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Accidente de autobús en Colombia que repatriaba venezolanos deja dos muertos

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Al menos dos personas muertas y siete más heridas dejó este martes, 28 de abril, un accidente de autobús en el suroeste de Colombia que transportaba a ciudadanos venezolanos que retornaban a su país por la crisis económica en la que entraron por causa de la pandemia del coronavirus.

El accidente ocurrió cerca del municipio de El Cerrito, en el departamento del Valle del Cauca, dijo a Efe Mónica Valor, del Cuerpo de Bomberos de la localidad de Rozo, que atendió la emergencia por estar cerca del lugar.

«Al parecer en el vehículo viajaban 27 personas. Los dos fallecidos son un colombiano y el otro era un venezolano identificado como Carlos García. También hubo siete heridos», detalló Valor.

El autobús salió en la madrugada de este lunes de Cali con destino a Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, y hacía parte de un caravana de siete vehículos más que también transportaban migrantes venezolanos.

Valor explicó que las personas que no sufrieron heridas en el accidente pudieron seguir su viaje después de ser sometidas a un chequeo médico.

Las autoridades investigan las causas del accidente del autobús que chocó contra un árbol.

De acuerdo con Migración Colombia, cerca de 12.000 ciudadanos han retornado a Venezuela a través de los pasos fronterizos habilitados en Norte de Santander y Arauca.

Respecto a los vehículos en los cuales se movilizan estos grupos de venezolanos, la entidad migratoria aseguró que viene trabajando con el Ministerio de Transporte y la Policía de Tránsito y Transporte, para garantizar que los mismos cumplan con las normas establecidas por el Gobierno.

Hasta el momento, las autoridades colombianas han iniciado procesos sancionatorios a más de 15 empresas por no cumplir con las normas establecidas para estos fines.

Efe/ Foto: El País de Cali

 

13 venezolanos buscan volver a su país caminando desde Lima

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Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, al cierre de 2018, año cuando Perú brindó las mayores facilidades migratorias, se registró el ingreso de 660 mil 780 ciudadanos venezolanos. Esto representó un incremento del 500%, en comparación con el año anterior cuando ingresaron 107 extranjeros del país suramericano. Y durante el año siguiente, Perú recibió a un importante número de venezolanos que llegaron a pie.

Ahora, durante la crisis sanitaria y económica por el COVID-19, un grupo de 13 migrantes que residían en Lima decidieron volver a Venezuela caminando. Tras agotar todas sus opciones, debieron tomar esta.

Uriel Molina expresó que después de dos años en Lima su situación no mejoraba. Antes de la pandemia ya pensaba en la posibilidad de regresar, pero el coronavirus lo obligó a repensar su futuro y acelerar sus acciones. «Me quedé sin empleo y sin dinero para seguir pagando alquiler. Este país está paralizado porque la gente no se cuida. Pasaban los días y tampoco recibíamos ayuda de ninguna ONG, o la embajada», cuenta Molina.

Relató que han atravesado varias regiones del Perú a pie y otras pidiendo cola. Confiesa que les ha costado subirse a los medios de transporte porque todo está paralizado por la pandemia, pero que igual se han conseguido con transportistas que les han brindado apoyo.

Hasta el 23 de abril, Molina estuvo en Chiclayo, en la región de Lambayeque,  junto a sus compañeros de periplo. Antes ya habían atravesado Ica y Trujillo.

En uno de los tramos no les quedó más opción que subirse a un camión de combustible. «Esa vez pasé un susto terrible. Esta es mi primera vez como mochilero y espero que sea la última. El tubo de escape y el humo me pegaban en la cara, pero así estuve como tres horas. Yo solo pensaba en que se estaba haciendo de noche y que si me quedaba dormido, me podía caer. ¡Fue bravo!», describió Molina.

Registro de la travesía de vuelta

Uriel Molina ha grabado algunos videos del recorrido que se han viralizado. Gracias a esto ha podido recibir ayuda de personas que le brindan alimentos o un lugar para asearse. De hecho, una iglesia de la región de Chiclayo les abrió sus puertas y les permitió a los 13 migrantes que se pudieran duchar. También les dieron desayuno y almuerzo.

Agregó que durante las noches pernoctan cerca de estaciones de servicio.Pese a las restricciones para la movilidad por el estado de emergencia, ningún policía los ha detenido para pedirles documentos y tampoco les han hecho pruebas de descarte del COVID-19.

«Todos estamos sanos y ninguno presenta síntomas». Si todo sale bien, agrega, en pocos días estarían llegando a Tumbes, donde se encuentra la frontera con Ecuador.»Esperamos no tener problemas para salir de Perú o entrar al siguiente país, pero si no, optaremos por las trochas. Y si es necesario, estamos dispuesto a darle a los militares el poco dinero que llevamos para que nos dejen pasar».

Explican que una vez en Ecuador, evitarán pasar por Guayaquil para no tener contacto con la zona más golpeada por el coronavirus. Molina también desea reencontrase con sus hijos de 15,13,11 y 9 años que están en Punto Fijo, pues mientras vivió en el Perú no pudo hacer un viaje para visitarlos.

Por su parte, Sandro Jaramillo, que también es miembro de este grupo de caminantes, va con su sobrino de 16 años y deja a su hermana en Lima con un niño pequeño. Contó que tomó la decisión cuando sus ahorros llegaron a niveles rojos y no había posibilidades de trabajar en construcción. «Yo nunca me imaginé que sería capaz de hacer una locura como esta, pero si me quedaba en Lima, iba a perder el tiempo», expresó.

Añadió que por su sobrino, y por el bien de todo el grupo, con el dinero que les donaron compraron medicinas para compartir cualquier padecimiento que puedan presentar durante el periplo. También adquirieron mascarillas, alcohol y gel para desinfectarse.

Además, separaron dinero para que su sobrino tenga un menú alimenticio garantizado. «Si nosotros tenemos que comer solamente pan, lo hacemos. Pero mi sobrino, no. Que él coma bien para que no se desmaye». Resaltó que teme por su salud y espera no tener inconvenientes para ingresar a Venezuela como ha ocurrido con otros migrantes que han sido confinados en lugares no aptos para una cuarentena.

«Me aferro a Dios, pues lo que deseo es encontrarme con mis padres que viven en Petare. Son personas mayores y están solitos».

Ellos no son los únicos caminantes. Según la representación diplomática designada por Guaidó en Perú, el número total de venezolanos que se regresan suman 70 y van caminando en grupos pequeños para evitar problemas con las autoridades.

