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Venezolanos con pasaportes vencidos podrán abrir cuentas bancarias en República Dominicana

La medida que entró en vigencia el pasado 1ero de julio, autoriza a la banca en República Dominicana a proveer de productos y servicios financieros a venezolanos que vivan en ese país, cuyos pasaportes hayan expirado.

Así lo dejó establecido la Superintendencia de Bancos (SB) mediante la Circular SB: No.012/21, publicada el pasado jueves. La medida se corresponde con la resolución No. 02-DGM-2021, emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección General de Migración el 19 de enero pasado, que busca normalizar el estatus migratorio de los nacionales venezolanos que están en territorio dominicano mediante la categoría migratoria de no residente, y les permite, a ellos y a sus hijos, la utilización de pasaporte vencido.

Inclusión financiera

De acuerdo a la disposición, los intermediarios cambiarios y las fiduciarias, así como la banca en general podrán aceptar los pasaportes vencidos venezolanos que se encuentren en territorio dominicano como documento válido de identificación.

La normativa precisa que la validez de los documentos vencidos aplica a todos los ciudadanos venezolanos, independientemente de si su portador esté o no en el proceso de normalización establecido por la DGM.

De acuerdo con las autoridades dominicanas, se espera que la iniciativa ayude a reducir la exposición de los migrantes venezolanos a la informalidad producto de la exclusión financiera.

Con información de Diario Libre

Ecuador pondrá en marcha este año plan de regularización para los venezolanos

El proceso de regularización para los ciudadanos venezolanos en Ecuador se ejecutará este 2021. De acuerdo con el viceministro de Movilidad Humana, de la Cancillería, Carlos Alberto Velasteguí. 

El funcionario adelantó que trabajan en los parámetros para la construcción del proceso. “Tenemos varias etapas de trabajo y esperamos que algunas de ellas se puedan visibilizar en breve. No pasará del mes de julio que tendremos resultados concretos, específicos y el proceso más importante estará listo una vez que hayamos articulado la cooperación” dice Velasteguí citado por el diario El Comercio de Ecuador.

En Ecuador residen 450mil venezolanos, de los cuales, 222mil 588 tienen algún tipo de visado regular, según cifras de la Cancillería ecuatoriana. 

Velasteguí aseguró que es un esfuerzo que demanda la corresponsabilidad internacional. “Esperamos que esta cooperación internacional se fortalezca, la única manera de dar respuestas efectivas es tener esta participación y una de las prioridades es que el enfoque de la cooperación vaya justamente a la integración económica”. 

La medida se realiza luego de que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunciara en el marco de la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos celebrado con Canadá, un nuevo programa para la regularización de venezolanos, para que tengan una integración económica, laboral y social. 

“Estamos procurando que haya cierta flexibilidad para determinados requisitos (…) el fin es dar solución a quien la necesita dentro de sus limitaciones sin descuidar la seguridad de la población ecuatoriana, eso es fundamental” dijo Velasteguí.

Cooperación internacional

El último plan de regularización de venezolanos en Ecuador, que incluía una amnistía regulatoria por cruce y estadía irregular en el país, fue puesto en marcha a mediados de 2019 y se vio afectado por la pandemia del coronavirus.

Pero los costes de tramitación, 50 dólares, resultaron ser una cifra muy alta que muchos venezolanos no pudieron pagar, y aún así más de 93.000 regularizaron su estatus a través de varias visas, entre ellas la «humanitaria».

En la Conferencia Internacional de Donantes en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos celebrado con Canadá, el pasado 16 de junio, se logró el compromiso de países e instituciones de aportar 1.554 millones de dólares a los migrantes venezolanos en la región, de los cuales 954 millones serán donaciones y 600 millones créditos.

De acuerdo con el Gobierno de Ecuador se requieren 237 millones de dólares complementarios al presupuesto nacional de este año, para la atención de los migrantes. 

Con información de El Comercio de Ecuador y EFE. 

