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Migración segura, ordenada y regular: ¿para quién?

El fin de la aplicación del Título 42 el pasado 11 de mayo, dio paso a un mayor uso del ya vigente y aplicado Título 8, de manera simultánea con un paquete de medidas anunciadas por el gobierno de los EE. UU. para tratar de contener la migración hacia ese país. Según el anuncio, este paquete de medidas estaría destinado a ampliar “las vías lícitas a Estados Unidos, incluso vías lícitas para la protección de determinados programas de permisos (en inglés, Humanitarian Parole), reunificación familiar y también vías laborales”.

La letra pequeña, sin embargo, muestra un panorama confuso y diferente cuyo primer rasgo distintivo es que se profundiza la externalización por parte de EE.UU. El sistema consiste en la creación de oficinas de movilidad segura (OMS), inicialmente llamadas centros de procesamiento, ubicadas en países de América Latina.

En su etapa piloto, se prevé la creación de las OMS en Colombia, Guatemala y Costa Rica, desde donde socios internacionales implementadores, bajo criterios establecidos por el gobierno de los EE.UU. realizarán la evaluación de las peticiones de “solicitantes de asilo, refugiados, migrantes, personas que quisieran reunificar con sus familias o trabajar en los Estados Unidos o también en otros países”, como Canadá y España.

La fórmula se refiere indistintamente de migrantes y refugiados, como si las necesidades de protección fueran similares. De hecho, un comunicado conjunto de la Oficina del Alto Comisionado para los refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sostiene que “la ampliación del reasentamiento y de otras vías regulares no puede sustituir a la responsabilidad de los Estados de garantizar a las personas el acceso al territorio y a los procedimientos de asilo” y agrega que las restricciones impuestas por este sistema a los solicitantes de asilo son “inaceptables”, subrayando que la normativa “que restringe el acceso para los solicitantes de asilo que llegan de manera irregular, tras transitar por otro país, es incompatible con los principios del derecho internacional de los refugiados”. Sin embargo, la página web que canalizará todo el procedimiento es un espacio conjunto de ACNUR y OIM que “están apoyando este proceso”, lo que aumenta las interrogantes sobre el aparente trato indistinto para diferentes categorías de personas en situación de movilidad.

Así, esta medida apunta a un esquema transnacional de regularización administrado y filtrado por EE.UU. que diversifica los embudos y desplaza la presión de la frontera sur hacia los países donde operan las OMS. Un dato que no se informó al inicio, pero que ha aparecido a finales de junio es que habría cuotas de tres mil solicitantes, al menos en la etapa piloto de seis meses.

Medidas que generan muchas dudas

El desplazamiento de la presión tiene otra arista. ¿Qué pasa con quienes sean rechazados en las OMS? ¿Se asume que Colombia, Costa Rica y Guatemala encuadran en el concepto de tercer país seguro donde los solicitantes rechazados podrían permanecer? ¿Quién se hace responsable por esa decisión? ¿El gobierno de EE.UU.? ¿El gobierno donde esté ubicada la OMS? ¿El organismo internacional que actúa como socio implementador? Son muchas las interrogantes no resueltas.

Cabe recordar que el presidente Biden terminó el acuerdo de tercer país seguro con Guatemala en 2021 y en el caso de Colombia, la regularización masiva a través del ETPV no es un mecanismo de protección complementaria, por lo que los portadores de PPT no están protegidos contra la devolución y, en consecuencia, estos países no podrían considerarse seguros para quienes requieren protección internacional, en caso de que su solicitud de refugio sea rechazada.

La situación no deja de ser paradójica, pues después de una larga historia negando el derecho al refugio a personas que no llegan directamente al territorio de EE.UU., de pronto se establece una franquicia de estudio de solicitudes de migrantes y refugiados en terceros países, sin claridad hasta ahora sobre qué pasará con quienes no sean aceptados por los países que forman parte de este esquema como receptores.

Cada vez parece más evidente que las calificaciones “segura, ordenada y regular” se refieren a las expectativas de los países de destino y no a las necesidades de quienes aspiran llegar a ellos. La iniciativa que impulsa hoy EE.UU. es una expresión del verdadero propósito de la declaración de Los Ángeles, donde el control prevalece frente a la protección.

Se trata de un enorme filtro que no se hace cargo de los que no alcancen a pasarlo, de tal suerte que los EE.UU. asume la responsabilidad por las decisiones, pero no por las consecuencias de esas decisiones para las personas.

Alfonso La Cruz, el reguetonero venezolano que visibiliza el amor entre hombres

Narrar una historia gay en los inicios del género urbano latino era impensable. No había cabida para tal propuesta, ni tampoco exponentes. Luego de casi tres décadas, se suman nuevas voces decididas a romper la heteronorma.

Alfonso La Cruz, migrante venezolano radicado en España, destaca en redes sociales con los sencillos “Te conocí bailando” y “Quítate la ropa”, donde habla abiertamente de relaciones sexoafectivas entre varones.