Nancy Arellano, ministro consejero del ente diplomático, designado por la Asamblea Nacional, señaló que algunos de los connacionales fueron contactados por el propio representante diplomático Carlos Scull y después fueron enviados a refugios en los que se les brindó alimentos y alojamiento. Y una vez atendidos, siguieron su camino.

Pabellón criollo para personal de salud en Londres: 2.000 raciones a cargo de venezolanos

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Lista una orden de pabellón: 75 raciones recién salieron de la cocina de Helios Gala y Karla Quetglas, en Wimbledon, y terminó en el King’s College Hospital. Este es uno de los hospitales clave en Londres, aquí el personal del NHS (el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, por sus siglas en inglés) libra una batalla por aplanar la curva del COVID-19

Solo para el 24 de abril, la pareja de venezolanos cocinó 75 porciones para que el personal de guardia pudiera tener una comida completa y recargar energías frente a la pandemia, que ya ha cobrado más de 18.700 vidas en todo el territorio británico.

Los platos que llegan a manos de los médicos y enfermeras en hospitales de Londres contienen carne o pollo mechado, caraotas negras, arroz, pico de gallo con aguacate y una arepa pequeña. 

El puesto de comida de Helios y Karla, Pabellon Venezuelan Food, se ha dedicado exclusivamente a preparar comida para los trabajadores del NHS. En total, la pareja ha cocinado unos 2.000 pabellones para alimentar a los trabajadores de los hospitales que reciben casos de coronavirus en Londres. Entre ellos se encuentra el Royal London Hospital y el Hospital de St. Thomas, donde el primer ministro británico, Boris Johnson, recibió atención médica tras ser diagnosticado con el virus. 

“Hemos llegado a preparar entre 200 y 300 platos para un solo día. Tomamos pedidos con una frecuencia interdiaria, pero no hemos tenido ni un solo día de descanso en las últimas semanas porque solo somos nosotros dos”, contó Helios a Efecto Cocuyo. 

La posibilidad de ayudar y posicionar la cultura

La oportunidad de ayudar se les presentó hace tres semanas, cuando el sitio de donaciones Meals for the NHS (Comidas para el NHS, por su traducción al español) los invitó a sumarse a la iniciativa de alimentar al personal hospitalario. 

Meals for the NHS es una plataforma de recaudación de fondos destinada a alimentar a los médicos y enfermeras que trabajan turnos de hasta 18 horas en las unidades de cuidados intensivos del Reino Unido. Con las donaciones del público, se costean comidas en restaurantes locales, lo que también ayuda a mantener con vida a los negocios en medio de un escenario económico incierto. 

Hasta la fecha, Meals for the NHS ha recaudado más de un millón 200 mil libras esterlinas y ha costeado más de 15 mil comidas, entre las que figuran los famosos pabellones de Helios y Karla.  

“Se siente increíble saber que podemos ayudar en medio de esta situación y que unos 2.000 médicos y enfermeras están comiéndose un pabellón, una comida completa, mientras salvan vidas”, agregó Helios. “Esto también está ayudando a nuestro negocio y a nuestra familia”.

Inicialmente, la pareja pensó que la oportunidad de ayudar sería breve, pero desde que recibieron el primer pedido, los fogones no se han apagado en Pabellon Venezuelan Food

Aunque una compañía de envíos se encarga de hacer el delivery a los hospitales, Helio y Karla han sentido de cerca el agradecimiento del personal de salud que ha probado su comida. 

“Nos han llamado médicos para agradecernos por la comida y decirnos que estaba sabroso. También nos han llegado mensajes privados por nuestro Instagram”, añadió. 

Un país que abraza el pabellón criollo

En septiembre de este año, Helios y Karla cumplirán seis años de haberse mudado de Caracas a Londres. “Llegamos acá sin un centavo y empezamos desde cero: aprendiendo inglés y limpiando cocinas y baños”, relató. 

Después de juntar ahorros por un año y probar con un emprendimiento, la pareja encontró el éxito en su sazón venezolana al montar un puesto de comida en Lower Marsh Market, uno de los mercados más famosos de Londres situado cerca de la estación de Waterloo. 

Desde entonces, Pabellon Venezuelan Food ha sabido destacar en competiciones nacionales e internacionales. En septiembre del año pasado, el puesto de comida ganó el primer lugar en los British Street Food Awards y la arepa de carne con tajadas y pico de gallo que Helios desayuna todos los días se llevó el premio de “mejor sándwich”. 

“Estamos muy orgullosos porque, hasta ese momento, sentíamos que la comida que estábamos haciendo no recibía el reconocimiento que merecía”, explicó. 

El Reino Unido empieza a aplanar la curva, pero el duo de Pabellon Venezuelan Food continúa cumpliendo con los pedidos. Al principio, Helios no quería comentarle a nadie sobre las comidas que preparaban para el NHS, pero ahora está seguro de que visibilizar las acciones de los negocios puede motivar a más personas a donar y a alimentar el personal de salud del Reino Unido. 

“Nosotros no queremos publicidad por hacer esto. Queremos que más gente se sume a ayudar y la mejor forma de hacerlo es ingresando al sitio web de Meals for the NHS. Quizás muchas personas no tengan los fondos para apoyar, pero pueden compartir las publicaciones para que lleguen a más gente”, aseguró. 

 

Cerca de 12.000 venezolanos han regresado a su país, señala Migración Colombia

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Migración Colombia indicó este domingo, 26 de abril, que cerca de 12 mil venezolanos han retornado  a Venezuela,  en medio de la pandemia de coronavirus y que han implementando un protocolo con las alcaldías y gobernaciones para que su salida de Colombia sea ordenada.

A través de un comunicado de prensa, Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia, explicó que diariamente hay un número de cupos determinados para la salida de venezolanos para que solo lleguen a este punto el número habilitado por día y puedan hacer el tránsito de manera inmediata.

Estas personas, detalla la nota, han sido trasladadas en un poco más de 290 buses, proporcionados por el Ministerio de Transporte y la Policía de Tránsito y Transporte colombianas.

“Los ciudadanos venezolanos que deseen retornar voluntariamente a su país lo podrán hacer con las condiciones que se han fijado para este procedimiento y aquellos que no las cumplan, verán suspendido su viaje hasta que lo hagan”, afirmó Espinosa.

El funcionario indicó que entienden la situación de estos ciudadanos y los invitó a coordinar con las alcaldías de su municipio su salida.

Este mismo fin de semana, la gobernadora del fronterizo estado Táchira, Laidy Gómez, expresó su preocupación por la llegada de ciudadanos por “trochas” o pasos irregulares y sus consecuencias.

