Los migrantes suelen enfrentarse a la xenofobia, pero los migrantes Lgbt+ también tienen que enfrentarse a la homofobia y otro tipo de discriminación. El trabajo “La violencia contra la población lgbti migrante debe estar en la agenda pública”, escrito por Xiomara K. Montañez da luces sobre algunos de los retos que tienen que superar los migrantes Lgbt+ venezolanos en Colombia, específicamente en Bucaramanga.
El reportaje fue publicado en Periódico 15, el laboratorio del Programa de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Xiomara K. Montañez es una de las ganadoras de la beca del curso virtual de cobertura periodística enfocada en las migraciones desde Venezuela hacia cinco países de la región, una iniciativa de Puente de Comunicación, una alianza entre Efecto Cocuyo y la Deutsche Welle Akademie.
En su trabajo, Montañez hace uso de varios formatos como texto, audio y video. Además, aborda historias de algunos de los migrantes venezolanos que pertenecen a la comunidad Lgbt+ y las vicisitudes que tienen que enfrentar en parte de la sociedad colombiana.
Ser migrante Lgbt+ y ser reconocido
Uno de los primeros puntos que aborda el reportaje publicado en Periódico 15 es la complejidad que acarrea ser migrante Lgbt+ en Colombia. En el texto, Montañez menciona que las personas venezolanas salen de su país debido a la escasez de alimentos y la falta de trabajo, entre otras. Pero también comenta que hay motivaciones vinculadas con la violación de derechos por la orientación sexual de las personas y sus expresiones de género. Así como por la explotación sexual y la falta de antirretrovirales para combatir al VIH. Otro punto resaltado es la falta de posibilidades de hacer un tratamiento hormonal en el caso de la población trans.
“A pesar de reconocerse la diversidad sexual en Colombian, no se reconoce la diversidad secual de los migrantes”, escribe Xiomara K. Montañez en su reportaje. También cita a Diego Ruiz, director de la ONG ConPázces, centrada en el trabajo en poblaciones vulnerables y en materia de derechos sexuales y reproductivos, así como en reducción de violencia de género y de la población Lgbt+. Ruiz explica que la diversidad sexual de los migrantes “es lo que menos le interesa a entes gubernamentales y autoridades”, y esto colabora en generar una brecha amplia que afecta a los derechos de esta población.
“Es más fácil meter a la cárcel a una persona venezolana por un crimen menor, a que se exija justicia o se abra un proceso por un delito cometido contra esta, lo cual es preocupante”, resaltó Ruiz a Periódico 15.
El trabajo centrado en Bucaramanga, cuenta cómo en esta ciudad no hay datos oficiales sobre la población migrante Lgbt+. “En Bucaramanga no existe un informe que nos diga qué está ocurriendo con esta población. No hay nada. Hay estudios en el ámbito nacional, pero en Santander no existen. Tanto las mujeres trans locales como las migrantes están sufriendo más violencia. Muchas deben dedicarse al trabajo secual, y este es un foco de vulneración de derechos que pareciera no poder salir a la luz por la negligencia judicial”, explicó Vanessa Durán Sánchez, de la plataforma Lgbtq de Santander.
Foto principal: Periódico 15
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