De una orilla a la otra: venezolanos en el Río Grande

Del Río, Texas

De Puerto Ordaz, de Caracas, de  Zulia, de Barinas, de La Guaira. Uno a uno van alzando los brazos y respondiendo a la pregunta: ¿De qué parte de Venezuela vienes? Aún están aturdidos por las últimas horas del viaje.  No saben dónde están. ¿Para dónde van? Alzan las manos nuevamente: Miami, Orlando, Tennessee, Texas.

Es miércoles 16 de junio. Durante siete días el ingreso de venezolanos en la población Del Río no cesa. En promedio ingresan unas 500 personas por alguno de los puntos de esta frontera líquida entre México y Estados Unidos, marcada por el Río Grande.

Migrantes venezolanos que entraron a Estados Unidos por Del Río
Migrantes venezolanos que entraron a Estados Unidos por Del Río

Esta ciudad de unos 35.000 habitantes ha sido impactada por el volumen de ingresos en general. Tan solo en mayo se reportaron 27.980 encuentros con migrantes de 29 nacionalidades. De ellos, el 19,5 por ciento  son  venezolanos.

Según el oficial Ricardo Moreno, jefe de patrulla fronteriza de la estación Del Río: “Antes no se había visto eso aquí, especialmente, en Del Río. Grupos de hasta 160. La mayoría de las detenciones son (ciudadanos) de Venezuela y de Haití”.

Los migrantes venezolanos a Estados Unidos solían llegar en avión y con planes más o menos estables. Durante algunos años fueron llamados balseros del aire. Desde enero de este año, el ingreso de este grupo por la frontera sur ha crecido más de 25 veces.  El estado de Texas lidera de lejos las estadísticas oficiales que le atribuyen 70,6 por ciento de los encuentros registrados. Y de este estado, la población Del Río registra el 86,9 por ciento de los ingresos.

Este grupo que llegó alrededor de las 5: 00 p.m. habla profusamente. Se han cambiado la  ropa mojada, luego de cruzar. Esperan que la patrulla fronteriza los recoja. Algunos saldrán en horas del centro de registro de las autoridades migratorias, otros no se sabe cuánto tiempo estarán detenidos. Ellos, de hecho, no saben el nombre de la población donde están. Sólo saben que cruzaron.

En números netos, la frontera sur, integrada por Texas, Arizona, Nuevo México y California registró 17.306 ingresos de venezolanos entre enero y mayo de este año. En 2020 en el mismo período solo se registraron 634 encuentros.

¿Quiénes son?

Durante una semana de cobertura, el equipo de la Voz de América y el proyecto Venezuela migrante han visto pasar a ancianos, mujeres embarazadas, familias, hombres solos y hasta una adolescente. Entran en la tarde, algunos en la mañana y otros en la madrugada. Lo hacen por distintos puntos. En Del Río hay al menos tres puntos de ingreso. En uno de ellos, en apenas tres horas, hubo tres encuentros con migrantes venezolanos y dos con haitianos.

Yaelin viene del estado Barinas. Tiene más de ocho meses de embarazo. Salió por tierra hacia la vecina población colombiana de Arauca. De allí tomó un vuelo a Bogotá. Desde la capital colombiana viajó a Ciudad de México, donde durmió una noche. Luego tomó otro vuelo hasta Monterrey. Durmió una noche. Al día siguiente tomó un bus hacia Ciudad Acuña, donde llegó en la tarde y a las cinco  de la mañana cruzó el río.  

Afirma que recuerda haber cruzado tres ríos y que otros venezolanos la ayudaron. Viene a reunirse con su esposo, quien con visa, ingresó en marzo pasado y vive en Ohio.

Liberada en horas del centro de registro migratorio, le toca comparecer ante una corte para evaluar si puede aplicar a la solicitud de asilo.

Entre los grupos que ingresaron durante siete días, las familias tradicionales fueron constantes. Madre, padre y hasta dos o tres hijos. Una de ellas dijo haber pagado 10.000 dólares por todo su viaje.

