Cada migrante venezolano lleva parte de su sabor y su cultura a los países de acogida. Desde carabinas hasta arepas de pescado. Son muchos los sabores criollos que ahora se encuentran con mayor facilidad en otros territorios. El pan de jamón no podía faltar entre la larga lista de platillos criollos que ahora se disfrutan en otras latitudes.
Un elemento casi imprescindible en la mesa navideña, el pan de jamón tiene su apogeo entre los meses de noviembre y diciembre de cada año en el hogar venezolano. Si hay suerte, quedará un poquito de pan de jamón para comer los primeros días de enero.
Este plato es el elegido por una de las tantas familias venezolanas en Quito, Ecuador, y que forma parte del proyecto Sabor Migrante, un esfuerzo editorial de Venezuela Migrante y Efecto Cocuyo, para contar la migración venezolana desde otra perspectiva.
El pan de jamón en las manos de un venezolano en Quito
Jesús Arias toma un bocado, feliz y complacido, de pan de jamón recién salido del horno. Él mismo hizo este delicioso platillo tradicional en la mesa navideña venezolana. Arias era transportista de carga pesada en Venezuela. Llegó a Ecuador junto a su esposa, quien dio a luz a su hija tres meses luego de arribar al país meridional.
Aunque a Arias le costaba conseguir trabajo fijo, su esposa tenía un ingreso constante debido al manejo de redes sociales y marketing digital, trabajo que ya hacía en Venezuela y que pudo llevarse a Quito. La familia logró establecerse y ahora tiene un hogar en la capital ecuatoriana. En la cocina de esa casa se prepara un pan de jamón repotenciado con tocineta y que dice presente en la época navideña de cada año.
Para conocer la historia de este pan de jamón meridional, vea el siguiente video: