Gabriela Pacheco depende totalmente de las remesas que le envían sus hijos, quienes migraron a Perú y Argentina. Ella vive sola en Caracas, tiene 68 años. Los últimos 7 años de su vida ha vivido de lo que Carlos y César le dan para mantener sus gastos. Dejó de trabajar porque su profesión de maestra no le alcanza para mantenerse y, aunque goza de la jubilación, tampoco es suficiente para ser independiente.
Con la llegada del coronavirus a Latinoamérica, la maestra empezó a vivir de sus ahorros y el cobro mensual de la jubilación. Sus hijos dejaron de enviarle remesas desde mayo porque el COVID-19 trastocó la estabilidad laboral de ambos.
César Pacheco migró a Argentina en 2017. Es abogado y vive con su esposa e hija en Buenos Aires. Desde hace un año trabaja como asistente en una firma jurídica. Pese a que no puede ejercer su profesión, se desempeña en un área relacionada. Sus ingresos le permitían enviar mensualmente a su madre el equivalente de 80 dólares. Pero en los últimos dos meses no ha podido cumplir porque le redujeron el sueldo.
Carlos Pacheco migró en 2018. Es soltero y trabajaba como comerciante en una tienda de ropa deportiva en el centro de Lima. Desde que se estabilizó podía enviarle a su mamá casi 110 dólares por mes. El impacto del coronavirus en Perú le arrebató su trabajo. Ahora está desempleado, vive de sus ahorros y de lo que gana como repartidor de comida.
“Con la jubilación no me alcanza ni para un cartón de huevos. Es por eso que mis hijos me enviaban el dinero desde Perú y Argentina. Con eso podía pagar mis medicinas, los gastos de la casa, el mercado y, bueno, guardar algo por una emergencia. Ellos pagaban en pesos y soles a unos venezolanos que hacen envío de remesas y a mí me depositaban el equivalente en bolívares en mi banco. Desde que llegó el virus ninguno ha podido enviarme nada porque tienen que ver como se mantienen ellos allá”, comparte Gabriela Pacheco.
Envío de remesas, salvavidas que se desinfla
Las remesas son el sostén principal de una parte importante de la población venezolana. De acuerdo con datos suministrados por el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, entre 40% y 45% de las familias en el país son beneficiarias directas de las remesas.
Econanalítica precisa que los países más importantes desde donde se envían remesas a Venezuela son: Colombia, Ecuador, Perú, Estados Unidos, España, Argentina, una parte importante de Brasil, México, República Dominicana y Panamá.
“El impacto de las remesas en Venezuela es un elemento novedoso que viene creciendo desde el año 2015 siendo significativo entre 2018 y 2019 y tiene impacto tanto en el consumo. Le permite a un universo importante de familias poder incrementar sus niveles de consumo por la ayuda de familiares de afuera y también al circulante de divisas, digamos que son los dos factores más importantes que tienen el tema de las remesas”, menciona Oliveros.
Óscar Torrealba, economista y miembro del comité académico del Centro de Divulgación Económico para la Libertad Cedice-Libertad, destaca que las remesas tienen un alto impacto en la economía del país debido a las características demográficas de la población venezolana.
“Por lo general quienes emigran son personas jóvenes y quienes se quedan en Venezuela son de edad avanzada que dependen parcialmente de hijos y nietos. Digamos que la remesa adquiere importancia porque cuenta con este dinero. Ni siquiera es para tener una vida acomodada, sencillamente es para hacer frente a los gastos básicos mensuales”, señala Torrealba.
Con la llegada del COVID-19 a la región, se estima que el flujo de remesas en Venezuela y el resto de Latinoamérica sea menor. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) prevé entre 10% y 15% la contracción en el flujo de envío de remesas para este año, según su estudio Dimensionar los efectos del COVID-19.
Asimismo, El Banco Mundial prevé la mayor caída de remesas de la historia reciente. El organismo proyecta que durante 2020 las remesas caerán drásticamente, cerca de un 20% en todo el mundo.
“Las remesas que se envían a los países de ingreso bajo y mediano caerán un 19,7% hasta ubicarse en los USD 445.000 millones, lo que representa la pérdida de un flujo de financiamiento vital para muchos hogares vulnerables”, expuso el Banco Mundial en una nota de prensa.