En un recorrido con la patrulla fronteriza este equipo presenció el encuentro con un grupo familiar que provenía de Maracaibo. Al no tener dinero para pagar a un coyote fueron abandonados en las inmediaciones del río. Cruzaron padre, madre, hija y abuela, con otros tres paisanos. Dos de ellos adultos mayores. Quedaron atrapados en una especie de laberinto cercado por una valla de tres metros. Allí, en medio de una carretera fueron abordados por la policía.

“Mi hija tiene varias horas sin comer”, decía la madre, mientras una anciana vociferaba dentro de una unidad de la patrulla por un medicamento para la tensión. La niña, de unos dos años secaba las lágrimas de su madre. Miraba a su alrededor y sonreía, mientras la abuela intentaba recuperarse del esfuerzo. “Es que ella tiene un parche en el corazón”, dijo su hijo.

Mientras tomaban agua e intentaban calmarse, relataban que iniciaron el cruce sin saber hacia dónde se dirigían. “Solo queríamos llegar”.

El perfil de los que han ingresado incluye a profesionales que van desde ingenieros de la industria petrolera, hasta médicos, abogados y docentes.

La doctora Celene Leal es un ejemplo.

Este aspecto llama la atención del periodista mexicano, Javier Garza, quien es conocedor de esta frontera.

“Para mi es  un indicador de cuánto se ha deteriorado la situación en Venezuela. La percepción que se tenía es que el venezolano  entraba por avión, sobre todo el venezolano de clase media que podía conseguir una visa de turista y perderse en el sistema. Al ver que profesionales venezolanos están  usando los mismos métodos que un campesino centroamericano me parece que es un indicador del grado de desesperación”, sostiene.

Algunos de los entrevistados relataron que intentaron aplicar por visas, pero dado que en Venezuela no hay oficina consular, y al hecho de que algunas citas son pautadas con un año de antelación, decidieron dar el paso.

Este es el caso de Antonio Rojas, un hombre de 56  años, quien solía visitar Estados Unidos.

“Doy gracias a Dios porque estoy acá”, afirma mientras hace un esfuerzo porque la voz no se le quiebre. A diferencia de Yaelin, su travesía fue una odisea que inició el 14 de mayo de 2021.

Luego de cruzar el trecho que separa la población Acuña y llegar con un bolso que apretaba como si en él  tuviera su vida, a Del Río, la voz se le ahogaba. Una semana después, en la cafetería de una estación de servicio esperaba por un autobús que lo llevaría a San Antonio, allí tomaría un vuelo a Miami, en un intento de iniciar una nueva vida.

Cuando Rojas, quien es oriundo del estado Guárico, entró a territorio estadounidense, lo precedían dos familiares. Ellos alzaron los brazos como si hubieran cruzado la línea de meta de un maratón.  Venezolanos, venezolanos. Somos venezolanos, decían: “Lo logramos, lo logramos”.

El viaje les tomó un mes aproximadamente. Hicieron tres intentos. Primero salieron desde Venezuela a México, vía Cancún. Allí fueron devueltos a Caracas. Un segundo intento lo hicieron por Colombia. Cruzaron la frontera por un paso irregular, pero al tomar un vuelo de Cúcuta a Bogotá fueron nuevamente devueltos ya que no tenían sello de entrada en el pasaporte. A la tercera debía ser la vencida. Esta vez lo haría bien, confiaba. Un nuevo intento de ingresar por México fue exitoso. Llegaron, recibieron su sello de ingreso y luego debían tomar un vuelo a Monterrey. Lo hicieron, pero fueron detenidos por las autoridades policiales quienes los entregaron a las autoridades migratorias. Asegura que pasó 14 días detenido en el Instituto Migratorio de Nuevo León, junto a 80 personas. Cuando finalmente los dejaron en libertad, siguió rumbo a Ciudad Acuña, en el estado de Coahuila.

Luego de entregarse a la Patrulla Fronteriza pasó ocho días en un centro de detención. Fue liberado con la instrucción de presentarse ante una oficina del ICE en el estado de Florida, que es su destino final.