Un rápido paso por el programa español de concurso de talentos Operación Triunfo, en la edición 2018, fue el inicio para una carrera musical con exposición mediática.

El video fue dirigido y producido por los venezolanos Alejandro Torres y Gianpiero Roselli, respectivamente. La pieza acumula casi un millón de visualizaciones en YouTube.

De La Guaira a Madrid

Nacido en Caracas, pero criado en La Guaira, estado Vargas. Desde niño manifestó su deseo por el canto y en la etapa escolar descubrió ese “oído musical”. Sus recuerdos sonoros lo trasladan a los viajes en carro con su madre y de fondo los temas de Marc Anthony o el bachatero Romeo Santos.

De los primeros amores en la adolescencia dice que no pudo reprimir que le gustara un chico, fluyó con su orientación sexual y lo llevó con naturalidad. 

Una experiencia cercana con la violencia fue el motivo para migrar y mejorar su calidad de vida. Relata que los inicios en España, su país de acogida, fueron muy difíciles. 

“Lo que llevo mal de estar fuera de Venezuela es estar lejos de mi familia, pero por el resto, estoy en un país maravilloso. En España hay miles de oportunidades”, dijo Alfonso La Cruz en conversación con Venezuela Migrante.

Portada del primer álbum de Alfonso La Cruz. Fotografía cortesía del equipo de La Cruz

Hawaira, un despliegue de emociones 

El período de confinamiento, producto de la pandemia de la Covid-19, fue el momento de preparación del álbum que vio la luz finalmente en noviembre de 2022.

El título es un juego de palabras entre Hawái, el archipiélago estadounidense, y la capital del estado venezolano Vargas, La Guaira; un guiño a la dinámica de la vida cerca de la playa y el disfrute del Caribe. 

Así nace Hawaira, una propuesta musical urbana, personal, diversa y que invita a bailar sin prejuicios. Las canciones que, hasta ahora, se han llevado a lo audiovisual muestran coreografías enérgicas, torsos semidesnudos y cuerpos que sudan al ritmo de ondas.

Ante la pregunta de si esperaba la receptividad del público, suelta una carcajada de emoción: “No se espera, ha sido todo muy rápido”. Destaca la labor de su equipo de trabajo y lo define como alineado hacia la concreción de un sueño.

El neoyorquino Arcangel encabeza su lista de colaboraciones soñadas y responde seguro de participar en las famosísimas sesiones del productor y DJ argentino, Bizarrap, si la oportunidad toca su puerta.

La Cruz emigró a España en el año 2015, donde ha podido desarrollar su carrera musical. Fotografía: Alejandro Torres

La representación importa

El mercado musical latinoamericano y caribeño tiene pocos referentes propios de hombres homosexuales o bisexuales que canten sobre temática LGBTIQ+, frente a la industria anglosajona con personajes de alto perfil mediático, larga data y que han servido de inspiración.

Uno de los pioneros en el género urbano latino fue el puertorriqueño Kevin Fret, primer cantante de trap en español, abiertamente gay. Su carrera se vio frustrada por su trágica muerte en 2019.

Al ampliar el espectro hacia la identidad y expresión de género, es indiscutible el valor a la representación y visibilidad de artistas como la puertorriqueña Villano Antillano, la venezolana Arca y la “drag queen” brasileña Pabllo Vittar.

También sobresalen la rapera boricua Young Miko, el colombiano Esteman y el mexicano Mancandy.

Ahora, la música urbana tiene una voz caribeña, un hombre orgullosamente gay, con deseos de crear y cantar, sin tapujos: “Papi, no te voy a mentir, quiero repetir, esos labios tuyos me envenenan”.

Nunca antes habían cruzado tantos niños venezolanos por la selva del Darién como este año

La cantidad de niños venezolanos que cruzaron la selva del Darién entre enero y abril de 2023 se multiplicó por ocho en comparación con el mismo período de 2022, según registró el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En total, la organización reportó hasta ahora «un récord de más de 25.000» menores de edad en la ruta selvática.

De enero a abril de este año 2023, 127.687 migrantes llegaron a Panamá luego de atravesar el llamado «Tapón del Darién». De ellos, al menos 25.431 eran migrantes menores de edad, marcando una cifra récord, de acuerdo con los datos oficiales de Unicef.

«Esta cifra es más de 8 veces mayor que la registrada en el mismo periodo de 2022, cuando llegaron a Darién poco más de 3.000 niños, niñas y adolescentes migrantes», explicaron responsables de Unicef a la agencia de noticias Reuters.

Se espera que la tendencia siga aumentando

Por su parte, la agencia de Naciones Unidas (ONU) aseguró que desde inicio de año han observado un incremento en la cantidad de migrantes menores de 18 años no acompañados que llegan a comunidades de acogida y estaciones temporales de recepción migratoria en la zona fronteriza de Panamá.

