En la medida que aumenta el flujo de migrantes, los riesgos también crecen cuando se trata de cruzar una frontera, así lo denuncian los caminantes venezolanos que llegan de Ecuador a Colombia «por los caminos verdes».
Serbio Ortega, oriundo de Los Teques, Venezuela, relató que arriesgó su vida, durante su recorrido desde Lima, Perú, hasta Cali, en Colombia, por pasos irregulares. Denunció que en esos espacios no hay ningún tipo de vigilancia y que los cuerpos de seguridad solo resguardan las fronteras legales, cerradas por la pandemia de COVID-19. Según relata, “pasó el susto de su vida” cuando el 2 de mayo caminaba junto a otros migrantes, cerca de la frontera entre Ecuador y Colombia, y quedaron frente a civiles armados. “Un montón de vándalos, con acento venezolano y armas en mano, nos intentaron extorsionar exigiéndonos 50 dólares para pasar, pero al final, al ver que no teníamos cómo pagar, nos dejaron ir. No nos robaron”, detalló.
Sin embargo, Ortega agregó que al salir de la zona se encontró con personas que sí habían sido asaltadas. “Son un grupo grande que puede llegar a sorprender a cualquier caminante que atraviesa las trochas”.
Frontera al límite
Las extorsiones, situaciones irregulares y permanencia de grupos armados no es un caso nuevo en las fronteras de Venezuela y Colombia. Fundaredes, una organización independiente, denunció que los pasos limítrofes son zonas de alto riesgo.
Su director, Javier Tarazona, explicó que guerrilleros colombianos, grupos paramilitares y otros civiles armados se disputan a balas el control de territorios en el estado Zulia. “El Ejército de Liberación Nacional (ELN) controla el Kilómetro 23 vía a Encontrados, el Guayabo, Casigua El Cubo, así como también el sector Madre Vieja, La Motilona y Caño 14, del municipio Catatumbo del estado Zulia, todo el territorio está invadido de guerrilleros y paramilitares”, afirmó a finales de abril en un comunicado de prensa.
De esta realidad no escapan las fronteras entre Ecuador y Colombia, donde disidentes de la FARC secuestraron y asesinaron a tres periodistas ecuatorianos en 2018.