La incertidumbre es el común denominador entre los venezolanos residentes en Perú, ante la posible victoria de la izquierda en la segunda vuelta electoral del domingo 6 de junio. Pedro Castillo, del partido Perú Libre y Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, se disputarán el sillón presidencial.
¿De dónde viene la preocupación? Principalmente de las propuestas del candidato Castillo, que tiene como bandera una Asamblea Nacional Constituyente para anular la Constitución Política, que está vigente desde 1992, impulsada por el ex presidente, Alberto Fujimori.
Otra idea del candidato Castillo es «recuperar» la industria del gas, a través de un plan de nacionalización. Esto recuerda lo que ocurrido en Venezuela con la aprobación de Ley de Tierras, aprobada en el año 2001, que abrió el camino para la toma de la propiedad privada y que en el tiempo desmontó el aparato productor agrícola, para dar paso al desabastecimiento de alimentos.
Esas son apenas, algunas de las advertencias que los migrantes plantean a sus conocidos peruanos, donde muchos muestran escepticismo.
“Lo mismito pasó en Venezuela” advirtió Gregorio Sulbarán, extrabajador de las industrias básicas de Guayana, cuando el candidato Castillo lanzó la amenaza a los empresarios privados. “Allá no queda nada, yo estoy aquí trabajando de chofer. Qué más necesitas saber para ver el peligro que se les viene”.
De otro lado, el antifujimorista, Nano Humala Quispe, escucha con atención y solo responde: “Nosotros no somos, ni vamos a ser Venezuela”. Ese tipo de conversaciones se repiten en supermercados, paradas de autobuses y cualquier espacio público.
Desde la primera vuelta electoral en la que el candidato Pedro Castillo irrumpió en las preferencias de los peruanos, viene encabezando la intención de voto en las diferentes encuestas. Estudios reflejan un empate técnico al cierre del periodo para la presentación de esta métricas.
Llamado a informarse
El abogado venezolano, Fernando Guerra, en su condición de extranjero que no desea inmiscuirse en los asuntos internos de Perú, exhorta a investigar e informarse sobre cómo actúan los socialistas. Asimismo, recuerda no subestimar el poder de destrucción de los militantes de la izquierda.
“En Venezuela decíamos que nosotros no seríamos Cuba y en muchos aspectos estamos peor. Cuando un comunista toma el poder no lo deja y, si lo deja, lo hace con el país en ruinas. Cada vez que se me presenta la oportunidad o se me pide opinar sobre este proceso, les pido que analicen, hay un candidato improvisado, poco preparado, con ideas comunistas marcadas”.
La ingeniera en mantenimiento mecánico, Olga Rubio también es respetuosa del proceso histórico que vive Perú y cuando es consultada sobre el tema, solo responde: “Investiguen y elijan bien, pues, de eso depende su bienestar”. La migrante de origen caraqueño asegura que no hay garantías de que algún candidato cumpla con su promesa de no malversar los fondos.
El administrador varguense, Alberto Fernández, ve con preocupación el desconocimiento de los peruanos sobre su propia historia. “Los más jóvenes no conocen el pasado de su país, no vivieron la hiperinflación del gobierno del presidente que se suicidó, Alan García, o la época más sangrienta del terrorismo que acabó en los tiempos de Alberto Fujimori hace más de 25 años. Veo este proceso con mucho miedo. Están cometiendo el mismo error que nosotros. Es una película que se repite”.
“Comunismo vs libertades”
El premio Nobel de Literatura de Perú, Mario Vargas Llosa -excandidato presidencial que perdió en 1990 frente al padre de Keiko, el expresidente Alberto Fujimori- calificó a la líder del partido Fuerza Popular como “el mal menor” y llamó a votar por ella, pese a sus diferencias históricas con el fujimorismo.
«Hay todavía una gran reticencia en algunos peruanos en votar por Keiko Fujimori. Yo los comprendo, creo que entre los peruanos he sido uno de los que ha censurado de manera más crítica al señor Fujimori. Sin embargo, en estas elecciones voy a votar por Keiko Fujimori y he pedido a mis compatriotas que hagan lo mismo» escribió en una columna de opinión para el diario mexicano Crónica.
Entre los planes de Keiko para reactivar la economía está la puesta en marcha de «Licencia cero al momento de nacer”, con lo que no se cobrarán impuestos a los emprendedores durante dos años. Y “Volver a empezar», con el cual se daría un crédito de hasta S/ 10,000 a las micro y pequeñas empresas (mype) con un periodo de gracia de cinco años.
Por otro lado, la candidata del partido Fuerza Popular mencionó que en una hipotética gestión suya se aumentará el sueldo mínimo, que actualmente es de S/ 930. “Vamos a defender los derechos de los trabajadores. La Superintendencia Nacional de Fiscalización debe actuar más proactivamente, y también vamos a aumentar el sueldo mínimo”, manifestó en el debate presidencial del 31 de mayo.
De otro lado, Castillo no dará tregua al libre mercado: “Vamos a impulsar una economía popular con mercado; el mercado no puede controlar al Estado, es el Estado (el) que tiene que controlar a la población, a los mercados”, indicó. Además, agregó que “en ese marco vamos a invertir, no vamos a permitir que la inflación golpee a la mesa del pueblo”.