«En mayo, el promedio diario de niños, niñas y adolescentes no acompañados y/o separados identificados en Darién osciló entre 5 y 7, superando al final de abril los 300 viajando solos», dijo Unicef.

El año pasado, 248,284 migrantes atravesaron Darién, de los cuales 16% eran menores de edad, de acuerdo a datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.

Expertos han advertido que de continuar la tendencia de viaje de menores migrantes en tránsito por la peligrosa selva, el año podría registrar hasta 100,000 casos, aunque advierten que el flujo de migrantes en general disminuye en época de lluvia debido a la creciente de los ríos.

Cifras impactantes de niños venezolanos por el Darién

Los niños, niñas y adolescentes llegan a pie a las comunidades aledañas a la selva del Darién. Éstas les ofrecen refugio y atención médica. La mayoría hace el camino para intentar llegar a Estados Unidos, según las organizaciones.

Ante la impactante cifra durante el primer cuatrimestre del año, Unicef instó a la sociedad y al Estado a unir esfuerzos para asegurar que todos los niños y niñas, independientemente de su origen o situación migratoria, puedan crecer en un entorno seguro, con acceso a educación de calidad, atención de salud adecuada y todas las oportunidades necesarias para alcanzar su pleno potencial.

Los habitantes de zonas aledañas a la selva han sido testigos de la llegada sin precedentes de miles de migrantes viajando de manera irregular hacia Estados Unidos, en un camino donde suelen registrarse hechos de violencia.

Con información de las agencias Reuters y EFE

Datos y curiosidades de los migrantes venezolanos en República Dominicana

En la República Dominicana residen 121.000 migrantes venezolanos, según cifras oficiales. Esto convierte al país en el principal destino de refugiados y migrantes procedentes de Venezuela en el Caribe, la mayoría de ellos jóvenes solteros de entre 20 y 35 años con un alto nivel educativo y de participación laboral.

Los migrantes venezolanos residentes en República Dominicana viven en su mayoría en los principales centros urbanos, de acuerdo con un reciente estudio de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Los resultados se divulgaron el pasado miércoles, 31 de mayo, en un comunicado de prensa.

Dónde viven los venezolanos en República Dominicana

Cuatro de cada diez migrantes venezolanos viven en el Distrito Nacional, tres en Santo Domingo y uno en Santiago (norte), indica el estudio. El análisis se enfoca en la situación de los migrantes y refugiados venezolanos llegados al país a partir del año 2014. La gran mayoría, cerca del 90%, arribaron entre los años 2016 y 2019.

Este estudio constituye la primera parte de un proyecto para analizar el impacto del Plan de Normalización de Venezolanos (PNV) implementado por el Estado dominicano en 2020 para dar a los migrantes venezolanos la oportunidad de regularizar su situación migratoria en el país.

El proyecto permite que quienes ingresaron al país de manera regular entre enero de 2014 y marzo de 2020 obtengan un carné de identificación, así como el acceso a visas temporales de trabajo o estudio.

Sin embargo, a pesar de los avances alcanzados, la población venezolana radicada en la isla aún enfrenta retos para lograr su completa integración en el mundo laboral y de protección social dominicano.

¿Qué pasa con los migrantes venezolanos?

La mayoría no tienen contratos formales, lo que dificulta su acceso a servicios públicos como prestaciones de salud y disminuye su salario mensual. De hecho, son muchas las ocasiones en las que están sin contrato.

Los migrantes venezolanos que afirman tener acceso a servicios básicos de salud hacen un uso bajo de los mismos, según Acnur. Por ejemplo, cerca del 33% de los niños no tienen su esquema de vacunación completo y alrededor del 67% de las embarazadas no han asistido a controles prenatales periódicos, detalló la organización.

Asimismo, el estudio identifica algunos retos pendientes con los migrantes: sobre todo la posibilidad de la exclusión de los más vulnerables y que el impacto del PNV se vea limitado.

Primero, el costo financiero, que es considerable debido a las tres tasas administrativas a pagar en el proceso de solicitud, sumado a los costos de los dos viajes necesarios para visitar las oficinas en Santo Domingo.

Segundo, el formato de inscripción es individual en vez de familiar, lo que eleva el costo total de una familia, dificultando así la inclusión de todos los miembros.

Por eso, Acnur recomienda al Estado dominicano aplicar modificaciones administrativas que reduzcan los obstáculos para normalizar el estatus migratorio, lo que puede traer beneficios importantes a los individuos que todavía no tienen un estatus regular.

Una mayor integración socioeconómica traerá beneficios adicionales a la República Dominicana y reducirá el número de personas en situación de vulnerabilidad, apuntaron desde Acnur. 

