En Brasil se puede estudiar derecho y egresar de una universidad, pero para ejercer la profesión se requiere pasar dos exámenes de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), que son complejos y con cierta dificultad, en donde muchos no logran superar la prueba. Solo el 10% pasa el examen anual.
Uno de los casos exitosos es el del venezolano, Eliud Rafael Blanco, egresado de la Universidad Bicentenaria de Aragua. Justamente este año, asociaciones de profesores de derecho de todo el país reclamaron que esta fue la prueba más difícil en la historia de la OAB.
Fe, visión, trabajo
Eliud Rafael salió de Venezuela el 17 de octubre de 2017, por la crisis económica y convencido de que su título profesional -alcanzado con el sacrificio de su mamá y su esfuerzo- no serviría de mucho por la situación actual del país.
Estaba seguro, y lo está aún, de que su sueño de ser un Fiscal del Ministerio Público nunca sería posible sólo con su esfuerzo y su honestidad.
Cuando era solo un niño le prometió a su madre que velaría por su bienestar y cuidaría de ella siempre, y esa promesa se le hacía difícil de cumplir en una Venezuela , donde los servicios de salud y el mínimo confort son cosas de lujo.
Llegó a suelo brasileño con unos termos para vender café en la calle y allí recibió una primera decepción: vender café no es un buen negocio, pues en todas partes lo regalan. Cuenta que – al día siguiente regaló los termos- para comenzar a vender agua y dindin (helado) en la calle y así comenzó a sustentarse y a mandar dinero para su madre y sus dos hijos que habían quedado en Venezuela.
Después, con su esposa Jenifer decidió emprender camino a Manaus en busca de nuevas oportunidades. Allí pasó muchas pruebas. Intentó trabajar en el Puerto de la ciudad, pero se agobió de inmediato y pensó en montar un negocio de reparación de zapatos en el centro. Su papá le había enseñado el oficio de zapatero y usó esos conocimientos para sobrevivir.
Fue, justamente, ofreciendo esos servicios que conoció al cliente que cambiaría su vida. Recuerda que un día llegó un hombre para reparar algunos zapatos, y después de hacer una oración le recomendó ir a la sede de la OAB, capítulo Amazonas, para buscar información sobre sus posibilidades de ejercer su profesión en Brasil.
Conexión con Dios
“¿Tu crees en Dios?” pregunta antes de continuar su relato y de inmediato explica: “porque sólo Dios puede hacer posible lo que yo conseguí, y bueno, el esfuerzo que yo puse ante esa señal divina”.
Al día siguiente de la recomendación, Eliud Rafael fue a la sede de la organización y allí consiguió hablar con la secretaria del presidente. “Ella estaba muy estresada ese día y cuando yo intenté hablar tenía una actitud que no parecía amistosa. Sin embargo yo me atreví y le hablé. Tu no me vas a creer, pero ella, cuando me miró la cara, su expresión cambió y no sólo me atendió, me escuchó y me prometió hablar con el presidente de la OBA, para plantear mi caso”.
Al día siguiente Eliud retornó y consiguió la anhelada entrevista con el presidente de la Orden de Abogados del Estado Amazonas, y ese mismo día consiguió un trabajo como auxiliar de un secretario del Tribunal de Ética.“Era algo así como, el auxiliar del auxiliar del auxiliar”cuenta y sonríe.
Al tercer día de trabajo, su jefe faltó y se vio en la obligación de suplirlo y a la semana fue promovido como auxiliar administrativo. En ese cargo pasó un año, mientras hacía la reválida de su título en la Universidad Federal de Amazonas, cursaba una Especialización en la Escuela Superior de los Abogados Brasileños y además, se preparaba para los exámenes de la OBA.
A principios de 2021 presentó el exámen, convirtiéndose no sólo en orgullo de su familia, sino de sus colegas de la OAB Amazonas que publicaron un aviso para felicitarlo, dando a conocer la historia del venezolano que reparaba calzados y hoy es un abogado legalizado en Brasil.
Honrar la promesa
Eliud Rafael Blanco viene de una familia pequeña, perdió a su padre hace muchos años en un accidente de tránsito.
Actualmente vive en Manaus y consiguió llevar a todos los suyos a Brasil. Junto a su esposa e hijos trabaja y busca honrar la promesa que le hizo a su mamá cuando era sólo un niño: la cuida y la protege. También consiguió traer a su única hermana y a sus sobrinos.
Como la mayoría de los venezolanos añora su tierra y sueña con el día en que sea un país con mejores condiciones, para retornar y ayudar en su reconstrucción.