“Por esas trochas siguen ingresando ciudadanos que están evadiendo controles epidemiológicos y la muestra es que seguimos recibiendo pacientes sospechosos”, indicó Gómez a prensa local.

La gobernadora pidió el reforzamiento de la presencia de fuerzas de seguridad en estos pasos ilegales.

El gobierno en disputa de Nicolás Maduro instaló un “cerco epidemiológico” en la frontera con Colombia para evitar la propagación del coronavirus que consta de distintos puntos de inspección y una cuarentena obligatoria de 14 días para quienes regresan.

Según, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, para el 6 de abril, ya eran 5.093.987 los migrantes venezolanos en el mundo.

Colombia ha recibido a más de 1.800.000 de estos venezolanos.

Con información y foto de VOA

Venezolanos vulnerables en Argentina: ONG advierten sobre su incremento

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Consultas online de asociaciones de venezolanos en Argentina estiman que entre 50% y 70% de la población migrante de criollos se encuentra vulnerable.

La pandemia del COVID-19 también ha trastocado la cotidianidad de los migrantes del mundo. Los venezolanos son una de las comunidades con más presencia en la región. De acuerdo con la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes Venezolanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hay 5.093.436  migrantes. De esta cifra, más de la mitad se encuentran en el continente americano.

Actualmente, en Argentina hay casi 200 mil connacionales radicados. Hasta el 23 de enero de 2020, la Plataforma de Coordinación de la ONU contabilizó 192 mil 460 criollos en suelo austral. La mayoría de ellos se encuentran ubicados en la provincia de Buenos Aires. Para medir el impacto que ha tenido la crisis del COVID-19 en ellos, algunas instituciones como la Organización Profesional para Venezolanos en Argentina (Provear) ha indagado sobre sus condiciones de vida.

Provear aplicó una consulta pública online a la que respondieron 3.854 personas. Las preguntas se orientaron a entender la caracterización social del migrante venezolano en Argentina y las políticas para combatir la propagación del coronavirus.

La muestra que obtuvieron representa 2% de la población total de venezolanos en Argentina. Sin embargo, los números ya advierten que se está incrementando la cantidad de venezolanos en situación de vulnerabilidad. 

Para que una persona esté dentro del grupo de riesgo debe ser incapaz de garantizar para sí o para su núcleo familiar una vivienda, alimentación, ingresos económicos por actividad económica o medicamentos esenciales. 

Vulnerabilidad y desempleo

De acuerdo con los resultados obtenidos en la encuesta online que aplicó Provear, casi la mitad de esa muestra afirma que está desempleada (46%). Seguido de un cuarto de la muestra (26%) que declara trabajar «en negro», es decir, no cuenta con todos los beneficios obligatorios de la ley o perciben sueldos muy por debajo de los estipulado.

“Resulta impactante la mayoría que efectivamente requiere del pack de alimentación y el alto el porcentaje de desempleados, variables estrechamente relacionadas”, puntualiza la directiva de Provear.

El problema del desempleo y de quienes trabajan sin recibir los beneficios mínimos que exige la ley, no es solo característica de esta crisis. Para julio de 2019, la consultora privada Adecco reveló en su estudio sobre la caracterización profesional del migrante venezolano que 7 de cada 10 trabaja sin recibir los beneficios mínimos que otorga la ley. Mientras que 6 de cada 10 no conseguía un trabajo estable. Las ONG y los organismos internacionales han puesto el foco en la comunidad de migrantes venezolanos para analizar si la pandemia ha exacerbado negativamente sus condiciones de vida.

Y, hasta el momento, los resultados que se han obtenido de las aproximaciones de las ONG indican que sí.

Argentina, consecuencias de la pandemia en los venezolanos

“El impacto de la pandemia ha sido devastador para todos. Cuando hablamos de una comunidad en la que un gran número ha tenido que abandonar su país en condiciones poco o nada favorables, esto aumenta. Hay muchos venezolanos que cobraban a diario y han dejado de tener esos ingresos desde que inició la cuarentena”, afirma Elisa Trotta, Representante de la Asamblea Nacional de Venezuela en Argentina.

Según los resultados de la muestra que recopiló Provear, 56 % declara necesitar apoyo para adquirir alimentos. Por esa razón, solicitan a instancias internacionales que les ayuden con la entrega de un kit de alimentación. Asimismo 36 % asegura necesitar un kit de higiene y 2% asevera no poder cumplir con el pago del alquiler de vivienda.

El presidente de la Asociación de Venezolanos en Argentina (Asoven), Vincenzo Pensa Terán, explica que la vulnerabilidad de los migrantes venezolanos se está evidenciando durante la cuarentena obligatoria en los niveles de desempleo y de imposibilidad de cumplir con la renta de los alquileres de vivienda.

“La vulnerabilidad la vemos de muchos lados: desde lo laboral, lo habitacional, lo sanitario. Desde lo laboral, casi el 75 u 80% está en situación de informalidad y eso los hace vulnerables. No tienen trabajo, tienen trabajos muy esporádicos y quienes no tienen contrato con empresas. Desde lo habitacional, mucha de esa gente alquila y, al no tener cómo pagar, están en riesgo”, puntualiza.

Terán también agrega que actualmente no existe un apoyo directo del Gobierno de Alberto Fernández para la población migrante de venezolanos en Argentina. No obstante, aclara que la crisis del COVID-19 no afecta solo a sus compatriotas: “El problema no es para los venezolanos, es para todo el país. Si bien estamos hablando de venezolanos vulnerables en Argentina, hay también comunidades nacionales que la están pasando mal”. 

Puentes de contención

Las asociaciones y organizaciones de venezolanos en Argentina han centrado sus esfuerzos en los primeros cuatro meses del año en dos grandes vertientes: generar puentes de apoyo y brindar contención emocional a quienes lo necesiten. La mayoría de los grupos organizados carecen de recursos para ayudar a sus compatriotas vulnerables, por lo que se enfocan en conectar con las organizaciones internacionales y gubernamentales que sí puedan hacerlo.

En el caso de Provear, los resultados de su consulta pública los compartieron con la Organización Internacional de Migraciones (OIM): “Han estado muy agradecidos por la información, ya que incluso sobrepasó sus expectativas. Según sus palabras, van a tener que priorizar. Fue más un censo de necesidades, que ellos valoran mucho y están definiendo los criterios para poder atender a la mayor cantidad de personas. Para contactar a las personas, cuentan con un servicio de callcenter, donde verificarán la información para hacer llegar la ayuda en sus domicilios.”