Al menos un millón de niños venezolanos viven sin el cuidado de sus padres

Los menores de edad, tanto los que emigran como los que permanecen en Venezuela, enfrentan muchas vulnerabilidades en el país. Al menos un millón de niños, niñas y adolescentes venezolanos viven sin el cuidado de sus padres o de un adulto responsable, según un estudio publicado por el Observatorio Social Humanitario.

«Se han quedado más de un millón de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales, sin el cuidado de su papá o de un adulto responsable. Es un problema que estamos comenzando ahora a reconocer», dijo Leonardo Rodríguez, abogado especialista en derechos de niños, niñas y adolescentes.

El 30% de los menores de edad migrantes venezolanos se encuentran en condiciones de vulnerabilidad en los países de acogida, de acuerdo con el informe presentado por la ONG el pasado 2 de junio.

Pero no solo los niños migrantes venezolanos se encuentran vulnerables. Dentro del país hay otras realidades que los afectan y están relacionadas con el derecho a la identidad, por lo que cuesta obtener cédulas o tramitar las partidas o actas de nacimiento. Sin contar la violencia física, psicológica y sexual que sufre la niñez y la infancia en Venezuela, documentadas por otras ONG que promueven y defienden sus derechos.

«Tenemos a los problemas de maltrato y violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, que también están relacionados con movilidad humana dentro del país porque los padres están mudando a sus hijas, a sus hijos a lugares que no son sus hogares, y estos niños pueden ser víctimas de redes de trata o de abuso sexual», destacó en un boletín de prensa del Observatorio Social Humanitario.

Además, también se ven afectados por la vulneración al derecho de la educación por las condiciones de los planteles y un año escolar que no garantizó la continuidad de las actividades académicas.

Niños migrantes venezolanos en Colombia

El Observatorio realizó un foro en el que participó la periodista e investigadora Paula Andrea Jiménez. Ella mostró algunos hallazgos de los niños y niñas venezolanas migrantes.

Habló del caso colombiano y cómo 1.200 niños en ese país se encuentran bajo custodia del Instituto de Bienestar Familiar.

Según la investigación de Jiménez, desde el 2015 registraron al menos 14 mil casos de violaciones de los derechos más fundamentales de los niños por múltiples razones.

“El principal es el abandono, la omisión de ese padre, madre o el adulto responsable. También otros tipos de violencia, violencia física, acoso sexual, violencia sexual, alta permanencia en calle, estado de mendicidad, son muchísimos los causales por los cuales el instituto colombiano de bienestar familiar tuvo que intervenir», explicó.

Recordó que el gobierno venezolano ignora la salida de venezolanos y lamentó que el gobierno de Gustavo Petro se sume a esta narrativa, en la que no mencionan a refugiados y migrantes en ese país.

«La situación de nuestra niñez y esta grave crisis, no es algo que se presentó luego de un terremoto. Es una crisis inducida, causada por los mismos gobiernos y sus socios, que se benefician diciendo que esto es producto de unas sanciones, pero todo lo que hemos visto hasta acá es el resultado de la negligencia y de acciones intencionales, dañinas y que a diario afectan a toda la población», dijo Jiménez.

El venezolano que encantó con arepas a un hospital de Buenos Aires

Había una vez un migrante venezolano que, preguntado por sus compañeros argentinos sobre las arepas, decidió sorprenderlos preparándolas en la cocina del hospital de Buenos Aires donde trabaja. El resultado fue encantador.

Se trata de Luis Arturo Pérez (pueden encontrarlo en Twitter como @peluchho). Nació en Tucupita, estado Delta Amacuro, y emigró a Argentina en el año 2021, poco después de haberse graduado (diciembre de 2019) de Medicina en la universidad Rómulo Gallegos en San Juan de los Morros, estado Guárico.

“Las condiciones y situación del país en Venezuela, sobre todo en el ámbito de la salud era muy precario. Era muy complicado subsistir. Mi sueldo solo me alcanzaba para un mercado para 10 días”, dijo Luis Arturo en conversación con Venezuela Migrante. Eso lo motivó a emigrar, apoyado por su hermano que lo recibió en Buenos Aires, la capital argentina.

Desde entonces, reconoce que vivir en Buenos Aires ha sido una de las mejores experiencias de su vida. “El argentino es muy cálido y receptivo. El intercambio cultural es demasiado tácito y se siente como en casa”.

Epa, ¿y pa cuándo las arepas?”

Desde el primer momento de haber conocido a sus nuevos compañeros de trabajo, la mayoría argentinos de un hospital de la capital, Luis Arturo les insistía en que tenían que probar las arepas.

“Epa, ¿y pa cuándo las arepas”, recuerda que le preguntaron un día sus compañeros de guardia. Así que Luis Arturo no lo dudó más: compró todos los ingredientes en un supermercado cercano y luego fue directo a la cocina del hospital. Las cocineras, recuerda, lo recibieron encantadas. En total fueron 22 arepas.

