El 21 de julio, un grupo de venezolanos varados en España desde hace cuatro meses regresó a Venezuela en un vuelo humanitario coordinado por la aerolínea española Plus Ultra. Para lograr la autorización, los ahora retornados pasaron por numerosas penurias: desde dormir en las afueras de la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas, hasta quedarse sin recursos económicos en lo que se suponía sería un viaje puntual al país ibérico.
Fue durante la mañana del 17 de julio cuando, alrededor de 300 venezolanos, recibieron la noticia, de la mano de la propia embajada de Venezuela en España, sobre la autorización para retornar a su país en un vuelo Madrid-Caracas. Los requisitos para abordar, entre otros, era estar registrado en las listas de varados ante las autoridades diplomáticas, someterse a una prueba PCR, dar negativo y, en la mayoría de los casos, cancelar hasta 550 euros por el pasaje de regreso.
Hasta los momentos, son 705 los venezolanos identificados como varados por las sedes diplomáticas. Pero el equipo de Venezuela Migrante conoció que el número aumentará, pues los que aún permanecen en España se coordinan para ejercer presión para garantizar su pronto retorno.
Desde primeras horas del 21 de julio se congregó en el aeropuerto de Madrid el grupo que partiría esa misma tarde, a las 13:00 hora local, hacia Venezuela. Entre ellos, según informó el embajador Mario Isea, había 140 personas exoneradas del pago del boleto por razones humanitarias.
Oficialmente retornados
Al momento de abordar el vuelo que los llevaría de regreso a su país, los venezolanos solo tenían conocimiento de los lugares donde tendrían que guardar cuarentena como medida de prevención ante la propagación del COVID-19.
Habilitaron tres opciones: el hotel Eurobuilding, con un pago de hasta 100 dólares por noche en una habitación matrimonial y con tres comidas incluidas; en el hotel Altomar, donde el pago de la habitación equivalía a 45 dólares por noche sin comidas; y el Centro Vacacional de Los Caracas habilitado por el Gobierno nacional como centro de aislamiento. Todos ubicados en el estado Vargas.
Aterrizaron en Venezuela cuando el reloj marcaba las 6:45 pm, hora Caracas. Algunos de los retornados contaron a Venezuela Migrante que al inicio del desembarque el proceso fue un poco lento y engorroso. Primero, por el retraso que hubo para descender del avión. Luego, se demoraron mientras organizaban y buscaban sus equipajes, dispuestos en las afueras del aeropuerto internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, en donde los sometieron a desinfección y mantenían las maletas en filas, una tras otra.
En videos compartidos por los retornados puede verse cómo, apenas al aterrizar el avión, llegaron decenas de autobuses para su transporte a los lugares de cuarentena. Estos, según les aseguraron funcionarios, se someten a procesos de desinfección diarios.
«El proceso es lento. Tienen en la puerta del hotel un espacio para desinfecciones, para luego pasar a recepción y proceder al registro. Te ponen un brazalete de identificación y se prohíbe salir de la habitación. Ni siquiera te dan las llaves», dijo una de las personas que optó por quedarse en el hotel Altomar, cerca de Catia La Mar. Como no le permitieron que sus familiares le llevaran comida, optó por cenar un paquete de galletas de chocolate que empacó desde España.
Algunos de los retornados también explicaron que en ningún momento, tras llegar a Venezuela, les pidieron los resultados de las pruebas PCR realizadas con días de antelación en España. En otros casos, dicen, los funcionarios «medio miraron» a través de los teléfonos. «Aquí (en Venezuela) no les importó nada esa prueba», comentaron.
Una cuarentena llena de dudas e inconsistencias
Si en algo coinciden los retornados, es que no hay una respuesta oficial consensuada que les informe sobre cuánto tiempo deberán guardar cuarentena. Lo que sí les informaron fue que hoy, 22 de julio, les tomarían una nueva prueba diagnóstico en el transcurso del día.
«Estamos confinados en una habitación, no podemos salir y, por supuesto, tenemos nuestras tres comidas incluidas. El desayuno, por ejemplo, arepa con caraota y carne mechada. La cena de anoche fue pollo a la plancha con ensalada. La habitación viene con dos botellitas de agua al día; si quieres más, hay que comprarla», especificó uno de los retornados que decidió quedarse en el hotel Eurobuilding.
A tempranas horas del día algunos retornados ya habían sido testeados con pruebas rápidas del COVID-19. «Nos dijeron que como en Madrid nos hicieron la PCR, aquí solo nos están haciendo la rápida», informó Claudia*. Para todos, hasta los momentos, los resultados han sido negativos.
«Las personas que tomaron la muestra no tienen información de cuándo podemos irnos a nuestras casas. Pero el hecho de solo hacer la prueba rápida pareciera indicar que quizá los lapsos se acorten», añadió.
Una vez realizadas las pruebas, se envían al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) o al Instituto Nacional de Higiene para ser examinadas.
Sin embargo, ya a algunos de los retornados les autorizaron salir de la cuarentena. Es el caso de quienes se alojaron en la torre A del hotel Eurobuilding. A ellos, tras realizarse las pruebas y reflejar negativo, se les permitió retornar a sus hogares. Caso contrario ocurre en la torre B, donde no han dado autorización a ninguno de los retornados para abandonar la cuarentena.
*Nombres protegidos a petición de los entrevistados