Muchos otros testimonios están también cargados de angustia.

¿Por qué viajan a Acuña?

El arribo de venezolanos a Ciudad Acuña tampoco ha pasado inadvertido. Esta ciudad, de unos 300.000 habitantes, tuvo un auge en la década de 1990 con las maquiladoras. Es un centro de atracción turística para estadounidenses. En Del Río, nos dicen algunos, no hay mucha diversión. La fiesta se arma al frente (en Acuña). 

Las autoridades de Estados Unidos han identificado un hotel en esta ciudad donde grupos de coyotes hospedan a los migrantes. Ellos suelen ser trasladados en la madrugada a uno de los puntos de cruce, el cual pasan, puntualmente a las 7 am.

La orilla del río en este lado mexicano es pública, mientras que al frente hay terrenos privados o propiedad federal.

Sin embargo, para llegar a la ribera los migrantes deben recorrer algunos kilométros. En el punto de mayor visibilidad de ingreso, hacia la zona de Val Verde, tienen que bajar una cuesta para llegar a la orilla e iniciar el cruce. Del otro extremo llegan a una casa por cuyo patio suelen cruzar rápidamente para luego esperar en un terreno rodeado de caña carrizo a las autoridades migratorias.

Nunguna de las personas consultadas ha podido decir concretamente por qué Acuña se ha convertido en sitio de paso de venezolanos. Tanto el oficial González, de la patrulla fronteriza, como otros, creen que es porque esta zona es más segura.

“Hay un sólo cártel aquí”, comentan habitantes de la ciudad.

¿Qué ocurre con los que cruzan?

“No vengan, no vengan”, dijo hace unas semanas la vicepresidenta Kamala Harris. Sin embargo, ese mensaje al parecer no ha calado. A diferencia de otros migrantes, los venezolanos apenas ponen un pie en territorio estadounidense se entregan a las autoridades para solicitar asilo. Aunque el procedimiento varía, según expertos, lo que suele ocurrir es que les hacen una entrevista en la que deben demostrar “miedo creíble” y luego pueden ser puestos en libertad o no. Tienen un lapso de un año para solicitar asilo ante un juez.

En el caso de los migrantes que  ingresan por Del Río, algunos de ellos como Deysi, Gladys, Alfredo y Yomaira, todos adultos mayores, que entraron el miércoles 9 de junio, fueron trasladados, junto a otras 20 personas, al Val Verde Border Humanitarian Coalition. El lugar es de paso porque, en palabras de su directora, Tiffany Burrow, no cuentan con dinero ni apoyo por parte del estado de Texas ni del gobierno federal.

Burrow asegura, que en ocasiones, no dan abasto para la cantidad de personas que atienden a diario. “Antes podíamos tener 20 a 25 personas por semana, ahora tenemos casi 50 por día”, comentó.

Allí, los migrantes hicieron su primera llamada a familiares, lograron bañarse y recibieron instrucciones sobre cómo salir de Del Río. Les entregan en un sobre amarillo los documentos que les autorizan a viajar hasta donde serán recibidos por sus familiares.

Sin embargo, el trámite no es tan sencillo. Mientras muchos muestran un alivio al llegar a territorio estadounidense, su regularización apenas se inicia. En algunos casos, como el del concejal venezolano Francisco Rincón, quien ingresó por San Diego, California, estuvo recluido en un centro de detención migratoria por 18 meses.

Ninfa Argüello, asegura que ningún caso es parecido. Ella trabaja orientando a migrantes venezolanos en Miami.  Advierte que conoce de casos en los que a los que ingresan ilegalmente les retienen el pasaporte y eso dificulta los casos.

Hay finales tristes y finales felices, pero todas las historias que empiezan en Venezuela tienen varios capítulos. Los que cruzaron recientemente todavía tienen mucho camino por recorrer.