“Sigo luchando para que agreguen arepa al menú del hospital, pero lograr eso es un poco más complicado. Mientras tanto, mis compañeros venezolanos y yo seguimos haciendo arepadas cada cuanto para compartir”, dijo Luis.

Los niños migrantes venezolanos que están solos en Colombia

En una galería del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se pueden ver los rostros de miles de niños migrantes venezolanos, con sus edades y nombres completos, que han quedado solos en Colombia bajo supervisión del Estado, según una investigación de la periodista Paula Andrea Jiménez con el apoyo del conglomerado Consejo de Redacción.

La galería con la que el Estado colombiano intenta ubicar a los familiares, responsables o acompañantes de los menores de edad venezolanos se llama “Me Conoces, Niños Venezolanos”.

En total, de acuerdo con la investigación, más de mil niños venezolanos se encuentran en hogares sustitutos, casas hogar, centros de emergencia o internados dentro del ICBF, la entidad que protege a la niñes en Colombia.

«Es inevitable preguntarse si habrá alguien buscándolos, extrañándolos o si en su país de origen las familias que dejaron sabrán que están solos, separados de sus padres o del núcleo familiar que migró de Venezuela», dice Jiménez, la periodista autora del texto.

¿Cómo y por qué terminaron solos los niños migrantes?

Algunas de las razones por las que el Gobierno colombiano lleva a los niños venezolanos a hogares sustitutos son la “omisión o negligencia, falta absoluta/temporal de sus responsables, actos sexuales, acceso carnal, niños, niñas o adolescentes no acompañados, trabajo infantil”, según describe Jiménez en el reportaje.

Pero también, destaca, hay casos de violencia física o psicológica, situación de vida en la calle, abandono, explotación sexual comercial y amenazas de reclutamiento por grupos criminales.

Mientras a una parte de los menores de edad se les halló en situaciones de vulnerabilidad como las anteriormente descritas, otros fueron arrebatados a familiares que, a juicio de las autoridades y denuncias ciudadanas, no gozaban de una situación económica estable para criarlos y mantenerlos.

Entre los años 2015 y 2022, el Estado colombiano intervino a través de los Procesos Administrativos de Restablecimiento de Derechos a favor de al menos 14.172 menores de edad migrantes venezolanos. En la mayoría de los casos debido a la falta absoluta de sus responsables y la situación de calle en que la encontraron a los niños.

Para mayo de 2022, el ICBF reconoció que unos 1.200 niños migrantes estaban bajo su custodia. De ellos, ya para el mes de enero de 2023, al menos 1.082 estaban en hogares sustitutos y casas hogar.

Consejo de Redacción precisó que, en muchos casos, para las autoridades no ha sido posible establecer contacto con los familiares de estos niños en Venezuela ante la falta de apoyo entre ambos países.

“Cada cierto tiempo, la galería de fotos de menores de edad venezolanos se actualiza con nuevos ingresos. A veces, por medio de las redes sociales, la búsqueda de un familiar con nombres coincidentes surte efecto”, concluye la periodista.

EE UU informa que su frontera sur «no estará abierta» tras fin de Título 42

La frontera de Estados Unidos con México «no estará abierta» la próxima semana cuando expiran las restricciones sanitarias impuestas en la era de Donald Trump.

«Cuando se levante la orden del Título 42 el día 11 de mayo a las 23:59 horas, Estados Unidos volverá a usar las autoridades migratorias conforme al Título 8 para procesar de manera expeditiva y expulsar a personas que lleguen a la frontera estadounidense de forma ilegal» señala un comunicado del Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitido el 5 de mayo.

Las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos muestran que en marzo, último mes disponible, autoridades registraron 192.000 encuentros con migrantes en la frontera sur.

«Se espera que al restablecer el procesamiento conforme al Título 8 se reduzca el número de cruces fronterizos reiterados a lo largo del tiempo, que aumentaron de manera significativa durante la vigencia del Título 42. Con respecto a las personas que crucen hacia Estados Unidos en la frontera sudoeste sin autorización o sin haber utilizado una vía lícita y sin haber concertado una cita específica para presentarse en un puerto de ingreso, se presumirá que no son elegibles para el asilo conforme a una nueva reglamentación propuesta, cuando no medie una excepción aplicable» se advierte en el comunicado.

Las medidas anunciadas se implementarán en coordinación estrecha con socios regionales, incluidos los gobiernos de México, Canadá, España, Colombia y Guatemala. «Se apoyan en el resultado exitoso de procesos recientes que han reducido de manera sustancial los cruces ilegales en la frontera mediante una combinación de más vías legales y la expulsión rápida de quienes no usen esas vías legales».

Imponer consecuencias más severas por no usar las vías legales

La transición para que vuelva a aplicarse el procesamiento conforme al Título 8 a todas los migrantes que se intercepten en la frontera surtirá efectos de inmediato cuando se levante la orden del Título 42.

