Huir para no morir: migrar en busca de antirretrovirales es el nombre de un reportaje realizado por Ana Cristina Basantes y publicado en GK, uno de los medios de comunicación independiente más leídos en Ecuador. El trabajo aborda la historia de dos migrantes venezolanos que tuvieron que irse de su país debido a la escasez de medicamentos antirretrovirales. Los dos criollos llegaron a Ecuador, con la esperanza de conseguir un mejor acceso a las medicinas, pero la situación no ha sido tan positiva. Además de enfrentarse a un sistema que los persigue y los discrimina, los venezolanos con VIH en Ecuador también tienen dificultades para conseguir trabajo y para obtener los medicamentos que suelen ser de alto costo.
El reportaje fue publicado el lunes 30 de noviembre y es parte de la beca del curso virtual de cobertura periodística enfocada en las migraciones desde Venezuela hacia cinco países de la región, una iniciativa de Puentes de Comunicación, una alianza entre Efecto Cocuyo y la Deutsche Welle Akademie.
Ser migrante venezolano y tener VIH
El reportaje aborda, principalmente, la historia de dos venezolanos con VIH y sus motivos para abandonar su país de origen. En ambos casos, los criollos vieron que su condición crónica de salud no podía tratarse de forma óptima en Venezuela y se enfrentaban a una decisión de vida o muerte. Así que abandonar el país que los vio crecer fue la decisión que los acercaría a un mejor futuro.
No obstante, ambos venezolanos encontraron dificultades desde el primer momento de su llegada a Ecuador. El reportaje de Ana Cristina Basantes cuenta cómo las autoridades ecuatorianas no tienen una base de datos sobre la población Lgbti migrante y por ello no hay una atención focalizada hacia los integrantes de esta comunidad.
Andrés*(nombre ficticio para proteger la identidad de la persona) fue diagnosticado con VIH en 2014. Vivió su condición en Venezuela durante cinco años, pero con el pasar de los días su situación se hizo cada vez peor. La escasez de medicamentos antirretrovirales se hizo presente y Andrés tuvo hasta siete esquemas diferentes de tratamiento debido a que las pastillas que le recetaban eventualmente dejaban de llegar a Venezuela. Así como la ocurrió a Andrés, otras 30.000 personas pasan por situación similar en Venezuela de acuerdo a los datos de la Red Venezolana de Gente Positiva (RVG+), citados en el reportaje publicado en GK.
Andrés decidió irse a Ecuador junto a su pareja. Lo hicieron por tierra y el viaje lo describe como una “travesía”. Andrés no tenía pasaporte al salir de Venezuela y tuvo que cruzar por vías ilegales en dos ocasiones en su viaje hacia la nación meridional. A su llegada a la frontera de Colombia y Ecuador, Andrés se encontró con trabas para poder ingresar al país. No obstante, logró convencer a un médico tras explicarle que estaba en una situación de vida o muerte.
Así como Andrés, hay 1.062 venezolanos con VIH viviendo en Ecuador. Pero solo 373 reciben el tratamiento antirretroviral en Ministerio de Salud Pública (MSP).
Antonio es el otro protagonista de este reportaje publicado en GK. El venezolano no esperó para irse del país al enterarse que tenía VIH. Sabía que en Venezuela no podría conseguir los medicamentos y no dudó a la hora de enrumbarse a nuevas tierras.
A su llegada a Ecuador, Antonio empezó a recibir el tratamiento necesario. Sin embargo, hace dos meses escuchó lo que nunca pensaría escuchar en otro lugar que no fuera Venezuela: no había medicamentos antirretrovirales en el hospital donde se atiende. Desde septiembre Antonio no recibe sus medicamentos y su otra opción es utilizar el seguro privado que le da su empresa, pero Antonio tiene dudas sobre esta decisión pues tiene miedo de revelar que vive con el virus.
Tanto Andrés como Antonio tomaron una decisión que los pudo salvar de la muerte, o al menos de un empeoramiento de su salud y su vida. Ambos decidieron abandonar Venezuela para poder mantenerse con vida.
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Imagen principal: Paula de la Cruz para GK