Mientras los espacios aéreos venezolano y peruano siguen cerrados como medida sanitaria de contención por el coronavirus, la opción de un vuelo humanitario se convirtió en una alternativa que queda fuera del bolsillo de algunos ciudadanos con doble nacionalidad que debían salir del país en marzo.
Desde ese entonces, la administración de Nicolás Maduro autorizó algunos vuelos humanitarios, con ruta Caracas-Lima; sin en embargo, peruanos-venezolanos varados en Venezuela denunciaron que la iniciativa resultaba igualmente costosa. El boleto tenía un precio de 522 dólares y excluyó a los venezolanos residentes en la nación Inca. Dicho vuelo estaba operado por el consulado peruano, que aún mantiene relaciones diplomáticas con el régimen socialista.
Uno de esos pasajeros que no pudo pagar esa cantidad de dinero fue Germair Macías, un ciudadano peruano quien indica que fue contactado por las autoridades consulares que ocupan funciones en Caracas el pasado jueves 7 de mayo para notificarle, que por estar empadronado, calificaba para un vuelo “humanitario” de retorno, pero que debía pagar 400 dólares.
“Después, del mismo consulado me volvieron a llamar y me dijeron que no eran 400, sino 522 dólares; que debía pagar por el impuesto de salida y yo nunca he pagado por eso”, afirmó el ciudadano extranjero que fue al país a visitar a su mamá en el estado Vargas y no pudo salir por el cierre del espacio aéreo.
Dijo que esta situación lo afecta directamente porque no está recibiendo dinero por su trabajo y no tiene cómo pagar el alquiler de su vivienda en Lima. Señaló que no tiene cómo ayudar económicamente a su familia porque no tiene acceso a sus cuentas bancarias, ya que necesita una clave especial que debe suministrarle el banco.
«¿Qué es lo humanitario?»
Fany Alegre Aparicio nació en Perú pero creció y vivió en Venezuela hasta hace cinco años. Con dinero prestado volvió después de una larga ausencia para atender varios asuntos: verificar la situación de la persona que quedó en su casa en Valencia y traer de regreso a Lima a su papá, un adulto mayor que se estaba quedando sin sus medicinas.
A ella, el cierre de fronteras la agarró en Colombia durante la primera quincena del mes de marzo. “Cuando venía cerraron todo, entré por trochas. Tenía miedo, pues venía con maletas, le pagué a un chico para que me pasara y ¡gracias a Dios sobreviví!, relató Aparicio.
Agregó que llegó al terminal de San Antonio (Táchira) y tomó a las 6 de la tarde el último bus que hizo varias paradas: primero en Maracay, luego Valencia y siguió hasta Puerto la Cruz.
Ya casi dos meses después su situación se agrava, los pocos ahorros que tenía en soles los está cambiando a bolívares y eso no es suficiente, por lo que al ser contactada por el consulado pensó que pronto se reencontraría con sus hijos y su nieto en Lima.
“Contacté a tantas personas que al final me respondieron. En el consulado me dijeron que había un vuelo humanitario autorizado por las autoridades venezolanas y tenía prioridad por la situación de mi papá, pero que cada asiento tenía un costo de 522 dólares. Les pregunté qué es lo humanitario. Y ellos respondieron que era un vuelo con la aerolínea Estelar y les estaban cobrando. Solo les dije que ok y que sería para la próxima”.
Exhorto a las autoridades
Macías emplazó al gobierno de su país y la administración de Maduro a prestar apoyo tanto a los peruanos como a los residentes venezolanos. Pidió que en el próximo avión de Conviasa sean embarcados cuando vayan a buscar a las personas que desean regresar del Perú.
Mientras tanto, Aparicio cree oportuno que se habilite la posibilidad de un viaje por tierra, pues solo gastaría hasta 150 dólares que es lo que tiene presupuestado por asiento.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú hay 15 mil peruanos varados en diferentes partes del mundo. Algunos de ellos, ya entrando en situación de vulnerabilidad por falta de recursos económicos para cubrir sus necesidades básicas.