Aunque estas organizaciones han compartido con instituciones internacionales la data que manejan sobre las condiciones de vulnerabilidad de los migrantes venezolanos en Argentina, desde Provear ven con preocupación el incremento de esta población. 

“No está en nuestras manos poder ayudarlos. Sólo fuimos intermediarios y colaboradores con la OIM para hacerles llegar potenciales beneficiarios del paquete de ayuda. En el texto que acompaña el post para completar el formulario, se dejó claramente establecido que sería la OIM la encargada de contactar, seleccionar y entregar los kits de alimentación e higiene. Dejamos clara constancia de ello, pero la gente nos consulta a nosotros porque no les han llamado”, declara Mireya Rodríguez, Coach y Directiva de Provear.

Rodríguez explica que para recibir algunas ayudas, como las ofrecidas por la OIM, los beneficiarios deben cumplir con ciertas características. 

Acciones bilaterales

La crítica situación de las condiciones de vida de los venezolanos migrantes en Argentina es una variable que también está analizando el gobierno del presidente interino Juan Guaidó. La representación de la Asamblea Nacional venezolana en Argentina afirma que está trabajando en cuantificar la cantidad de connacionales en situación vulnerable.

“Sin embargo es muy claro que muchas familias se encuentran en situaciones realmente complicadas. Muchos de los venezolanos que viven en Argentina tienen trabajos donde cobran por día y, en una situación de cuarentena, se complica más pues muchos han dejado de percibir esos ingresos”, precisa Elisa Trotta.

Así como Provear y Asoven, la representación de la Asamblea Nacional del gobierno de Juan Guaidó ha coordinado acciones de apoyo con Acnur, Cáritas y la OIM que mejoren a la población migrante venezolana vulnerable

“Ya hemos respondido alrededor de mil consultas y ayudado a más de 200 familias con orientación legal y asistencia humanitaria. Esas orientaciones legales las estamos realizando desde que inició la cuarentena, pues contamos con un grupo de abogados venezolanos y argentinos con quienes estamos respondiendo las dudas que nuestros hermanos tienen. No solo con lo relacionado con las medidas tomadas por el Gobierno nacional frente a la pandemia, sino también en temas generales”, puntualiza Trotta.

La representante en Argentina del poder legislativo venezolano también aclara que actualmente hay trabajos en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, diferentes Gobiernos provinciales y con asociaciones de médicos y enfermeros venezolanos en Argentina, para incluir la mano de obra de profesionales venezolanos de la salud en los operativos médicos que combaten la pandemia del coronavirus en Argentina.

Contactos para venezolanos en Argentina

Provear

IG: @Prove_ar

FB: @provear.ve

TW: @provear_ar

Mail: [email protected]

Asoven

http://asoven.com.ar/

IG: @asovenbaires

FB: https://www.facebook.com/AsociaciondeVenezolanosenlaRepublicaArgentina/

TW: https://twitter.com/AsovenArg

Representación AN

IG y TW @elitrotta

IG y TW @embajadave_ar

Migrantes en Argentina: la solidaridad como única vía

De acuerdo con estadísticas de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), 70% de los 200 mil venezolanos en Argentina depende de un trabajo informal. Es el porcentaje cuyos ingresos se ven más comprometidos durante la crisis por el COVID-19. 

Pero también hay muchos migrantes que tienen más tiempo en Argentina y cuentan con un ingreso económico que les ha permitido que la situación sea más «llevadera». Son personas con trabajos estables de los que no pueden ser despedidos por ley, personas que tuvieron oportunidad de ahorrar para afrontar una emergencia y algunas familias que se sostienen por emprendimientos que se reinventan en crisis. Y este grupo está ayudando. 

La solidaridad la tienen en común un emprendedor gastronómico que cada vez que puede reparte viandas con alimentos a quienes se acercan a su local por necesidad; dos venezolanos que no se conocían personalmente, pero que se unieron para crear un grupo en Facebook en el que gestionan donación de alimentos y una diseñadora gráfica, que solo con empuje y ganas empezó a idear una organización para ayudar. 

Alianzas entre venezolanos

Cuando empezó el “aislamiento social preventivo y obligatorio” en Argentina, los venezolanos recién llegados expresaban su desespero a través de redes sociales. Los que contaban con ahorros, los agotaban. Se enfrentaban a la imposibilidad de trabajar y el desespero era una constante.

A medida que transcurrieron los días, mientras que algunos se lamentaban y ahogaban el grito de auxilio dentro de casa, otros se organizaban para ayudar. Fue el caso de Mariciel Carreño y Rayner Bracho, dos venezolanos que sin conocerse en persona, decidieron crear un grupo de ayuda y gestionarlo a través de Facebook. 

El grupo es privado y se llama Manos solidarias de venezolanos en Argentina. La particularidad de esta iniciativa es que acepta y reparte donaciones a través de un grupo de voluntarios, trabajadores de empresas de delivery

Rayner, que es uno de ellos, lideró la propuesta y se la hizo llegar a sus compañeros de delivery. Sin pensarlo mucho empezaron a buscar y repartir las donaciones que les llegaban. La logística se ha ido haciendo más eficiente con el ingreso de nuevas personas al equipo organizador. El centro de acopio principal está en casa de Maciel, en Villa Crespo, pero a quienes viven en las distintas provincias de Buenos Aires y se contactan con el grupo, también son apoyados siempre y cuando aparezcan donantes con posibilidad de realizar viajes hasta esos sitios. 

Maciel asegura que ha habido un importante número de mujeres embarazadas o con hijos pequeños que piden ayuda. Se ha gestionado la entrega de pañales y fórmulas, además de ropa para bebé. Asimismo, reiteran la preocupación de muchos que dicen no estar preparados para el invierno. 

Emprendedores preocupados

Jennifer Linares y Esteban Solíz* también son venezolanos. Ella es una diseñadora gráfica que está detrás de la cuenta en Instagram @manitasdeayuda.ar. En realidad, no está en una posición privilegiada: tiene una familia con niños y al igual que la mayoría, no cuenta con seguridad laboral en un contexto como el actual. Sin embargo, se sabe más afortunada que muchos de sus paisanos y es por ello que decidió emprender un grupo de apoyo. En el contexto de la pandemia este tomó mayor relevancia, empezó a gestionar donaciones de alimentos no perecederos y abrigos para la temporada de invierno.

