Human Rights Watch denuncia abusos contra venezolanos retornados

Al menos 130.000 venezolanos han retornado en medio de la pandemia. Deben permanecer en los centros de cuarentena conocidos como PASI

Human Rights Watch(HRW) señaló que las autoridades venezolanas someten a un trato abusivo a más de 130.000 venezolanos retornados. Un estudio realizado por HRW junto con el Centro de Salud Pública y Derechos Humanos, y el Centro de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins explicó que los venezolanos retornados no reciben un trato humanitario por la administración de Nicolás Maduro.

El trabajo será abordado en profundidad cuando los ministros de Relaciones Exteriores de los países latinoamericanos se reúnan en una nueva sesión del Proceso de Quito. HRW explica que las condiciones en la que se encuentran los venezolanos retornados “probablemente incrementará la transmisión de COVID-19” en el país.

El reporte en conjunto entre HRW y los Centros de la Universidad Johns Hopkins encontró “condiciones insalubres y de hacinamiento en los centros donde se obliga a los retornados a cumplir cuarentena”. Además, las personas tendrían “escaso acceso a alimentos, agua o atención médica”.

Trato abusivo hacia los venezolanos retornados

En el trabajo realizado por HRW junto a la prestigiosa universidad estadounidense también se da a conocer que los retornados que son obligados a permanecer en los centros de cuarentena tienen que estar más tiempo del reglamentario debido al retraso en las pruebas diagnósticas de COVID-19 “y un protocolo de testeo innecesariamente complejo”.

“Enviar a los retornados a centros de cuarentena insalubres y sobrepoblados, donde es imposible cumplir con las medidas de distanciamiento social, es una fórmula perfecta para propagar el COVID-19”, explicó la Dra. Kathleen Page, médica y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Exigirles quedarse allí por más del plazo establecido de 14 días no hace más que agravar el riesgo de que se contagien y no contribuye a ningún propósito razonable de salud pública”, agregó la experta.

Debido a la pandemia por COVID-19 y sus efectos en las economías de los países latinoamericanos, miles de venezolanos se han visto forzados a regresar al país del que huyeron en su momento. La migración venezolana se cuenta en más de cinco millones de personas; quienes han salido del país debido a una variedad de razones, pero donde resaltan la calidad de vida, las constantes fallas de servicios básicos, el prácticamente nulo acceso a la salud y la falta de capacidad adquisitiva.

La pandemia y el retorno de venezolanos

Desde el inicio de la pandemia, cerca de 130.000 venezolanos han regresado a su país de origen. La respuesta de la administración de Nicolás Maduro es llevarlos a centros de cuarentena donde deben pasar más de dos semanas incluso sin tener síntomas de COVID-19.

Entre los meses de junio y septiembre, HRW entrevistó a 76 personas, incluyendo 23 retornados (10 mujeres, 13 hombres) procedentes de Colombia, Brasil, Perú, Ecuador y Estados Unidos. Además, se entrevistó a periodistas, actores humanitarios y representantes de organizaciones no gubernamentales y residentes de zonas a las que llegan los retornados. HRW analizó la información proporcionada por organizaciones internacionales y venezolanas, así como videos de declaraciones realizadas por funcionarios gubernamentales y protocolos emitidos por el Ministerio de Salud venezolano.

Las personas que regresan a Venezuela deben permanecer en centros de cuarentena conocidos como Puntos de Atención Social Integral (Pasi). Según las entrevistas realizadas por HRW, las personas se alojaron en 26 centros. 19 de estos eran de recepción de estados fronterizos de Táchira, Apure y Bolívar. El resto estaba en Caracas, Aragua, Falcón, Guárico, Vargas y Zulia.

En el trabajo, HRW afirma que “aunque las condiciones en los centros de atención varían considerablemente, la mayoría de los retornados entrevisatados indicaron que la capacidad de estos centros estaba seriamente desborada y había multiples personas en cada habitación”. Además, varios de los entrevistados relataron “condiciones insalubres, como falta de agua y electricidad para hacer funcionar las bombas de agua”. También comentaron sobre la falta de jabón y otros artículos de higiene.