Un texto de Carlos Genatios y Marianela Lafuente aborda la migración venezolana desde distintos aspectos. El artículo, El potencial de la diáspora venezolana para el desarrollo del país publicado en Trópico Absoluto, muestra cómo la migración venezolana puede colaborar al crecimiento de otros países y, eventualmente, al desarrollo de Venezuela si las personas decidieran volver en algún momento.
El trabajo también clasifica y explica los distintos tipos de migrantes según su preparación académica y condiciones socioeconómicas. Además, hace un análisis profundo sobre el nivel educativo de los venezolanos egresados de universidades a partir de 2010 y explica las razones de estas diferencias.
Analizar la migración venezolana
1. El contexto. El trabajo inicia con el panorama que se vive en 2021 en Venezuela, pero también relata cómo se trazó esta senda que vive ahora el país. La contracción económica, caídas consecutivas del PIB desde 2014, la disminución de la exportación petrolera, el colapso del sistema eléctrico nacional, el deterioro general de los servicios públicos y la dolarización de facto, con un largo etcétera. En el texto se menciona cómo se incrementó rápidamente la migración desde 2017, año convulso en Venezuela debido a las protestas antigubernamentales.
La pandemia por el COVID-19 agudizó todas las carencias que se registran en Venezuela, advierten los autores, y además, ha abonado a la incertidumbre diaria del venezolano. Sin embargo, el texto explica que ni la pandemia, ni el cierre de fronteras, han logrado frenar la salida de la migración venezolana.
2. La dificultad de cuantificar la migración. El artículo muestra distintos datos aportados por diferentes organizaciones, pero privilegia los brindados por Acnur y por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para dirigir y coordinar la respuesta a los refugiados y migrantes de Venezuela. Dicha plataforma tiene una cifra actualizada para el 5 de enero de 2021 de 5.442.611 venezolanos migrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Esto, según datos de los gobiernos receptores.
Sin embargo, cuantificar con precisión la migración venezolana no es tarea fácil. Los datos oficiales por parte de Venezuela son prácticamente inexistentes y los que puedan encontrarse no son del todo confiables. Entonces, la solución es contar con los números brindados por los países receptores, pero estos también tienen ciertas fallas. El texto explica que los datos “normalmente no incluyen a venezolanos que se encuentran como turistas”. Tampoco se contabiliza a quienes ingresan de forma clandestina a los países, ni a los que están en trámites de regularizar su estatus migratorio en los países. Tampoco se cuentan los datos de las personas doble nacionalidad, que normalmente salen de Venezuela con pasaporte criollo y entran en Europa con pasaporte comunitario. Esto es particularmente importante porque Europa ha sido uno de los destinos de buena parte de la migración venezolana.
Los destinos y el nivel educativo
3. Los lugares de destino. El artículo muestra que, hasta 2015, los destinos principales de la migración venezolana eran Estados Unidos y Europa. Esto se debe a que, según el estudio, los migrantes “tenían un nivel educativo alto y posibilidades económicas, lo que facilitó a muchos conseguir empleo o iniciar un negocio propio”. No obstante, las oleadas más recientes tomaron como destino a países del Caribe y de América Latina. En 2019, Colombia y Perú fueron los principales destinos. Entre estos dos países sumaron 65% del total de migrantes. Estados Unidos sumó 10.97% y España agrupó 8%. También resaltan países como Argentina, Chile, Italia y Portugal.
4. El nivel educativo. Según los autores del trabajo, un alto porcentaje de la migración venezolana tiene un elevado nivel de estudios. Sin embargo, el artículo hace la siguiente salvedad: “El nivel de los egresados universitarios en Venezuela es entonces muy heterogéneo, especialmente a partir de 2010. Es por ello que el nivel educativo no es un indicador suficiente para caracterizar a la diáspora altamente calificada y establecer políticas con respecto a una fuga de cerebros venezolanos. Se requeriría considerar otros factores, como las condiciones de empleo, antes de salir de Venezuela y en los países de acogida, información difícil de precisar, sobre todo por las oleadas migratorias más recientes”.
El estudio también explica que, con datos de diversas fuentes, más del 50% de la migración venezolana es joven. Con edades comprendidas entre 20 y 39 años. Además, se sabe que en España hay unos 5.000 médicos, que forman parte de los más de 30.000 médicos que han emigrado. Esto también ha ocurrido en el sector académico, pues 40% de la planta profesoral de las universidades ha renunciado o migrado. El desempleo de los venezolanos en distintos países es el siguiente: 6% en Estados Unidos, 40% en España, 26% en Chile, 14.4% en Colombia y 6.1% en Perú (datos del 2018).
Acercarse a la migración
5. El potencial de la migración. El texto explica que, “en Venezuela el éxodo masivo de las personas altamente capacitadas incluye profesionales de diversas áreas: médicos, ingenieros, científicos, profesores, maestros, pero también técnicos calificados, empresarios, gerentes; personas cuyas capacidades son muy necesarias para la reconstrucción y el desarrollo del país”. Incluso, si las personas decidieran no regresar, también pueden aportar sus capacidades y recursos para apoyar el desarrollo del país.
Los autores señalan que varios países han desarrollado políticas y programas de vinculación con sus emigrantes, “con una concepción amplia e incluyente de la diáspora”. Reforzar estos vínculos con los migrantes puede ser de gran ayuda para Venezuela, sin embargo, en el texto se menciona que, de momento, no existe ningún tipo de propuesta por parte de las autoridades venezolanas hacia su migración.
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