“Migración como Oportunidad: lo que Chile gana y Venezuela pierde”, es el nombre del reportaje escrito por Cielo Galarcio Tarrá y publicado en el medio de comunicación Revista Sur. Cielo Galarcio Tarrá es una de las personas ganadoras de la beca del curso virtual de cobertura periodística enfocada en las migraciones desde Venezuela hacia cinco países de la región, una iniciativa de Puente de Comunicación, una alianza entre Efecto Cocuyo y la Deutsche Welle Akademie.
En su texto, Galarcio Tarrá aborda dos historias de éxito de venezolanos en Chile y busca mostrar que la ganancia del país austral viene en detrimento de la pérdida de Venezuela, pues gran parte de la migración criolla es de personas con estudios universitarios y hasta especializaciones.
Venezolanos con éxito en Chile
El reportaje de Cielo Galarcio Tarra cuenta la historia de Daniel Scotto y su familia en su llegada a Chile. Esta familia criolla dejó Venezuela en 2016 debido a la dificultad para conseguir alimentos, dinero en efectivo y por el aumento de la inseguridad en el país. Tanto Daniel como su esposa eran profesionales en Venezuela. Él es abogado de profesión y ella médica cirujana. Ambos tenían un centro de salud en Venezuela que tuvieron que dejar atrás para buscar mejor vida en la nación sureña.
Luego de superar los trámites migratorios, tanto Daniel como su esposa lograron establecerse en Chile en cuestión de meses. Cielo Galarcio Tarrá cuenta en su reportaje que “pasados dos años de estar acá Daniel tuvo una emergencia médica una madrugada, y la experiencia no fue del todo grata para él, ya que cuando se emigra y se encuentran dos culturas distintas a veces resulta difícil entenderse entre las dos partes, entonces para Daniel era esencial en ese momento recibir orientación con su jerga, su lenguaje cultural, así que su esposa en ese momento estaba con él y pudo ayudar a sortear esa situación, pero esa experiencia en especial los motivó a volver tener un centro médico, ya no en Venezuela, sino en Chile observando de cerca el aumento progresivo de la migración venezolana en 2018 y viendo esa necesidad de entenderse medicamente en su propia cultura, viviendo en Chile”.
Entonces, Daniel y su esposa decidieron volver a tener un centro de salud, pero esta vez en otro país. Ambos sobrellevaron el estallido social de 2019 en Chile y la prueba más dura llegó con la pandemia por COVID-19. Sin embargo, gracias a los conocimientos en telemedicina que tienen ambos, el centro médico sobrevivió y, actualmente, se mantiene activo atendiendo a las personas que depositan la confianza en el lugar.
La segunda historia de éxito que cuenta Galacio Tarrá en su reportaje es la de Roger Castillo, un venezolano que salió de Cojedes hacia Santiago de Chile. Roger abandonó su natal Tinaquillo en 2017 y se enfiló a tierras sureñas. En Venezuela, Roger era médico, pero decidió estudiar colorimetría para aprender la aplicación de tintes de cabello, debido a que esta sería una oportunidad para conseguir trabajo rápidamente en Chile.
Tres años después de su llegada al país austral, Roger posee un negocio propio, un Studio Spa que lleva su nombre y que cuenta con una clientela fiel. Sin embargo, en el reportaje de Galarcio Tarrá se menciona parte del proceso e Roger para ser quien es hoy día. Roger no tenía para comprarse el almuerzo antes de llegar a Chile y un grupo de personas que conoció en el aeropuerto le obsequió un pasticho que comió antes de subir al avión.
Una vez llegado a Chile, se estableció en Talagante y luego de conocer estación central en Santiago, decidió que ese sería su lugar de trabajo. Consiguió empleo en una peluquería y se volvió cercano con una cliente que quedó maravillada cuando Roger cubrió sus canas con el servicio de aplicación de tinte capilar. Tan buena fue la relación y el trabajo de Roger, que esta persona siempre quería ser atendida por él. La mujer lo ayudó a conseguir un mejor arriendo en el centro de la ciudad y, tras varios años de ahorros, Roger decidió montar su propia empresa. Es así como ahora, tres años después de su llegada a Chile, el oriundo de Tinaquillo cuenta con 8 empleados en su Studio Spa que también tuvo que reinventarse tras la llegada de la pandemia al país sureño.
Roger piensa que todavía no es momento para regresar a Venezuela y “que pasará mucho tiempo para que el país se acomode nuevamente”.
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