Desde hace siete días comenzaron a llegar los migrantes venezolanos a San Antonio del Táchira y de alli retornar a sus hogares en otros estados; pero una vez en el terminal de pasajeros de esa localidad fronteriza se les informó que cumplirían 14 días de cuarentena como medida de prevención para evitar la propagación del coronavirus.
La mayoría de los llamados “venezolanos retornados” manifestaron que los dos primeros días fueron muy difíciles porque pasaron más de 24 horas a la intemperie en el terminal de pasajeros, sin agua, sin comida, sin tener dónde dormir y con poca información por parte de las autoridades nacionales y regionales, que se trasladaron hasta la frontera para activar los controles epidemiológicos.
Un grupo de personas, que está en el liceo Manuel Díaz Rodríguez, contó que tras permanecer día y medio en el terminal de pasajeros fueron trasladados a la 1:00 de la madrugada del día domingo a la institución educativa. Llegaron y no había colchonetas, ni agua, tampoco comida y los baños en malas condiciones.
En este plantel hay 523 personas que emprendieron el retorno al país presionados por la coyuntura de salud planteada por la pandemia y que en Colombia ya ha cobrado 80 vidas y hay 2.473 casos positivos por coronavirus, según el reporte del Ministerio de Salud del vecino pais al día de hoy, 11 de abril.
Otros migrantes están el liceo San Antonio, 351; y las unidades educativas El Palotal, 152; y la Pérez del Real, donde hay 178 personas.
La situación ha ido mejorando con el paso de los días, dijo una de las mujeres que está en el Manuel Díaz Rodríguez y pidió no ser identificada. Les asignaron un salón de clases donde duermen ocho personas, y se han ido organizando para limpiar diariamente los espacios, cocinar y cuidarse entre todos.
Todos los días reciben desayuno, almuerzo y cena, ya tienen colchonetas, cuentan con agua, pero dicen que lo más difícil son los baños que apenas los están acondicionando.
A las 9:00 de la noche todos deben estar acostados y se encuentran bajo custodia de funcionarios militares para evitar que alguna de las personas se vaya del lugar.
En el liceo San Antonio está Kerwin López, quien le contó al Diario La Nación del Táchira que junto a su esposa y sus dos pequeños hijos, pasó por una trocha desde Cúcuta hasta territorio venezolano; al llegar al terminal de San Antonio lo trasladaron a ese refugio.
“Los primeros días me costó asimilarlo, pero ya sé que es un bien para mí, para mis hijos y para mi familia y lo he estado soportando y mejorando”, dijo este venezolano de 25 años de edad mientras está en uno de los salones junto a 11 personas más.
Más de 300 personas para cumplir la cuarentena
En el liceo San Antonio hay 351 personas, la mayoría ha recibido colchonetas, se les ha brindado atención a las mujeres embarazadas, a los niños recién nacidos y a los adultos mayores. También reciben comida y agua para bañarse y mantener limpios los espacios, para así cumplir la cuarentena.
En el municipio Junín, capital Rubio, se activó un refugio para migrantes venezolanos en el centro religioso “Verbo de Dios”. Hasta ese lugar llegó Juliette Aldana, quien regresó de Colombia porque se quedó sin trabajo y no tenía dinero para pagar el alquiler. La señora Aldana acompañada de su pequeña hija contó que fue muy duro cuando le informaron que debía cumplir los 14 días de cuarentena antes de volver a su hogar.
“Cuando llegué a San Antonio pensé que iba a pasar trabajo, no tenía una idea clara a dónde iba a ir, si a un colegio y nos había dicho que nos quedaríamos en el terminal de pasajeros, pero aquí estamos”, señaló.
Dijo que en el lugar faltan muchas cosas que no detalló, pero manifestó sentirse bien porque los niños han comido y a todos los adultos les han dado la debida alimentación.
Fotos: Diario La Nación