Nathali Guevara, de 29 años de edad, se siente desesperada desde hace un mes. El 20 de marzo debía viajar a Caracas, pero debido a la pandemia por el COVID-19 y los progresivos cierres de fronteras en América Latina forma parte de un grupo de connacionales varados en Chile. “Yo tengo dos años viviendo en Santiago, pero quería regresar a Venezuela desde el año pasado y por eso compré un pasaje en enero. Quería volver a estar con mi familia porque en este país estoy sola, no tengo a ningún familiar”, dice.
Su situación es parecida a la de otros 140 venezolanos, pasajeros de la aerolínea panameña Copa Airlines, que se encuentran varados en Chile. Entre los afectados hay mujeres embarazadas, niños y personas de la tercera edad. Algunos duermen en el aeropuerto internacional Arturo Merino, localizado en Santiago, por no contar con dinero para pagar un hospedaje.
Guevara se convirtió en vocera del grupo en marzo, luego de organizarse con otros varados y abrir una cuenta en Twitter (@regresoacasave1) para difundir su condición. El 28 de abril, desesperados por la incertidumbre, se plantaron en la embajada del gobierno de Nicolás Maduro en Santiago de Chile para entregar una solicitud de repatriación. Tras una hora, unos funcionarios diplomáticos decidieron atender a Guevara, sin ofrecer una salida. “Es la segunda vez que acudimos a la embajada, antes no nos atendieron. Estamos en una situación crítica. No pedimos caridad, solo pedimos que se habilite un canal humanitario para que Copa Airlines u otra aerolínea pueda llevarnos hasta nuestro país”, indica.
El grupo piensa acudir a otras instancias para conseguir una solución. También a la Cancillería chilena interceder en su propósito para volver a Venezuela. Cada caso es una historia diferente. Guevara tenía dos empleos en Santiago, enviaba dinero a sus padres y hermano en Caracas. Pero renunció a sus trabajos de mesonera y vigilante unos días antes de su regreso a Venezuela. Ahora, no percibe ningún ingreso y está alojada en la casa de unos amigos. “Es complicado porque no tengo empleo, es difícil decirle a mi familia que estoy bien. ¿Cómo les explico que no puedo ayudarlos? Hoy tengo para comer una arepa, pero mañana no sé”, dice.
Varada en Chile tras visita familiar
Otros solo estaban de visita. Sabrina García, una productora publicitaria de 28 años, llegó a Chile el 11 de marzo, día que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus como pandemia mundial. Su intención era visitar una semana su hermano, radicado en Santiago, cuando el gobierno de Maduro anunció la suspensión de los vuelos procedentes de Panamá y otros destinos. “Cuando esto pasó me puse en alerta. Yo tenía pasaje de regreso con Copa Airlines, una de las pocas aerolíneas que vuela en Venezuela, pero que generalmente hace escala en Panamá. Me planifiqué para regresar de otra forma, pero enseguida todos los países comenzaron a cerrar fronteras”, comenta.
Aun así, García cambió su boleto para retornar a Venezuela el 23 de abril, día que estaba previsto levantar restricciones en Panamá, pero eso no sucedió. “Lo más difícil es no tener respuestas. Es desesperante porque no podemos planificarnos. Llamo a la aerolínea y solo me dicen que ingrese a un link, complete un formulario y así me tomarán en cuenta para un vuelo humanitario. Pero nunca me dicen la fecha, tampoco tengo certezas. No estamos mendigando porque todos compramos pasajes, solo necesitamos que se deje aterrizar un avión en Venezuela”.
García se preocupa por la llegada del invierno chileno. Aunque tiene una casa donde alojarse, sospecha que muchos de sus connacionales varados afrontarán duras condiciones en los próximos días. “Todavía están llegando personas de distintas regiones de Chile a Santiago, que por no tener donde quedarse se van a dormir al aeropuerto”, agrega.
Sostienen contar con ayuda de Copa Airlines
Este grupo de varados en Chile entregó una carta en la sede diplomática de Venezuela. En ella afirman que la aerolínea panameña estaría dispuesta a ayudarlos en caso de que se permita el aterrizaje en Caracas. “Es necesario dejar en claro que nuestro retorno a Venezuela es de gran necesidad, de gran urgencia. Esto puede hacerse posible si el Estado venezolano otorga la autorización a Copa para entrar en el territorio”, se precisa en el documento.