Claves del paso de migrantes venezolanos en la frontera sur de Estados Unidos

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Miles de migrantes venezolanos han llegado a la frontera entre México y Estados Unidos. Los datos de la Patrulla Fronteriza norteamericana muestran un crecimiento acelerado del encuentro con migrantes venezolanos especialmente en Del Río, Texas. Lugar que hace frontera con Ciudad Acuña, del lado mexicano.

Solamente en el estado de Texas, desde enero y hasta el 3 de junio de este 2021, las autoridades estadounidenses tenían registrados 12 mil 081 encuentros. En contraste, para el mismo periodo de 2020 la cifra fue de 207 personas. El pico de este año ha sido mayo, cuando la policía fronteriza registra seis mil 513 encuentros.

El cruce de migrantes venezolanos por la frontera sur estadounidense

1. Pagar o no pagar un «coyote»

Aunque no todos pagan a “coyotes”, quienes lo hacen deben cancelar entre 2 mil y 3 mil dólares, aproximadamente. Las personas consultadas por Efecto Cocuyo en el paso fronterizo aseguran que este precio incluye pasajes aéreos hasta México, traslado a Monterrey y luego a uno de los puntos de ingreso a Estados Unidos. Sin embargo, en los casos en los que las personas no pagan previamente a los contrabandistas, terminan por pagar un “peaje” de hasta 1.000 dólares en efectivo para acceder al río.

2. La entrada por Del Río, Texas

Las autoridades estadounidenses han identificado los puntos calientes en la ciudad de Del Río y zonas aledañas, que es por donde más venezolanos han pasado en 2021. En uno de esos lugares las personas ingresan puntualmente a las 7:00 a.m. En otro, a las 4:00 p.m., aproximadamente. Sin embargo, hay ingresos todos los días a diferentes horas, incluso en la madrugada.

«Estoy en Estados Unidos»

3. ¿Qué pasa una vez en suelo estadounidense?

Las migrantes se entregan voluntariamente a la Patrulla Fronteriza. No huyen. Quieren ser detenidos por los funcionarios para así poder ser atendidos y poder presentar sus casos. En la mayoría, los venezolanos piden asilo. Tras ser detenidos, son llevados a centros de procesamiento donde son entrevistados y sus expedientes son revisados de forma exhaustiva. Luego de esto, si procede, la persona será liberada y podrá estar legalmente en Estados Unidos, mientras se procesa su solicitud de asilo.

4. ¿Cuánto tiempo pueden pasar detenidos?

Es incierto. El equipo de Efecto Cocuyo constató en el terreno que hubo migrantes que pasaron 12 horas detenidos y luego fueron liberados. Sin embargo, también hubo casos de venezolanos que pasaron hasta dos semanas en los centros de procesamiento. Durante este tiempo las personas pueden hacer una llamada a sus familiares, pero la comunicación con el mundo exterior es prácticamente nula.

5. ¿Por qué ingresar de esa forma?

Varios entrevistados aseguran que en su lugar de residencia ya no podían vivir con la escasez de alimentos o medicamentos. Otros alegan que intentaron obtener visa, pero debido a la pandemia de COVID-19 no pudieron. Y muchos buscan reunirse con sus familiares que viven en Estados Unidos. Efecto Cocuyo conoció de una pareja que permaneció siete años sin verse, porque el esposo no tenía visa para ingresar a EE.UU. y el estatus migratorio de la esposa no le permitía salir del país

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«Sabor Migrante», contar la migración desde la cocina venezolana

Las historias de migración tienen muchas formas de ser contadas. Una de ellas es a través de las cocinas y el sabor de los alimentos. Sabor Migrante es la nueva iniciativa de Efecto Cocuyo, que presentará desde la mesa del migrante su historia.  

El proyecto -que nació en pandemia- busca mostrar que cuando se emigra se pueden perder muchas cosas, pero siempre se llevan los sabores y los recuerdos con los que los asocian. 

La potencia gastronómica venezolana será mostrada en un conversatorio con José Baig, productor general y director de La Cocinita de Papá; Ocarina Castillo profesora de la UCV; Gilberto Garcés -uno de los cocineros comensales- y Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo.