Las personas que crucen ilegalmente la frontera sudoeste de Estados Unidos:

  1. En general serán procesadas conforme a las autoridades de expulsión acelerada del Título 8 en cuestión de días;
  2. Quedarán imposibilitadas de volver a ingresar en Estados Unidos por al menos cinco años si se ordena su expulsión;
  3. Se supondrá que no son elegibles para pedir asilo conforme a la reglamentación propuesta sobre Elusión de Vías Legales (Circumvention of Lawful Pathways), cuando no medie una excepción aplicable.

A su vez, Estados Unidos seguirá aceptando hasta 30.000 personas por mes procedentes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití como parte de los procesos ampliados de permisos humanitarios que se anunciaron previamente este año. La interceptación en la frontera de estos migrantes se redujo de manera drástica cuando el DHS amplió los programas de permisos humanitarios. Estados Unidos también seguirá usando las autoridades con las que cuenta para continuar fortaleciendo y ampliando otras vías legales.

Foto: Dario Lopez-Mills / Associated Press

Venezolanos entre principales beneficiados con estatus protección UE en 2022

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Los países de la Unión Europea (UE) otorgaron estatus de protección en 2022 a 384.245 solicitantes de asilo, un 40 % más que en 2021, y los principales beneficiados fueron los sirios (29 % del total), los afganos (23 %) y los venezolanos (6 %), informó este jueves la oficina estadística comunitaria Eurostat.

Mientras la mayoría de los sirios y los afganos lograron ese estatus en Alemania (68 % y 55 % respectivamente), casi todos los venezolanos (el 92 %) consiguieron esa protección en España.

Alemania informó del mayor número de personas que recibieron el estatus de protección, con más de 159.300, el 41 % del total de la UE, por delante de Francia (49.990, el 13 %), Italia (39.660, el 10 %) y España (35.765, el 9 %).

Juntos, estos cuatro Estados miembros otorgaron el 73 % de las solicitudes de protección en la UE.

Entre los 384.245 solicitantes de asilo a los que se concedió protección en 2022 en la UE, el 44 % recibió el estatuto de refugiado, mientras que el 31 % obtuvo protección subsidiaria (la que se da a quienes, sin reunir los requisitos del estatuto de persona refugiada, pueden sufrir daños graves si regresan a su país) y el 25 % un permiso de estancia por razones humanitarias.

En comparación con 2021, la cifra de refugiados aumentó un 22 %, mientras que la protección subsidiaria lo hizo un 48 % y la protección humanitaria registró el mayor aumento con un 72 %.

Qué pasa con venezolanos en España


Unos 45.748 venezolanos solicitaron protección internacional en España en 2022, constituyéndose Venezuela en uno de los países de origen de la mayor parte de los solicitantes, junto a Colombia y Perú.

Datos oficiales publicados en enero de este año señalan que se presentaron 118.842 solicitudes y que además del alto número procedente de Venezuela, 36.012 fueron de Colombia y 8.937 de Perú. Le siguieron 3.905 marroquíes y 3.017 hondureños, de acuerdo a estos datos de la Oficina de Asilo y Refugio.

La información indica que unos 20.580 venezolanos recibieron protección por razones humanitarias en España, seguidos de 193 colombianos, 26 peruanos, 23 panameños y 18 chilenos.

El alto número de venezolanos con esa protección se explica porque el Alto Comisionado de las Nacional Unidas para los Refugiados (Acnur) insta a los Estados a dársela ante la situación en su país.

«Se te parte el alma cuando le preguntas a un niño cómo le fue en el Darién y te responde que vio muchos muertos»

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El defensor del pueblo de Panamá, Eduardo Leblanc González, le preguntó a un niño migrante cómo le fue en el trayecto por el Darién.

«Vi varios muertos», respondió el niño de unos 7 años.

Leblanc recogió aquel testimonio el pasado martes 11 de abril, durante una visita al Tapón del Darién junto con su homólogo colombiano Carlos Camargo Assis.

Al día siguiente, los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos anunciaron una «declaración conjunta para abordar la migración irregular en el Darién», a través de «una campaña coordinada de 2 meses» para «acabar con el movimiento ilícito de personas» que buscan llegar a territorio estadounidense.

El Tapón del Darién es un bosque tropical que ocupa el este de Panamá y la frontera terrestre que comparte con Colombia.

A pesar de las adversas condiciones de la selva y la amenaza de grupos armados, según las autoridades panameñas al menos 250.000 personas cruzaron el año pasado esta barrera natural entre Centroamérica y Sudamérica.

Y el flujo migratorio aumenta.

Para inicios de abril de 2023 ya habían cruzado más de 100.000 personas, casi 1.000 por día, a pesar de que el gobierno estadounidense cerró la frontera sur a los venezolanos, haitianos y cubanos, algunas de las nacionalidades que encabezan las estadísticas de tránsito por esta ruta.