El mensaje no llega a todos
El productor de televisión, Jesús Fernández, cambió los estudios de grabación de programas por cabinas de monitoreo de cámaras de seguridad. La migración lo convirtió en agente de seguridad industrial y prevención de riesgos; pero fiel a su oficio, hace seguimiento de la campaña.
“En la provincia peruana hay mucha necesidad. Allá no tienen nada que perder. La masacre registrada en la selva central peruana recordó la ausencia del Estado en muchas zonas del país”.
Sostiene que en muchos de esos lugares no hay internet, ni señal de TV, por lo que ve poco probable que ellos sepan más allá de lo que ocurre a su alrededor.
El abogado carabobeño coincide con Fernández y agrega que más allá de la penetración de las redes sociales, lo importante es que el mensaje llegue y duda que los estratos más pobres del Perú, como la clase D y E capten algún mensaje de alerta enviado por los venezolanos.
“El mensaje que corresponde en esos estratos sociales es el de ´radio bemba´, para que el votante reflexione”.
La amenaza a los «extranjeros»
Castillo ratificó intención de expulsar a los extranjeros que actúen fuera de la ley. Lo hizo, durante el cierre de su campaña el jueves 3 de junio en el centro de Lima, pese la prohibición de realizar concentraciones por la emergencia sanitaria.
“Mientras del otro lado traen a personalidades para llenar al pueblo peruano con ciudadanos de otros países, acá ratificamos que el 28 de julio, a través de una decreto supremo, le daremos 72 horas de plazo a los ciudadanos que han venido de otros países a faltar el respeto”, expresó ante sus seguidores», dijo desde la Plaza Dos de Mayo.
Este mensaje una clara alusión a a la comunidad venezolana en ese país. No es la primera vez que expresa esa día. En el primer debate con el resto de los candidatos presidenciales. Expresó palabras similares al ser consultado sobre sus propuestas de seguridad ciudadana y, para él, la solución pasa por castigar con expulsión a los extranjeros.
¿Y ahora, qué hacemos?
Es otra pregunta que surge durante alguna conversación entre venezolanos. La posibilidad de volver no lo ven como una opción futura, pero, tampoco la descartan dado a los cambios políticos que ya existen en Perú y que se puede agudizar con la izquierda en el poder.
“En lo personal no tengo plan B. Apuesto al Perú y no está entre mis opciones volver a mi patria, por ahora. La política peruana es de las más activas e impredecibles del mundo que yo conozco y creo que podríamos tener buenas noticias. No soy de los que cree que la opción comunista la tenga tan fácil, como ocurrió en Venezuela donde implantaron de su nefasto modelo de destrucción”, dice con optimismo Fernando Guerra.
“Yo me voy del Perú” dice sin titubear Alberto Ruiz. “Yo no voy a esperar a que el comunismo se instale a todas sus anchas, para después migrar. Ya aprendí la lección. Si de algo me arrepiento, es de no haberlo hecho antes; apenas llegue Castillo, me voy con mi pareja y mi hija perruna”.
En el mismo plan está Jesús Fernández. Con el dinero de su Comprensación por Tiempo de Servicios (CTS), – que en Venezuela es equivalente a las prestaciones sociales- pagó su tarjeta de crédito y se volvió a endeudar para costear la cita de la visa americana. Comenta que con el dinero que logre retirar de fondo de pensiones, pagará la prórroga de su pasaporte. Una vez reciba el bono de medio año, se despedirá de a sus familiares en el Zulia y volverá a migrar apenas tenga el documento que le permita entrar a EE.UU.
“Yo sé cómo va a terminar esa historia y no la pienso repetir. A mis compañeros de trabajo, cuando me dicen que Castillo va expulsar a todos los venezolanos, incluyéndome, les respondo que cuidado con lo que desean y no terminamos caminando juntos por esas peligrosas fronteras, para huir de los efectos del comunismo peruano”.
La situación es mucho más compleja para quienes llegaron al Perú y aún no se han podido recuperar. “La verdad no poseo plan b. La inestabilidad es el pan de cada día y para uno, el venezolano, la cosa es peor. Para mí, en el peor de los escenarios, me tocará volver caminando a casa en Venezuela”.
Este 6 de junio el destino de Perú queda en mano de sus ciudadanos. Serán ellos quienes definan si quieren que la dirección vaya a la derecha, representada por Fujimori o la izquierda, promovida por Castillo.
Las propuestas son públicas, notorias y comunicacionales. En tanto, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), garantiza trasparencia durante el proceso. «No hay ninguna posibilidad de que alguien pueda torcer la voluntad popular», dijo el jefe de esa institución, Piero Corvetto.
La seguridad estará a cargo de 106.000 efectivos de las diferentes unidades de la Policía Nacional que trabajarán de manera coordinada con las Fuerzas Armadas de Perú.
En materia de bioseguirdad la OPNE dispuso que todos deben ir votar, según el terminal de su documento de identidad para evitar aglomeraciones tal y como ocurrió en la primera vuelta, debido a los retrasos en la apertura de las mesas.