Esteban pidió que su nombre no fuera revelado, puesto que considera que cuando uno ayuda no debe figurar. Él tiene un restaurante de gastronomía venezolana en Microcentro y constantemente reparte viandas de comida a quienes se acercan a él en busca de alimentos. Es una acción que hace a la par de su trabajo en el restaurante. Si bien el golpe económico del aislamiento ha afectado, entiende que existen muchos en peores circunstancias: “Si tengo tanta comida, por qué no voy a dar”.

A través de una búsqueda en Instagram pudimos hallar otras iniciativas de microempresarios y emprendedores venezolanos que ante la situación, se organizaron para ayudar. Se trata de acciones de pequeño alcance que surgen desde la preocupación por el otro. Así, encontramos: Tienda Tostón (@tienda.toston) , espacio online  de productos venezolanos, se unió a Cuáles Cambures (@cuales.cambures), un sitio web que funciona como directorio de negocios del país,  para entregar alimentos a 12 familias de venezolanos en Argentina.

Un emprendimiento gastronómico (@dayarepasvenezuela) agrupó ayuda de otros cinco comercios venezolanos para gestionar donaciones a personas en situación de vulnerabilidad y también comedores solidarios. Otras personas desde @remesasrk y @grupoklein iniciaron una campaña con sus clientes #LosBuenosSomos iniciativa diaria de donar 500 pesos a una familia que tenga la necesidad del donativo

Acciones desde la Cruz Roja

La Cruz Roja y la OIM dirigen la repartición de kits que incluyen alimentos no perecederos y productos de higiene personal. En cuanto iniciaron las medidas de aislamiento en la región se activaron para apoyar a migrantes que se encontraran en situación de vulnerabilidad y, aunque para el organismo la nacionalidad no es vinculante, aquí en Latinoamérica la comunidad de venezolanos que entra dentro de esta clasificación es mucho mayor que cualquier otra. Según los últimos datos somos 5 millones de venezolanos fuera de nuestro país. Vimos el despliegue de esta medida en países como Perú y Ecuador. 

Aquí en Argentina Rodrigo Cuba, Director Nacional de Desarrollo Humano de la Cruz Roja Argentina, es uno de los coordinadores. En entrevista, explica que para acceder a esta ayuda es necesario llenar un formulario especial para eso o ingresar en unos listados manejan distintas organizaciones de venezolanos en el país. Ellos se las hacen llegar a la Cruz Roja y allí son sistematizados por el personal de la asociación, quienes establecen un orden de prioridad.

Una vez seleccionados los beneficiarios, el organismo se pone en contacto con las personas y se organizan las entregas. Estas se realizan puerta a puerta, con todas las medidas de higiene y seguridad necesarias. El análisis de los casos se hace constantemente, según refiere Cuba. Desde el Estado les ayudan validando listados para cerciorarse de que los aspirantes no estén dentro de otros sistemas de protección. 

Son decenas de organizaciones de venezolanos en todo el país que aportan listados e información de familias con necesidades y urgencias. En la sección de migrantes de la página oficial de la Cruz Roja Argentina también está a disposición un enlace a un WhatsApp que en teoría responde a quienes buscan ayuda. 

Otro tipo de apoyos de la Cruz Roja

La Cruz Roja, además de los kits antes mencionados, ofrece otras ayudas a personas migrantes. Son dos tipos de asistencia: en frontera y en grandes ciudades.

Actualmente, a pesar de que las fronteras están cerradas, migrantes que se encuentran varados en esos puntos pueden comunicarse con la Cruz Roja local y acceder a programas de alimentación, alojamiento, asesoría legal y transporte hacia las ciudades.

Si ya se encuentran en las ciudades se ofrece otro tipo de asistencia, actualmente online, que consiste en facilitar información al interesado sobre sistemas de ayudas estatales o sistemas de documentación, así como cualquier otro aspecto que se considere acorde a la ayuda que pide. Deben llenar un formulario para dar a conocer más sobre las necesidades y dar celeridad a los procesos.

Si estás en posición de donar alimentos, abrigo u otras cosas, también puedes contactarte con ellos:

Asociación de Venezolanos en la República Argentina / ASOVEN /@asovenbaires
Asociación Civil Unión de Venezolanos en Argentina/ UVENAR @uvenar
Alianza Por Venezuela (Argentina) / @alianzaxvenezuela
Asociacion Mutual Venezolano Argentina / @somosamva
Ayúdanos a Ayudar BA / @ayudanosayudarba
Manitas de ayudal /@manitasdeayuda.ar
Madres Guerreras / @madresguerrerasenargentina

Cruz Roja Argentina: https://www.cruzroja.org.ar/migraciones/
Grupo en Facebook: Manos Solidarias de Venezolanos en Argentina

Iniciativas en Instagram de venezolanos en Argentina

Tienda.toston

Paradosurbanfood

DayArepasvenezuela

Remesasrk

Venezolanos.ba

 

Venezolanos vulnerables en Lima: piden ayuda para no pasar hambre en la cuarentena

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Desde finales de marzo, un grupo de venezolanos vulnerables en Lima hace un pedido al representante diplomático en Perú, Carlos Scull. Se trata de un llamado de auxilio, ya que después de un mes sin trabajar se quedaron sin presupuesto y no tienen cómo comprar comida.

Tras más de 30 días en cuarentena, los pocos ahorros que tenían muchos de los venezolanos que trabajan en la economía informal en Perú, se acabaron. Algunos solicitan apoyo a la embajada designada por la Asamblea Nacional en ese país para que gestione algún apoyo alimentario o económico, pues los residentes que dejaron de percibir dinero con su trabajo diario ya no pueden cubrir sus gastos.

Los migrantes se manifestaron en la cuenta de Twitter del representante diplomático Carlos Scull para hacerle saber que es urgente que la ayuda les llegue. Completaron el registro de venezolanos en situación de vulnerabilidad y aún no reciben la ayuda. Efecto Cocuyo pudo conversar con algunas de estas personas quienes manifestaron que esperan le puedan tender la mano para «no pasar hambre en lo que queda de la cuarentena».

Cesar Sierralta  expresó que llenó el registro con la esperanza de ser beneficiado al igual que otros paisanos de su mismo distrito. El migrante que reside en San Juan de Lurigancho pide a las autoridades diplomáticas que suban a la parte alta de esa jurisdicción, pues allí también hay necesidades que deben ser atendidas con urgencia. “Nosotros vivimos en Sauce Chico. Se nos acabaron los recursos durante los primeros 15 días del aislamiento social. Se esperaba que la cuarentena terminara pronto, pero no ocurrió. Al dejar de trabajar, nos quedamos sin nada”, contó.