En entrevista con BBC Mundo, Leblanc explica por qué Panamá no está en condiciones de afrontar este incremento y cuáles son los costos económicos, sociales y ambientales que le acarrea al país centroamericano ser parte del corredor que miles de migrantes transitan cada año en su travesía hacia EE.UU.

¿Cuál es la situación de los migrantes que cruzan el Darién en este momento?

Visitamos los centros de recepción de migrantes de San Vicente y Lajas Blancas, que son las estaciones donde el gobierno panameño recibe a los migrantes y les da asistencia. También está la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras y otras ONG para dar el auxilio médico correspondiente.

100.000 personas han cruzado el Darién en 102 días del año. 20% de ellos son niños, niñas y adolescentes. De ellos, el 5% tiene de 0 a 5 años.

Aproximadamente 980 migrantes atraviesan ese camino cada día. Aunque hubo una baja durante unos meses después de que el gobierno de Estados Unidos cambió su política en octubre del año pasado, la cantidad de personas que vienen se ha mantenido en alza.

Pensamos que este año más de 300.000 personas pueden pasar por el Darién. Eso es más de lo que vimos en 2021 y 2022.

Es un récord que hace mella en la economía del área. También en nosotros, en el trabajo, el presupuesto y el esfuerzo de las instituciones.

La Defensoría del Pueblo del Panamá tiene una oficina regional en el área y grupos de derechos humanos destacados en las estaciones de recepción de inmigrantes. Estamos visitando la zona constantemente.

Y por qué no, hay que decirlo, creo que ni Panamá, ni ninguna nación por lo menos en Centroamérica, está preparada para un grupo tan importante y tan grande de personas en movimiento.

¿Tuvo oportunidad de hablar con migrantes?

Los testimonios son desgarradores. Cómo son estafados desde que salen de sus países, cómo son atracados en el área colombiana y en el área panameña, cómo cruzan el Darién y se enfrentan a situaciones difíciles de montaña, selva, el peligro de los animales.

Ven a personas difuntas en el camino, afrontan el peligro de grupos armados.

Conversábamos con unos niños y cuando les preguntamos cómo les había ido en la travesía por el Darién, un niño contestó: «Vi varios muertos». No dijo: «Vine con mi mamá». Dijo: «Varios muertos».

Es difícil el shock para los niños. Un hecho que nos preocupa muchísimo es que hay un tema psicológico grande e importante de vulneración a ese niño que pasa por el Darién.

Cada vez que visitas el Darién te queda en la mente las caras de los niños. Se te parte el alma cuando le preguntas a un niño cómo le fue y te responde que vio muchos muertos.

En el caso de las mujeres, hay algunos registros de violaciones en el camino, tocamientos y conductas degradantes.

Sin embargo, a pesar de la presencia del Ministerio Público en el área, lo que ocurre es que hay personas que no están poniendo la denuncia por varios motivos.

Uno es que van a detener a su grupo porque probablemente les van a pedir que se sometan a exámenes y otras diligencias judiciales.

También, y eso se ha comentado a nuestros oficiales de derechos humanos, es que en el camino vienen familiares de la víctima y si delata, los pueden matar.

Como contratan al coyote desde que salen y esto es una red criminal hasta llegar a la frontera, les puede pasar algo en el camino.

¿Qué representa para Panamá el tránsito de tanta gente por una zona como el Darién?

Estamos viendo el efecto de la migración en el Darién y en las poblaciones autóctonas que se han abocado a atender a los migrantes.

Lo primero es que en la parte indígena hay un ingreso económico importante para las personas [por la venta de comida e insumos a los migrantes]. ¿Pero qué produce eso?

El abandono de la cultura, del cultivo y de las actividades comerciales, el abandono de las escuelas por parte de los niños y los adolescentes para dedicarse al tema migratorio, para proveer lugares para dormir e insumos.

También tiene efecto en los fondos que Panamá tenía destinados para atender a 250 personas en una zona como Bajo Chiquito, por ejemplo.

En este momento, en 30 minutos ya llegan 250 personas. En un día llegan 1.250, lo cual hace que nuestros recursos, los de las ONG y los del gobierno, sean consumidos rápidamente por esta cantidad de personas.

El otro tema es que esto crea xenofobia, porque el panameño común ve que a la persona que entra a Panamá, en atención al derecho humanitario, se le da apoyo. Pero el que está al otro lado de la cerca, que es el panameño, no tiene esa capacidad y esos accesos.

Es un problema complejo que estamos atacando de una manera humanitaria para lograr que los beneficios que lleguen a los migrantes también lleguen a la población.

¿Panamá tiene capacidad para asumiren solitario los costos de esta crisis o llegó a un punto en el que requiere la ayuda de otros países?

Sin lugar a dudas necesita ayuda.