El lanzamiento será el sábado 26 de junio, a las 10AM Caracas, 4PM Madrid y 9AM Bogotá/Lima, por el canal de YouTube de Efecto Cocuyo.

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Cómo impactan los medios de comunicación en Perú a los migrantes venezolanos

Los medios de comunicación en Perú tienen un impacto relevante sobre los migrantes venezolanos. Así lo refleja el estudio de Acnur y la Universidad del Pacífico, titulado “Estudio de opinión sobre la población extranjera en el Perú”. Estuvo coordinado por la investigadora Feline Freier, y contó con el apoyo del laboratorio de investigación Equilibrium.

En la actividad estuvo presente Ricardo León, editor de El Comercio y Ernesto Carrasco editor del diario La República que compartieron experiencias sobre la cobertura del proceso migratorio en el país.

El estudio fue presentado a periodistas y medios de comunicación de manera virtual.

El 74% de los consultados reveló que su interacción con migrantes venezolanos fue regular o positiva. Sin embargo, el 70% considera que su llegada al país tiene tiene un impacto negativo, sobre el 11% que lo considera positivo y el 7% que lo ve totalmente nulo.

¿De dónde viene esa percepción?

De los medios de comunicación. Más de la mitad de los encuestados indicó que su opinión acerca de los migrantes venezolanos fue a través de los medios de comunicación; siendo la TV con mayor impacto, independiente del estrato social.

Portada del diario Perú21

Para este estudio – realizado entre 1 de enero de 2017 al 31 de enero de 2020- se hicieron 1.085 llamadas telefónicas aleatorias en todo el país. También se analizó de manera cuantitativa el tratamiento de 122 artículos publicados en El Comercio, La República, Trome y El Popular. Para el análisis cualitativo se desarrollaron entrevistas semiestructuradas a periodistas y editores, así como a migrantes.

Feline Freier, investigadora de la Universidad del Pacífico, explicó que en el período de la investigación hubo mayor énfasis en los culpables de crímenes, que en las víctimas. «26% menciona que la población contribuye al crimen y 19% que la población venezolana es víctima de crimen» dijo Freier en la presentación del estudio. Agrega que no es cómo se escribe, si no qué se escribe. «Los artículos se vinculan con un problema. El crimen. El lenguaje, el enfoque, poco tiene algo que ver con la realidad. Hay que ser responsables: no se puede negar la vinculación de venezolanos con actos delictivos, pero es más probable ser víctima de un peruano”.

Captura de reporte emitido por América TV

Opina que hay una distorsión entre las cifras reales y lo mostrado públicamente. «Solo 0.009% de las personas venezolanas forman parte de la población carcelaria, en comparación con el resto de los extranjeros». No obstante, solo el diario La República hizo la salvedad en apenas un artículo.

Freier comentó que al entrevistar al editor sobre este tema le respondió: “El crimen de un peruano ya no vende. El de un venezolano, sí”.

Ricardo León, editor de El Comercio, el más antiguo de Perú y Latinoamérica, reconoció el error que se cometió al hacer estas coberturas que no promovían la integración de los extranjeros.

Explicó que no estaban preparados y que, sobre la marcha fueron elaborando un plan editorial, para poder abordar estos temas de la forma más objetiva posible.

Recomendaciones

El estudio de la Universidad del Pacífico exhorta a precisar las razones del desplazamiento y su carácter forzado. “Exponer la necesidad de alguna forma de protección internacional”, expone Feiner.

Profundizar en las dificultades que enfrentaron los migrantes durante el trayecto para llegar a Perú. «No se abordan vivencias de grupo vulnerables». Además, emplaza a contar la historia desde la óptica de un venezolano. Incluir sus testimonios.

Abuelos migrantes también cruzan la frontera México-Estados Unidos

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Abuelos, adultos mayores, tercera edad. Cruzan las aguas en la frontera de Estados Unidos, algunos van con sus nietos. Otros van a su encuentro.

