de la Asociación de Ciudadanos Venezolanos en Ecuador (ACVE) cada una estaba valorada en más de 20 dólares. “Acnur nos contactó para hacer las entregas y, a través de nuestros registros, beneficiamos a las familias más necesitadas”, dice López.
Para realizar este reportaje, Venezuela Migrante le solicitó tres veces al departamento de prensa de Acnur Ecuador el detalle de lo que contenía cada uno de los kits, pero no hubo respuesta. Además, se le solicitó que especificaran cuál es el promedio, en dinero, que 8.500 familias recibieron a través de transferencias, entrega que reseñan en su boletín informativo.
No hay una dinámica específica sobre cómo los venezolanos pueden obtener los beneficios que ofrece Acnur Ecuador. Si hacemos un barrido a través de la página WEB oficial de esa agencia internacional y sus redes sociales, encontramos que sólo dejan números de teléfono y dirección de correo electrónico de contacto para que los que necesiten ayuda llamen y sean atendidos.
“A mi me hicieron una entrevista y me dijeron que esperara. Pero no podía esperar mucho porque la situación en el refugio era insostenible. Conozco a otras personas que han llamado y les dicen que ya no tienen dinero para ayudar, y que también deben esperar”, explica Beatriz, quien ahora está tratando de sobrevivir como recicladora. Todas las mañanas, una vez que se acaba el toque de queda en Quito, sale a recoger botellas de plástico para venderlas a unos 75 centavos de dólar la libra. No cuenta con la tarjeta de alimentación que da el Programa Mundial de Alimentos (PMA) a través de HIAS porque se le venció y no se la renovaron.
Tarjeta de alimentos para la población vulnerable
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Ecuador entrega una tarjeta de alimentación a poblaciones vulnerables, entre esas los refugiados venezolanos, para que mensualmente puedan comprar comida en ciertos supermercados del país. La tarjeta se entrega a través de su socio implementador: HIAS Ecuador.
Para obtener la tarjeta se deben cumplir ciertos requisitos; entre esos, no tener más de un año de haber llegado al país e ir a una cita presencial (esto antes de la cuarentena, ahora se hace por teléfono) para responder varias preguntas socioeconómicas.
Además, el beneficio se activa primero por seis meses, luego se hace una reevaluación; y de ser necesario, se activa por seis meses más. En total, los beneficiados no duran con la tarjeta más de un año. Se les otorga 25 dólares por miembro de familia. Lo que quiere decir que si es una familia de cinco personas, por ejemplo, recibirán mensualmente 125 dólares.
Durante la cuarentena, el PMA decidió reactivar tarjetas de alimentación que se vencieron (cumplieron el máximo de un año de vigencia) para ayudar a los venezolanos. Según el boletín informativo del PMA de mayo de 2020, hay 112.212 beneficiarios. El 91.4% son venezolanos.
“Yo estoy esperando que me atiendan en el HIAS. Me dieron cita para el 4 de septiembre, para ver en qué me pueden ayudar”, relata Mariana Silva quien tiene en Ecuador más de tres años con su hija y su esposo. Cuando llegaron, lograron obtener un trabajo que les permitía cumplir con todos los servicios básicos del apartamento y comprar comida. Pero, por la cuarentena, quedaron desempleados.
“He llamado a varios organismos internacionales y me dicen que no tienen recursos. Que ya no pueden ayudar. Donde me ayudaron fue en Fudela (socio de Acnur y OIM Ecuador), que me llamaron un día para que fuera a retirar una bolsa de comida en un supermercado cerca de mi casa. Me duró como una semana y media”.
HIAS Ecuador no sólo implementa la tarjeta de alimentación en coordinación con el PMA, también realizan evaluaciones a casos en específico, dependiendo de la situación de vulnerabilidad, para entregar dinero en efectivo que los beneficiados usan para pagar arriendos o servicios básicos.
La dinámica para contactar con ellos es parecida a las que aplica Acnur, en sus redes sociales se encuentran números de contacto para que los que necesiten de su apoyo puedan llamar. Pero, ante la cantidad de personas que llaman, muchas veces el servicio está colapsado. No se tiene una cifra exacta de cuántos venezolanos reciben el apoyo.
Ayudas para sobrevivir
En su boletín informativo número 3, la OIM Ecuador, indicó que durante mayo y junio de 2020 ayudaron a 343 personas con alojamiento de emergencia y 1.532 recibieron asistencia en arriendos para evitar desalojos. No especifican cuántas de esas personas son venezolanos. La OIM tiene un departamentos que evalúa todos los casos de personas en vulnerabilidad para ofrecerles ayuda que van desde transferencias en dinero en efectivo hasta kits de alimentos.
Los tiempos de atención y respuesta son varios debido a la cantidad de casos que se evalúan, y esto hace que los venezolanos busquen otros mecanismos para recibir ayuda humanitaria. Uno de esos mecanismos es la ayuda que ofrece el Servicio Jesuita de Refugiados.
“A través de sus redes sociales les escribí para que me ayudaran con algo de alimentos. Durante esta cuarentena mi esposo y yo nos quedamos sin trabajo, y es duro tratar de sobrevivir. Además, a mi no me renovaron la tarjeta de alimentación de HIAS”, dice Ana Botello, caraqueña, y que llegó a Ecuador hace dos años.
Ana tiene dos hijos: una niña de dos años y un niño de seis. Además, con ella vive su hermano, cuñada, esposo y mamá. “Se me pone la situación color de hormiga porque no hay empleo, y cuando llamas a los organismos internacionales, te dicen que no tienen recursos. Yo tengo cita con HIAS para octubre. Para que revalúen mi caso. Pero de aquí allá tengo que comer”.
No hay cifras exactas de cuántos venezolanos han regresado desde los países de acogida durante la pandemia por el Covid-19. Un informe del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello recoge que 71 mil personas hasta el 19 de julio de 2020, según el gobierno de Venezuela. Aunque también indican que según el gobierno de Colombia, hasta el 21 de julio de 2020, 90 mil personas habían regresado desde ese país.
Desde la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela mantienen una campaña en la que piden que las personas que no regresen durante esta cuarentena por pasos fronterizos irregulares; porque se exponen a peligros como caer en redes de tráfico de personas y violencia generalizada.
Para el 6 de agosto, Ecuador reporta 42.106 casos confirmados de Covid-19 y 3592 fallecidos. Y Quito, la capital, se ha convertido en el nuevo foco de contagio. Mientras estas condiciones adversas estén presentes, los venezolanos seguirán yendo a los organismos internacionales por ayuda y oportunidades de conseguir medios de vida.