Le voy a hablar de mi institución, que es independiente y autónoma del gobierno central. Para mayo ya debo haber consumido el 95% de mi presupuesto a nivel nacional, porque evidentemente las campañas para ir para allá, el desplazamiento, el pago de gasolina, agua, el pago de viáticos, todo se incrementa exponencialmente.

De igual forma, Panamá está llena de desigualdades y también tiene otras necesidades. Por eso aplaudimos esa reunión tripartita, porque el tema de la migración no es de un gobierno, no es un Estado.

Tenemos que trabajar en por qué la persona tiene que salir caminando y enfrentarse a eso. También en el tránsito.

Por ejemplo, Colombia debe apoyarnos con información, en poner recursos y seguridad. Recalco siempre que es necesario que el ejército colombiano esté en el área del Darién.

Tienen que ayudarnos también los países de destino. Los de origen, los de tránsito sumarnos todos, y los de destino final, ayudarnos a naciones que tienen múltiples necesidades como Panamá.

¿En qué consiste el plan que discuten Panamá, Colombia y Estados Unidos para atender la crisis en el Darién?

Van a trabajar en forma conjunta para combatir las redes de trata de personas y los grupos ilegales, y van a desarrollar políticas públicas para buscar el bienestar de las comunidades autóctonas.

Se trata de darle ese empuje social y económico a las poblaciones de acogida, a fin de cuentas muchas son olvidadas por el Estado y buscan sustento a través de operaciones ilegales y clandestinas.

Allí hay una combinación: del lado colombiano hay población afrodescendiente y algo de población indígena.

En Panamá los principales puestos por donde pasan [los migrantes] son dos grandes comarcas: Guna Yala, en el área del Caribe, y Emberá-Wounaan, donde hay movimiento en la frontera.

También van a trabajar en algo que veníamos alertando, y que aplaudimos que haya sido un tema de conversación entre países, que es el enfoque ambiental.

El Tapón del Darién es el reservorio forestal más grande de Centroamérica y está siendo impactado duramente. Tiene que ver con lo que se vende en el camino, lo que va quedando como las botas, el machete.

Hay unas estufitas, por ejemplo, que venden en Necoclí y en Capurganá, que se quedan en el camino. Eso queda en nuestros ríos.

Es la parte que conversamos con las autoridades autóctonas: «Si ustedes les venden comida [a los migrantes] en [envases] plásticos eso queda en sus ríos». Y esa es la fuente hídrica de la pesca, de la toma de agua y del agua para lavar.

Con eso no queremos desincentivar la migración, queremos que sea más regular y más segura.

La diferencia en este momento es que no solamente nos estamos enfocando en los 100.000 migrantes que han pasado, sino que también hemos advertido sobre el impacto en la población autóctona panameña y el enfoque ambiental.

¿Qué consecuencias ha tenido la decisión del gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, de bloquear la frontera sur para migrantes de algunas nacionalidades como la venezolana?

El año pasado, en noviembre y diciembre, hubo días de cero entrada. Sin embargo, han seguido sumándose personas hacia Estados Unidos, no la cantidad de venezolanos que teníamos en agosto, septiembre o antes, pero todavía se mantiene.

También hay que recordar que la persona que emigra a veces viene de un segundo país.

¿Cómo una persona nacional de Haití baja hasta Colombia para luego subir? Probablemente viene de Chile o de Brasil, de construir en los estadios o trabajar en las minas, y viene con otras nacionalidades.

Durante los dos años que lleva al frente de la Defensoría del Pueblo panameña, ¿qué es lo más conmovedor que ha visto o escuchado en sus viajes al Darién?

Es una pregunta difícil porque todas las historias son conmovedoras. Hay familias enteras que se han muerto de inmersión, desde el abuelo hasta el hijo, siete u ocho familiares que se los lleva la corriente del río. Eso es difícil.

Cuando se dan estos casos, tanto la Defensoría del Pueblo como Migración alertan al Servicio Nacional de Fronteras y se hace el levantamiento con el Ministerio Público.

Sin embargo, no se trata sólo de que sea [una zona] de difícil acceso en helicóptero o en piraguas o dos días caminando, sino también de que las referencias son muy vagas.

Recordemos que el coyote no va a decir el lugar. Usualmente lo dice el migrante. Por ejemplo, calcula a tantos días o a tantas horas de haber pasado por un sitio o en tal mañana. Es muy difícil porque es relativo.

Por eso contar la cantidad de personas fallecidas es muy difícil. Como la República de Colombia no nos da información de quiénes vienen en el camino, no sabemos cuánto estamos dejando atrás. Cuando llegan a Panamá no tenemos forma de contar cuántos llegaron, cuántos faltan.

Nada más ayer [martes 11 de abril], que regresamos de allá, en diferentes entrevistas a diferentes personas nos decían que habían visto a una pareja de una niña en brazos de su madre, muertas en un lugar. Otros contaban que incluso vieron partes humanas.