Retornar a Venezuela en medio de la pandemia (claves)

Los investigadores del Centro de Investigaciones Populares y Cecodap entrevistaron a 18 venezolanos para poder realizar el informe

El movimiento migratorio venezolanos no se detiene, tampoco en plena pandemia. Una investigación realizada por el Centro de Investigaciones Populares (CIP) y Cecodap visibiliza cómo los venezolanos retornados han sufrido de estigmatización y un maltrato sistemático.

El estudio, que fue presentado a la prensa en la primera semana de diciembre, también demuestra cómo las autoridades venezolanas maltratan a los venezolanos retornados. Además, el informe muestra cómo estas personas realmente no han sido bien atendidas en su regreso al país.

Desinformados y sin recursos, así es el retorno a Venezuela

La investigación desarrollada por el CIP y Cecodap arroja datos importantes. Los resultados del trabajo son producto de las entrevistas a 18 venezolanos retornados que contaron sus experiencias.

1- Un cambio en la movilización. El trabajo muestra que «hay un cambio en la caracterización de la movilidad venezolana. Antes eran los hombres los que partían primero, para luego llevarse a sus familias. Ahora son las mujeres las que se movilizan. Mujeres con niños y abuelas», relató Mirla Pérez, miembro del CIP, profesora de la Universidad Central de Venezuela e investigadora. Esto denota un cambio importante en la movilización de la migración venezolana, pues ahora es más diversificada.

2- El retorno comenzó en marzo. La mayoría de los países latinoamericanos impusieron cuarentenas en la segunda semana del mes de marzo. Esto hizo que las condiciones económicas de los venezolanos en los países de acogida empeoraran en cuestión de días. Alexander Ocampos, miembro del CIP e investigador, explicó que «los venezolanos tomaron lo poco que tenían en los países de destino, vendieron lo que no podían cargar y emprendieron una caminata hasta las fronteras venezolanas». Esto último, especialmente motivado por la paralización del transporte público en los países del continente.

«Los venezolanos migrantes se regresan en busca de un refugio. Huyen del hambre y del desamparo de quedarse sin hogar; pues al no poder trabajar no podían pagar arriendo», indicó Campos.

Poca atención por parte de las autoridades

3- El papel de las autoridades. Los entrevistados coincidieron en que el trato por parte de las autoridades venezolanas «fue pésimo». Sin embargo, también sostuvieron que hubo ausencia de cualquier tipo de autoridad gubernamental o policial hasta llegar a la frontera criolla. Apenas en el paso fronterizo es que pudieron encontrar apoyo por parte de organizaciones no gubernamentales y hasta entes migratorios o policiales. El trato recibido fue mejor del lado extranjero, que del lado venezolano.

Los entrevistados también manifestaron que hubo un discurso discriminatorio en contra de los retornados. Este discurso que nació desde el poder político en Venezuela, también llegó hacia los funcionarios de seguridad. En el informe también se explica que las personas son despojadas de lo que traen y «son humillados y tratados como criminales por policías y militares».

Poco valor por las medidas de bioseguridad

4- Ausencia de protocolos. Un punto sumamente importante es si hay o no protocolos de bioseguridad en los pasos fronterizos. La administración de Nicolás Maduro ha asegurado que la atención en la frontera es óptima, sin embargo, los entrevistados en el trabajo del CIP y Cecodap opinan diferente. Las personas reportaron que «no existen protocolos de bioseguridad para ingresar al país». No obstante, afirmaron que sí les hacen la prueba rápida para detectar la COVID-19. Lamentablemente, sin importar el resultado, todos fueron enviados a centros de aislamiento preventivo.

5- Los centros de aislamiento. Los espacios para que los venezolanos guardaran cuarentena en las zonas fronterizas «se convirtieron en pequeños campos de concentración», aseguraron los investigadores. Los entrevistados también aseguraron que en los lugares de aislamiento no había personal médico para controlar el sitio, sino que los recintos estaban al mando de grupos armados y milicianos.

Los venezolanos retornados fueron amenazados por grupos irregulares. Sus comunicaciones fueron reducidas y no podían informarse sobre el acontecer nacional. Los entrevistados coincidieron en que ninguno pasó únicamente los 14 días de aislamiento que son los recomendados por las autoridades médicas. Por el contrario, el promedio de días de los entrevistados fue de 25.

6- Los niños afectados. «Una persona nos relató que del paso de Arauca (Colombia) a Barquisimeto (Venezuela) murieron tres niños con deshidratación», comentó la investigadora Mirla Pérez. Los niños no reciben ningún tipo de trato especial o diferenciado, a pesar de ser de los más vulnerables en esta situación. El informe señala que los niños fueron sometidos a caminar por kilómetros, además de a la mala alimentación y al hacinamiento. Además, fueron testigos de violencia ejercida por grupos armados contra el resto de la población.

Puede leer el informe completo aquí