El Gobierno de Estados Unidos anunció el pasado viernes, 28 de julio, que aceptará peticiones de asilo de migrantes venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses que estén ya en México. La medida se traduce como un intento por descongestionar la frontera del lado mexicano, donde miles de migrantes esperan poder ingresar a territorio estadounidense.
El anuncio es fruto de un acuerdo con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que llega días después de una reunión en Ciudad de México entre una delegación estadounidense y el mandatario latinoamericano, indicó en un comunicado el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Como parte de ese acuerdo, el Ejecutivo mexicano se comprometió a crear un “espacio internacional multipropósito” en el sur de México para ofrecer nuevas opciones de asilo y de empleo a las personas más vulnerables que se encuentran en el país, entre ellos cientos de venezolanos.
Las autoridades aún no han precisado en qué consistirá ese “espacio internacional multipropósito”.
Texas refuerza sus fronteras
Durante las últimas semanas, tras la eliminación del Título 42, las autoridades republicanas de Texas han ordenado a los funcionarios del Departamento de Seguridad Pública de Texas que desplieguen una operación para «defender el frente», según reportó el New York Times.
Desde entonces, el camino de los migrantes que cruzan la frontera hacia Estados Unidos ha sumado nuevos peligros. Entre algunos: las riberas del río Grande/Bravo ahora están rodeadas con alambres de púas, incluso por debajo de las aguas, provocando que los migrantes se lesionen en el camino.
Esta situación fue catalogada de «inhumana» por representantes del gobierno de Joe Biden, que instaron a las autoridades texanas a remover dichos obstáculos.
“De verdad esa alambrada yo la veo como algo inhumano, uno viene luchando desde varios países y uno pasa muchos traumas”, dijo el venezolano Eduardo Díaz a la agencia EFE.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió una orden judicial para impedir que Texas construya barreras adicionales en el río y también solicitó a un tribunal que ordene al estado que derribe las ya existentes por su cuenta.
Aunque la demanda se interpuso a raíz de las boyas, se han colocado estructuras metálicas de malla y alambradas con peligrosas navajas para impedir que los migrantes entren a territorio estadounidense y pidan asilo.
El organismo dice que el gobernador Abbott viola la Ley de Ríos y Puentes, porque la ley federal prohíbe la colocación de barreras u obstrucciones no autorizadas en el río Bravo y otras aguas navegables de Estados Unidos.