Este ciudadano que lleva más de dos años en Lima trabajaba como vendedor en el Mercado de Gamarra y junto a su esposa, quien prestaba servicios en una estética en el barrio chino de Lima, sostiene una familia con niños de 11, 9  y 5 años más una adulta mayor que sufre de hipertensión. “Imploramos ayuda, no queremos llegar a no tener qué comer”. Destacó que solo piden apoyo debido a la imposibilidad que tienen para trabajar; de lo contrario, como afirman: «Nosotros hubiéramos gestionado cómo cubrir nuestras necesidades».

Arnaldo Acosta, oriundo de Maracay, acudió a la red social del embajador porque su esposa tiene 6 meses de embarazo. Desde que se quedó sin ahorros, la comida empezó a escasear y ahora deben rendir un pollo hasta 6 días. Acosta le pidió ayuda a Scull a través de sus redes sociales, pues no ha podido completar el registro de vulnerabilidad. «No tengo la información para completar el censo y los alimentos me alcanzan para un día más».

Agradece el apoyo de su arrendador, por la paciencia para el pago del alquiler, pero explica que debe pagar a final de mes. Este residente tiene dos años y tres meses en Perú y solo ha tenido trabajados informales.

Eder Enríquez, otro internauta en situación de vulnerabilidad, hace un llamado al embajador porque su situación es precaria: «He tenido que salir al mercado cercano a mi vivienda, el distrito de El Callao, a cargar las bolsas de los clientes para ganar unas monedas». Expresó preocupación por las altas probabilidades que tiene de contagiarse, pero sostiene: «Tampoco tengo muchas opciones». En ese mismo mercado también labora Daniel Resnikoff. Aunque reconoce que la embajada está priorizando a las familias con mujeres embarazadas o niños pequeños, afirma que “nosotros también tenemos necesidades”. Este joven llegó a Perú hasta hace 7 meses y después de pasar un tiempo en la región de Tacna, se trasladó a Lima donde debió cumplir con la cuarentena social.

Canal humanitario para venezolanos vulnerables

Otra de las peticiones formuladas a Scull es el apoyo para retornar a Venezuela. Estos ciudadanos solicitan que se habilite un canal humanitario, pues les urge salir de Perú dada la precariedad de su situación y las pocas posibilidades de recuperarse cuando acabe la cuarentena.

Joaquín Andrés denunció que la administración de Maduro le dio la espalda y le negó la posibilidad de viajar a través del programa Vuelta la Patria. «Como también tengo nacionalidad española, me notificaron que el beneficio era solo para venezolanos.

“Que viera cómo resolver”, fue lo último le dijeron los funcionarios antes de abandonar la sede diplomática. Señaló que su esposa y su hijo sí lograron embarcarse en febrero. Espera reunirse pronto con ellos.

“Sabemos que el embajador Scull no tiene recursos, pero sí voz política. Le solicitamos que nos apoye para que un bus nos pueda trasladar hasta Cúcuta. Si nos contagiamos en el camino, cuando lleguemos a Venezuela, nos aislamos”, dijo Joaquín Andrés. “Yo estoy a punto de empezar a pedir cola hasta Tumbes (región fronteriza de Perú con Ecuador) con tal de salir de aquí.  No quiero dinero ni comida, me quiero ir”, agregó.

En esta misma situación se encuentra Kenny Valero. Tenía planes de quedarse en Perú hasta finales de año, mientras su esposa se regresaba en estos meses. La pandemia le cambió los planes. “Yo estaba trabajando de chofer corporativo y dependía de los vuelos. Mi jefe me dijo que me buscara otro trabajo mientras, pero en qué puedo trabajar en medio de esta crisis sanitaria”, expresó el residente que ya tiene 3 años en Lima y vive el distrito de San Miguel.

Espera que mediante un canal humanitario puedan salir de manera segura y retornar al país, pues considera que después de la pandemia la situación económica no mejorará.

35 venezolanos inician caminata en Guayaquil de regreso a su país

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Un grupo de 35 venezolanos inició  este lunes 20 de abril su viaje, caminando, de regreso a Venezuela desde Guayaquil, Ecuador.

Dentro del grupo hay cinco niños. Una de las personas que lidera la caminata  comentó que decidieron emprender este viaje porque a 6  de ellos los desalojaron de sus arriendos, la mayoría perdió su trabajos y ya no tenían casi comida.

Caminarán durante las horas que no haya toque de queda.

Saliendo de Guayaquil, varias personas les donaron tapabocas, alcohol y guantes de protección. También, llevan alimentos para el viaje que compartirán entre todos. Hoy llegaron hasta la población de Boliche, y en el cantón de Durán la policía los ayudó con comida y traslado.

Esperan no caminar todo el trayecto, y conseguir a personas que los ayuden llevándolos en carro durante partes del camino. Piden cualquier tipo de ayuda para que el viaje no sea peligroso y puedan llegar a salvo hasta Venezuela.

El impacto

Guayaquil es considerada la Wuhan de Suramérica. Las muertes registradas por el coronavirus colapsaron el sistema sanitario que se vio imposibilitado de recoger cadáveres, incluso con otras causas de muerte. Se calcula que hay un subregistro de muertes que llega a 17 mil personas.

Los familiares de  la venezolana, oriunda de La Guaira, Carmen Peña, quien falleció por fallas renales debieron esperar tres días para que el cuerpo fuese levantado.

De los 400 mil venezolanos que se estiman radican en Ecuador, 89%   se dedica al comercio informal. La pandemia trajo consigo los desalojos y la decisión de varios de retornar a Venezuela.

 

 

 

Venezolanos en Ecuador: «Si no nos agarra el virus, nos agarra el hambre”

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Mayeli Chávez llegó el 7 de octubre de 2019 a Ecuador. Es de Maracay y decidió emigrar porque la peluquería que tenía con su hermana quebró. “Me vine caminando y pidiendo cola con mis tres hijos. Tardamos 16 días en llegar a Quito”.

Cruzó por trocha. Sin pasaporte. Sin visa. Sólo con su cédula. En Quito logró inscribir a sus hijos en un colegio público al norte de la ciudad, y en compañía de otra paisana que conoció en el viaje, se dedicaron a vender comida en los semáforos. Consiguió una habitación por 90 dólares al mes y hasta el 15 de febrero pensó que podía estabilizarse económicamente.

