Mientras muchos Gobiernos en América envían tropas a sus fronteras para tratar de detener a los migrantes venezolanos, en Brasil los reciben con los brazos abiertos. Han sido reubicados y ahora contribuyen al crecimiento económico, según un reportaje de la agencia Bloomberg.
A los venezolanos que cruzan la frontera norte brasileña los reciben funcionarios que procesan sus visados, por empleadores privados que ofrecen trabajo, y por un Gobierno que cubre los pasajes aéreos para reubicarlos en lugares recónditos del país, principalmente en el sur.
La medida ha traído beneficios ya palpables en Brasil:
1. Cubre importantes vacantes laborales.
2. Mejora su productividad agrícola.
3. Los migrantes aceptan empleos en sectores cruciales (agroindustria) y se conectan con un patrocinador o un refugio que los acoge mientras buscan trabajo.
Y para los migrantes la reubicación también es beneficiosa: les permite afianzarse en la sociedad y conseguir ingresos que les permiten salir adelante. Sin embargo, las jornadas laborales son largas y arduas, y los trabajos quedan en zonas remotas del país.
«Operación Bienvenida» para los migrantes venezolanos
Desde 2018, el Gobierno brasileño ha reubicado a al menos 114.000 migrantes venezolanos bajo el programa de «interiorização», o «interiorización», que los vincula a trabajos de la agroindustria principalmente en los estados del sur del país.
Cuando los migrantes cruzan hacia Brasil, inicialmente llegan a localidades con pocos recursos en el estado de Roraima. De allí que, buscando aliviar el flujo de personas, el Gobierno haya implementado la Operação Acolhida, u «Operación Bienvenida» como respuesta humanitaria.
Las empresas pueden contratar venezolanos directamente desde Roraima. De esta manera, los migrantes pueden postularse en los centros logísticos para las vacantes disponibles en todo el país y realizar entrevistas a través de videollamadas.
Para ser elegible, los solicitantes deben tener su cuadro de vacunas completo y sus papeles de trabajo en regla. Una vez que se firma un contrato, el Gobierno brasileño paga un vuelo privado para reubicar a los migrantes o lo hace vía aviones militares.