Una nota publicada en Efecto Cocuyo cuenta los testimonios de los migrantes de tercera edad, que se atreven a cruzar la frontera México-Estados Unidos a través de Río Grande. El texto es parte de la cobertura que hace Efecto Cocuyo desde la ciudad fronteriza de Del Río, lugar de entrada de miles de venezolanos a suelo estadounidense.

En la historia se cuenta el relato de una profesora quien perdió a su hijo mayor en una protesta en Venezuela. Ella tiene 75 años y orgullosamente dice que es deportista, que por eso cuando su hija en Estados Unidos le dijo “vamo a dale”, en menos de una semana, tomó sus pertenencias y dejó Quito, Ecuador, para cruzar el Río Grande y abrazar una vez más a sus cuatro nietos.

“Salimos demasiado tarde” afirma, mientras espera en una estación de gasolina el autobús que la llevará a San Antonio, Texas, y de allí a Miami, donde la esperan los suyos. La tardanza a la que se refiere fue el tiempo que les tomó irse de Venezuela, un lapso que le come la tranquilidad, pero que supera cuando habla de sus nietos.

Los abuelos migran solos o en compañía

El jefe del sector Del Río, el oficial Ricardo Moreno, dijo a Efecto Cocuyo que en los grupos que encuentran suele haber una o más personas mayores.

En siete días de cobertura en la zona, el equipo de Efecto Cocuyo constató que muchos refieren constantemente que van a ver a sus nietos o que incluso ingresan en el grupo familiar con ellos, como el caso de Gladys y su nieto Sebastián, que entraron a territorio estadounidense el pasado 9 de junio.

“Deysi M, quien ingresó en el mismo grupo de hace una semana y ya está en Orlando con su nieto, me pidió que le regalara un dinosaurio que hallé entre los objetos no declarados que arrojan los migrantes una vez que cruzan”, escribe Luz Mely Reyes, en su texto. Decenas de niños también vienen, la mayoría con sus madres y padres.

El miércoles 16 de junio en una acción de la patrulla fronteriza fue encontrado un grupo con tres adultos mayores.

Penetraron por una de las áreas más complicadas en Del Río, ya que da la zona de seguridad de la policía fronteriza, luego de pasar el río se ingresa a un coto cerrado de varias hectáreas, con caminos de tierras y vegetación que terminan por ser un laberinto y cuyos límites están protegidos con bardas de más de tres metros.

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Acnur acompañará inclusión de migrantes venezolanos en Ecuador

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Los migrantes venezolanos en Ecuador serán tomados en cuenta. El gobierno de Guillermo Lasso dio a conocer el ofrecimiento de “regularizar a los venezolanos” en el país. La iniciativa ya cuenta con el apoyo de Acnur y de la Organización Internacional de Migraciones (OIM). Según cifras oficiales de Ecuador, en el país hay cerca de 430.000 venezolanos.

La iniciativa fue saludada por Filippo Grandi, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. El diplomático aseguró que la ONU “está aquí para apoyar ese proceso de regularización”. También agregó que se movilizarán recursos de la cooperación internacional en este tema.

La inclusión de migrantes venezolanos, un tema relevante

Para Filippo Grandi, la inclusión de venezolanos en el sistema ecuatoriano es sumamente importante. El funcionario dijo que este es “un tema delicado, pero que la iniciativa va a ser muy importante para fortalecer la economía del país”, con la integración de los cientos de miles de migrantes venezolanos que viven en Ecuador.

Grandi recibió la noticia en Quito, Ecuador. El funcionario hizo una gira por países que incluye a Panamá y Colombia, especialmente por la acogida de migrantes y con motivo del Día Mundial de los Refugiados, celebrado el pasado domingo 20 de junio.

El diplomático agregó que Ecuador ha sido vital en el apoyo a los migrantes colombianos y que, ahora, se convierte en una pieza fundamental en apoyo a los migrantes venezolanos.

El Gobierno ecuatoriano calculó que requiere unos 237 millones de dólares para atender a los más de 430.000 migrantes venezolanos en su país.