“Comenzó la cuarentena y me desalojaron. Tuve que usar mis ahorros para comprar comida y no pagué el alquiler. A pesar de que le dije a la señora que me aguantara por un mes”, relata mientras cuenta que lleva 12 días durmiendo en una colchoneta, con sus tres hijos, en la sala de una vecina que le dio alojamiento “mientras pase la contingencia”.

Sin trabajo fijo, sin poder salir, sin tapabocas, gel antibacterial o quien le cuide a los niños, Mayeli se maneja entre dos opciones: “O me regreso para Venezuela o consigo cómo vender cualquier cosa durante esta cuarentena. No puedo dejar de darle de comida a mis hijos. Si no nos agarra el virus, nos agarra el hambre”.

El 16 de marzo inició en Ecuador un estado de emergencia que comprende: toque de queda nacional desde las 2 de la tarde hasta las 5 de la mañana, restricciones de tránsito vehicular, ingreso a los mercados municipales por número de cédula y suspensión total de cualquier actividad presencial o que cause aglomeraciones. 

El 29 de febrero se confirmó el primer caso de COVID-19 en el país: una señora llegó desde España a Guayaquil para visitar a sus familiares. Desde entonces, Ecuador es el país de América del Sur más afectado por la pandemia. Hasta la mañana del 20 de abril, según datos brindados por el Ministerio de Salud, había 9.468 personas contagiadas y 474 fallecidos por el virus.

Ecuador se ha convertido en el cuarto país de Sudamérica en recibir a más venezolanos migrantes; sólo por detrás de Colombia, Perú y Chile. Hasta el 31 de enero de este año, según el Ministerio de Gobierno ecuatoriano, hay 400 mil venezolanos, y las ciudades donde más se encuentran son Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta.

De esos 400 mil, un 89% se dedica al comercio informal. Son 352 mil personas que viven del día a día, y que tras las consecuencias de la pandemia ven sus posibilidades de supervivencia reducidas.

Venezolanos en Ecuador, ante la posibilidad de desalojo

Andrew Castro, presidente de la fundación MUEVE en Guayaquil, ciudad que ha sido el epicentro de la pandemia en Ecuador, reporta que tras un mes de cuarentena en el país, conoce de al menos 15 familias que han sido desalojadas de sus residencias. “El problema pasa porque las autoridades no dan respuesta inmediata a esta situación, a pesar de que desde la presidencia de la república, se ha dicho que no se desaloje a nadie”. 

El presidente Lenín Moreno anunció en cadena nacional el 16 de abril que enviaría un proyecto de Ley Humanitaria y de Ordenamiento de las Finanzas Públicas a la Asamblea Nacional para poner en orden aspectos económicos que se han visto afectados durante esta pandemia.

Entre esos aspectos está impedir que se desalojen a las personas de sus domicilios, congelar los precios de los servicios básicos y mejorar el seguro de desempleo.

“Yo lo que le recomiendo a la gente es que si los están desalojando llamen a la policía y que en presencia de los funcionarios se llegue a un acuerdo con los arrendatarios. El problema es que muchas de estas personas no tienen contratos de arriendo firmados y hay muchas irregularidades en cuanto al tema de saber cuánto deben de alquiler y desde cuándo están viviendo ahí”, comenta Castro. 

La fundación MUEVE, en un mes, ha entregado 700 kits de alimentos a migrantes venezolanos, gracias a donaciones del Banco de Alimentos de Guayaquil y la empresa privada. 

No sólo las organizaciones no gubernamentales se han movido en defensa y apoyo de los migrantes venezolanos, también la Defensoría del Pueblo y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) mantienen una campaña de comunicación para que estas personas conozcan sus derechos a la hora de ser desalojados arbitrariamente o si se les niega atención médica. 

Habilitaron 10 números de teléfono ubicados en diferentes localidades de Ecuador y hasta el 18 de abril atendieron a 2.941 familias de venezolanos y colombianas. 

También crearon una lista de difusión a través de WhatsApp que distribuye mensajes a 5.780 migrantes registrados sobre cómo acceder a sus derechos.

Daniel Regalado, presidente de la fundación Venezolanos en Ecuador, comenta que cuando inició la cuarentena, registró más de 100 casos de personas extranjeras a las que les fue negada la asistencia médica a través del número telefónico 171 del Ministerio de Salud.

“Preparamos un escrito que fue entregado al Ministerio de Salud y al Consejo de Protección de los Derechos de Quito para pedir que a estas personas no se les niegue el acceso a la salud. Llegó a tal punto de discriminación que, en la aplicación que sacó el Ministerio de Salud para atender a las personas con posibles síntomas del virus, y así descongestionar el 171, no aceptaban números de cédula extranjeras o pasaporte”, comenta Regalado. 

Después de los ecuatorianos, los venezolanos son los que más se han contagiado en Ecuador por el COVID-19. Hasta la mañana del 18 de abril y, según datos del Ministerio de Salud, había 21 infectados, 21 en sospecha y 1 probable. 

Entre los fallecidos se ha confirmado a Lyll Montes, anestesióloga venezolana, que trabajaba en un hospital de Guayaquil, y que pasó 15 días hospitalizada. Mientras que Carmen Peña, oriunda de La Guaira, se suma como una de las víctimas de la burocracia durante la crisis sanitaria. Falleció por complicaciones renales en su domicilio y sus hijos tuvieron que esperar tres días a que Medicina Legal retirara su cuerpo en Guayaquil. 

Regresar o sobrevivir 

El 20 de marzo, en conjunto con mi esposa, comenzamos un registro de familias venezolanas residentes en Quito. Llevamos 300 contabilizadas  —unas 1500 personas— y de esa pequeña muestra sabemos que a 25 familias les han pedido desalojo de sus inmuebles, 7 quieren regresar a Venezuela y 3 personas fueron obligadas a firmar cartas de renuncia en sus trabajos. 

Una de ellas es Lucía (nombre protegido a su petición), quien trabajaba para una empresa tercerizada que le presta servicios de mantenimiento a una aerolínea internacional. Lucía fue obligada a firmar una carta de renuncia con el peligro de que si se negaba, su liquidación no saldría a tiempo y tendría que pasar por el entramado burocrático del Ministerio del Trabajo. 

“Llegamos un día al trabajo y ya nos tenían las cartas listas para firmar. Nos dijeron que sólo sería temporal, y una vez que se estabilice la situación, nos volverían a llamar”, dice mientras recuerda que al menos 15 compañeros pasaron por lo mismo ese día.