Remesas en diferentes presentaciones
Para enviar remesas a Venezuela hay diferentes caminos. El más común es utilizar el servicio que ofrecen algunos operadores de divisas informales
¿En qué consiste?
Los operadores de divisas informales establecen una tasa de cambio de bolívares con base al equivalente de la moneda del país en el que viven. Ellos reciben la moneda nacional en efectivo o por transferencia y luego depositan en Venezuela los bolívares.
“Hay un grupo importante de personas que intercambian divisas en los países donde están con otros venezolanos o con algunos actores, digamos que pueden funcionar como estructuras de cambio, bien sea formales o informales, y el familiar acá recibe la contrapartida en bolívares, en ese caso las divisas no entran a Venezuela, sino que queda afuera. Pero hay un impacto en consumo por la contrapartida en bolívares”, menciona Oliveros.
El economista explica que la otra forma de enviar remesas a Venezuela es a través de las operaciones cambiarias en la frontera, que privilegian la entrega de divisas en efectivo.
“En tercer lugar está lo que se intercambia en las casas de cambio que el Gobierno ha establecido y por último están las personas que en vez de enviar dinero, mandan especies. Usan los servicios de puerta a puerta y mandan mercados o productos como medicinas, alimentos. Digamos que esas son las cuatro modalidades que tiene el tema de las remesas”, señala.
Daño colateral
El equipo de Venezuela Migrante pudo constatar en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Argentina que cayó el envío de remesas a Venezuela en cantidad y frecuencia en los últimos dos meses. Todos los consultados aseguran que sus clientes habituales redujeron el monto de las remesas desde que llegó el coronavirus a sus respectivos países.
En Perú confirman que la caída de los envíos supera al 50%. Este fenómeno empezó poco después del inicio de la cuarentena social debido a que la mayoría de los venezolanos en Perú trabajan en el sector informal.
Fernando Guerra, representante de +Cambios, que opera en Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela detalló que en marzo, luego que el gobierno ordenara la inmovilización social, el número de envíos se contrajo. Katerin Castillo, gestora de envíos de otra casa de cambio virtual, detalló que manejaba una cartera de clientes que le solicitaba hasta 10 envíos diarios de Perú a Venezuela. Ahora no llega ni 10 a la semana.
Por su parte, en Argentina y en Chile la caída del envío de remesas oscila entre el 20% y 60% de las operaciones habituales. Los operadores cambiarios entrevistados en Chile destacaron que en ese país las medidas de aislamiento social, al no ser obligatorias, no ha impactado en la economía, por lo que se mantienen las operaciones.
En Buenos Aires, donde se concentra el grueso de los migrantes venezolanos de ese país, la cuarentena obligatoria y las desmejoras laborales han ocasionado que los criollos no envíen dinero a Venezuela como lo hacían habitualmente.
“La gente que me pedía enviar dinero a Venezuela ya no lo está haciendo. Muchos de los que conozco se quedaron sin trabajo o les redujeron el sueldo. Normalmente hacía entre 40 y 60 transacciones de envío de dinero a la semana. Ahora en una buena semana, hago como máximo 20, tradicionalmente enviaban entre cinco mil y 10 mil pesos, que equivalen a 80 o 120 dólares. Ahora los montos varían”, aseveró Néstor Briceño, quien ofrece sus servicios como operador de divisas informal desde Argentina.
El envío de remesas a Venezuela se ha convertido en una fuente importante de ingresos para que las familias puedan cubrir sus gastos. Además, ha sido un factor crucial que ha permitido la flexibilización de algunos esquemas jurídicos en los últimos cinco años. Ejemplo, la modificación de la ley de ilícitos cambiarios que despenalizó y habilitó el funcionamiento de casas de cambio.
“Digamos que esa relajación cambiaria ayuda un poco al tema de las remesas”, opina Asdrúbal Oliveros.
A juicio del economista de Cedice Libertad, Óscar Torrealba, las remesas habilitaron una dolarización de facto en el aparato productivo venezolano. Ahora, con el impacto del coronavirus en la economía global, la estabilidad de la venezolana se ve comprometida.