Acnur: invierno austral aumenta las dificultades para refugiados y migrantes venezolanos

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La llegada del invierno en el sur del continente americano hace más difícil la vida de casi dos millones de refugiados venezolanos en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, naciones que se encuentran entre los más afectados actualmente por la pandemia. Esta declaración fue realizada por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

“Mientras que el COVID-19 continua devastando la región, la llegada del invierno amenaza con exponer a los venezolanos a dificultades indescriptibles”, afirmó el responsable de la Oficina Regional para Suramérica de Acnur, Juan Carlos Murillo.

Migrantes venezolanos en situación de riesgo

La bajada de temperatura, más las condiciones económicas de los países de América del Sur -debido a la pandemia por el COVID-19- hacen una mezcla peligrosa para las personas que no cuentan con suficientes recursos económicos, como para pagarse un lugar donde vivir. Esta es una de las preocupaciones de Acnur.

En Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia actualmente, varias tormentas azotaron la región del Amazonas, lo que resultó en las peores inundaciones desde 1902, provocando el desplazamiento de miles de brasileños y venezolanos, recordó Acnur.

En la frontera norte de Chile, por donde llegan los refugiados venezolanos a pie y sin ropa adecuada, las temperaturas ya son bajo cero, así como en muchas zonas del resto del país, que también se ha visto afectado por grandes tormentas y lluvias.

Acnur pidió la ayuda de distintos gobiernos para financiar su plan de respuesta para los refugiados y migrantes de Venezuela, en vísperas de la conferencia de donantes que acogerá Canadá la semana próxima.

Con información de Efe

Los pies mojados de los migrantes venezolanos, una historia sobre su llegada a EE UU

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Migrantes venezolanos continúan su paso hacia Estados Unidos a través de México. Las personas se atreven a cruzar el Río Grande (Río Bravo en México) para llegar a tierras estadounidenses y empezar una nueva vida. Una crónica publicada en Efecto Cocuyo muestra parte de lo que viven los migrantes venezolanos en su camino a Estados Unidos a través de una frontera hostil.

El texto publicado este lunes 14 de junio también contiene datos que muestran, en números, como ha aumentado drásticamente el encuentro con personas migrantes en la frontera del suroeste norteamericano. Datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU entre enero de este año y el 3 de junio reportan 10.635 ingresos no legales de venezolanos en el sector Del Río, en comparación con los 145 registrados durante el año fiscal 2019-2020.

Migrantes venezolanos y una nueva ruta de ingreso a Estados Unidos

Del Río es una ciudad fronteriza en el estado Texas. No es la más conocida de todas. Normalmente se conocen ciudades como El Paso, Laredo, McCallen y Tijuana. No obstante, Del Río ha ganado notoriedad en 2021, pues se le ha bautizado como «la ruta del migrante venezolano». Del lado mexicano, Ciudad Acuña recibe a cientos de venezolanos a diarios, pero estos apenas se quedan un máximo de dos días en el lugar. El objetivo de ellos es cruzar hacia Estados Unidos y hacerlo lo más rápido posible.

Las personas cruzan el río hacia una casa en lado estadounidense, ahí son recibidos por funcionarios de seguridad estadounidenses

El texto publicado en Efecto Cocuyo muestra cómo los migrantes deben cruzar un río, que puede llegar hasta encima de la cintura y que, en ocasiones, presenta una corriente río abajo. En la crónica, se cuenta que los habitantes de Del Río, generalmente, tienen una opinión positiva hacia los migrantes que cruzan por su ciudad. El texto reporta que no se vio mendicidad en las calles de la ciudad fronteriza.

Al cruzar el río, los migrantes son recibidos por funcionarios de seguridad que procesan sus casos y se las llevan a centros en los que serán entrevistadas, para conocer las razones por las que están entrando al país de esa manera y revisar si tienen algún tipo de registro delictivo. Luego, reciben una carta en la que se explica que el caso es «creíble» y se indican más instrucciones a seguir. Con esa carta, el migrante puede acudir al centro de seguridad y reunirse con sus familiares en Estados Unidos.

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