La cifras de desempleo entre la población migrante venezolana, según el Ministerio de Gobierno de Ecuador bordean el 90%: muy pocos son los que reportan un contrato de trabajo formal registrado en el Ministerio de Trabajo

De los 400 mil venezolanos que hay en el Ecuador: un 31% indicó tener educación superior o técnico superior y un 5% tiene maestrías y doctorados, lo que los convierte en una de las nacionalidades mejor preparadas en el país.

Buscando cómo regresar

Para la Organización Internacional de Migraciones (OIM), la pandemia por el COVID-19 dejará en una situación de mayor vulnerabilidad a los migrantes venezolanos en toda América Latina. No sólo se verán expuestos al desempleo y a la falta de acceso a los servicios públicos, sino que los programas de asistencia enfocados a apoyarlos en toda la región estarán en riesgo. 

La OIM, en conjunto con ACNUR, sacaron el 1 de abril un comunicado donde informaron que sólo han recibido menos del 3% de los fondos necesarios para ejecutar el Plan de Respuesta Regional para Refugiados y Migrantes en 17 países de América Latina. 

Desde noviembre de 2019, ambas organizaciones esperaban recaudar USD 1,346,123,284, y sólo han obtenido 39,422,861. 

En Quito, Iris Gudiño, oriunda de Yaritagua, un poblado ubicado en la frontera entre los estados Yaracuy y Lara, busca la manera de regresar. 

La embajada de Venezuela informó que los vuelos del plan “Vuelta a la Patria” desde Quito y Guayaquil están cancelados hasta nuevo aviso. Y por redes sociales corren mensajes desde la embajada de Venezuela del presidente (e) Juan Guaidó donde le piden a los venezolanos no caer en estafas sobre supuestos planes de regreso a Venezuela donde se piden USD 120 por persona. 

El 12 de abril, en la madrugada, tocaron a la puerta de Iris mientras dormía. Era el hijo de la señora que le arrendaba pidiéndole que se fuera. “La señora murió hace quince días de un paro respiratorio. Yo la cuidaba, y a cambio no me cobraba alquiler. Ahora, el hijo me dice que no le importa a dónde me vaya, pero que me tengo que ir ya”. 

Iris tiene una hija de 7 años que a finales de agosto del año pasado sufrió un accidente casero: le cayó una olla de agua hirviendo encima mientras jugaba con un perro por la cocina. La niña ahora depende de unas cremas que debe echarse semanalmente en la espalda y ambos brazos. Unas cremas que cuestan entre USD 20  y USD 25 cada una. 

“No puedo seguir viviendo así. En Venezuela al menos conozco a la gente, tengo una red de apoyo más grande y prefiero estar allá que pasando trabajo acá. No sé en qué momento al hijo de la señora le da la locura y me bota con todo y ropa”, dice Iris. 

La Alcaldía de Quito habilitó el 17 de marzo un albergue en el centro de la ciudad para las personas que no tengan hogares donde pasar la cuarentena, con ayuda del Patronato de San José y el Ministerio de Inclusión Económica y Social regenta dicho espacio para ofrecer alimentos y medicinas a los habitantes de la calle. 

Pero esta no es una opción para Beatriz Castillo, maracucha que llegó a Quito hace 9 meses con sus dos hijos. Ella y su esposo trabajaban vendiendo hojas de eucalipto por el sur de la ciudad y vivían en una residencia donde les cobraban USD 75 al mes por una habitación. Antes de comenzar la cuarentena, las ventas bajaron y no pudieron seguir pagando el alquiler. Por cinco días consiguieron alojamiento en casa de una amiga, pero ya les pide que desaloje y busquen donde quedarse. 

“¿Cómo hacemos? Lo poco que tenemos lo usamos para comprar comida. Fuimos al albergue de la Alcaldía, pero nos dijeron que no había espacio. Fuimos a otro que se llama San Juan de Dios, y nos dijeron lo mismo. ¿Para dónde nos vamos?”. 

Beatriz sólo tiene cuatro maletas y una caja llena con platos, cubiertos y vasos que se compró para tener en la habitación cuando comían. Pertenencias que ahora ve cómo puede vender para que le den al menos 20 dólares y así poder sobrevivir una semana más. 

Contactos en Ecuador

 

Migrantes venezolanos retornan por el Zulia agotados y robados

Tras quedarse sin dinero para pagar el alquiler, Alquimaris Colina decidió regresar a Venezuela. Al verse en la calle, emprendió su rumbo hasta La Guajira, al norte  del estado Zulia, para vivir con su familia durante la pandemia. Caminó varios días e intentó cruzar por pasos ilegales, justo antes de que Colombia y Venezuela acordaran abrir un corredor humanitario para el retorno de migrantes. Pero cuando llegó a la frontera, le robaron todo.

«Me robaron todo, la ropa, la comida, todo lo que traía, mis documentos. Y cuando pasé por unos guardias que están ahí cerca, me quitaron el teléfono. Como no tenía documentos, me dijeron que si quería irme, les tenía que dejar el teléfono», dijo a Radio Fe y Alegría Noticias.

Contó que más personas atravesaron la misma situación: sufrieron cobros o robos de dinero y comida. Así, algunos venezolanos que retornan deben enfrentar robos y superar el agotamiento tras caminar decenas de kilómetros.

Agotamiento

Leonel Sierra fue otro de los venezolanos entrevistados por Radio Fe y Alegría Noticias. Junto a 80 personas, con pocos alimentos y poca agua, recorrió casi 500 kilómetros a pie desde Barranquilla ante la prohibición del gobierno colombiano utilizar unidades de transporte para su traslado.

Al llegar a Venezuela, Sierra entró a cumplir aislamiento preventivo durante dos semanas en un albergue como medida para contener la propagación del nuevo coronavirus. “Aquí nos han suministrado alimentos, colchonetas, almohadas, alimentos, agua”, expresó.

Otro venezolano regresó desde Bogotá caminando  cuando su situación económica se volvió insostenible. Hizo su recorrido a pie durante 18 días.

«No hay trabajo, no hay nada. Y para estar encerrados sin comida, es preferible venirnos a nuestra tierra y estar con nuestros familiares», indicó.

Los que retornan por el norte del Zulia son trasladados a albergues habilitados en los municipios Guajira y Mara. Luego de 14 días, y si sus resultados para las pruebas rápidas para detectar el coronavirus dan negativo, podrán volver a sus casas.

Según dijo el mandatario Nicolás Maduro este sábado 18 de abril, más de 9.000 venezolanos han regresado desde Colombia. 2.000 venezolanos volvieron por el estado Zulia, de los cuales 433 aún permanecen en albergues.