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Ida y vuelta Caracas-Vigo: una historia atravesada por las migraciones

A su vuelta a Vigo, una de las actividades que más disfruta José Antonio es el paseo por los supermercados junto a su mujer, Simely. “Les impresionaba que hubiera tanta comida”, acostumbrados como estaban, lamenta su hija Raquel, a las largas colas por las que tenían que pasar en Venezuela, para adquirir productos de primera necesidad. José Antonio y Simely, ya en plena jubilación, han tenido una vida llena de matices. Difícil, pero feliz. Con riesgos, pero también con oportunidades.

A veces, las grandes historias empiezan cuando una persona que no tiene nada que perder, coge una pequeña maleta, compra un billete de barco y emprende su particular periplo, movida por su deseo de imaginar una vida mejor. Desde que José Antonio era muy pequeño, su vida estuvo impregnada del color verde esperanza.

En la década de los años 50, en plena dictadura franquista, más de un millón de españoles hicieron las maletas rumbo a América Latina, siendo Argentina y Venezuela los principales países de destino. Venezuela, que durante este período experimentó un importante crecimiento económico como consecuencia de la producción y exportación de petróleo, fue el lugar escogido por el protagonista de esta historia, José Antonio Fernández, nacido en 1940, en Ponferrada. Su hija, Raquel Fernández, rememora el viaje de José Antonio, el mayor de tres hermanos, criado en una familia de origen humilde, cuyas dificultades eran las propias de la posguerra.

A sus 10 años, la familia de José Antonio mandó al niño a estudiar a un seminario de Cambados, en la provincia de Pontevedra, donde se empezó a preparar para ser cura. A punto de cumplir los 18, el seminario ofrece a un grupo de estudiantes emigrar a Venezuela y José Antonio, con una mezcla de espíritu aventurero, ganas de ayudar al prójimo y falta de perspectivas en una España en blanco y negro, pone rumbo al otro lado del charco.

Era una época en la que los hijos e hijas de familias humildes “alquilaban huesos de jamón para poner en la sopa”, se movían en burro o la poquísima ropa que tenían debían usarla la semana entera. José Antonio decide migrar por necesidad familiar (sus padres no le podían ayudar económicamente). Raquel cree que, en el fondo, a su padre le gustaba la idea de irse a vivir a Venezuela.

Un mes en barco para arribar a Caracas

En 1957, más de 30.000 españoles emigran hacia América Latina. El 52% llegó a Venezuela, según las estadísticas oficiales. A finales de ese mismo año, José Antonio, sin su familia y con la única compañía de algunos de sus amigos del seminario, inicia una travesía de un mes en barco, desde Vigo a Caracas. Un viaje que, en palabras de su hija, fue muy duro. A su llegada a la capital venezolana, fueron acogidos por los curas que ayudaban a los estudiantes a asentarse en su nueva ciudad y les enseñaban los colegios en los que iban a impartir clases. “Fueron muy bien recibidos. Venezuela era un país muy abierto para acoger a inmigrantes”, explica Raquel.

Después de unos años dando clases en Caracas, José Antonio se da cuenta de que no quiere ser cura. Quería formar una familia. Su madre, narra Raquel, “se enfadó con él cuando salió del seminario, porque en aquella época era un orgullo tener un hijo que fuera cura”. Las familias que tenían un sacerdote pasaban menos hambre, que las que no lo tenían. Pese a todo, José Antonio sigue adelante con su decisión y empieza a dar clases de inglés en la Universidad Nacional Pedagógica, para asentarse como profesor universitario, uno de sus grandes sueños. No obstante, los comienzos en Caracas fueron duros, sobre todo, por la soledad y algunos trabajos precarios.

Profesor universitario en Londres

Cinco años después de llegar a Caracas, José Antonio conoce a su futura mujer, Simely Ochoa, venezolana de abuelos españoles. Junto a ella y su primera hija, Irene, José Antonio emigra a Inglaterra en 1978, después de haber conseguido una beca del British Council para dar clases en una universidad de Londres, donde residen varios años. Es el segundo viaje del profesor a la capital inglesa: antes de asentarse como becado, viaja por primera vez en 1976 para perfeccionar su inglés en la escuela de idiomas International House, gracias al dinero que había ahorrado en Venezuela.

En 1979, Raquel nació en Barcelona. Su madre no quería dar a luz en Londres debido al idioma. Este hecho fortuito le permite a Raquel obtener la nacionalidad española, a diferencia del resto de sus familiares, que en ese momento son todos legalmente venezolanos, incluido José Antonio. El empeño de la madre por dar a luz en Barcelona, pese a lo difícil que era moverse en aquella época, muestra la fuerza que acompaña a las migraciones.

Años después, la familia vuelve a Caracas, donde nacen los otros dos hermanos de Raquel: Juan Manuel y José Antonio. Más tarde, José Antonio (padre) consigue una plaza como profesor en Puerto Ordaz, al sureste de Venezuela, donde la familia pasa a instalarse. Cuando José Antonio empieza a trabajar como profesor universitario, años atrás, tiene que renunciar a su nacionalidad española para adquirir la venezolana. Décadas después, en 1995, obtiene la doble nacionalidad española para que sus hijos (excepto Raquel, que la adquiere automáticamente al nacer en territorio español) pudieran tenerla también. Por otro lado, Simely está actualmente en trámites para obtenerla. Trámites que son muy lentos.

Pero no solo los padres fueron migrantes. Raquel, que vivió en Venezuela, se mudó a Madrid en septiembre de 2001 para estudiar un máster e instalarse más tarde en Vigo, su ciudad actual. Su hermano José Antonio vive en Francia; su hermano Juan Manuel y su hermana Irene, en Londres. Las migraciones son inherentes al ser humano. Migramos para estudiar, para trabajar, por amor, para formar una familia, para buscar una vida mejor, por curiosidad o por otras mil razones o emociones. Lo hicieron las generaciones que nos preceden y lo harán las generaciones que vendrán.

La familia Fernández Ochoa en su casa de Puerto Ordaz. Foto cedida por Raquel Fernández

Viaje de vuelta para seguir soñando

Con todos sus hijos ya instalados en Europa, José Antonio y Simely seguían viviendo en Puerto Ordaz. En 2013, Venezuela ya tenía muchos problemas políticos y económicos. Los hijos insisten a sus padres para que den el paso de vivir el resto de su vida en España. Ese año, José Antonio se enferma y tiene que ser operado del pulmón. Este suceso terminaría precipitando su regreso a España, en 2015, junto a su mujer Simely.

“Llegaron a Vigo justo en el momento en que Venezuela dejó de pagar las pensiones de los venezolanos jubilados aquí”, explica Raquel. Es un hecho que cambió por completo la vida de sus padres, que pasan a contar exclusivamente con una pensión por ancianidad para españoles de origen retornados, de unos 470 euros mensuales (que solo cobra José Antonio), así como el dinero que ingresan tras vender en dólares la casa que tenían en Venezuela.

El regreso fue difícil. Para Simely, mudarse a España significa dejar una vida atrás y también a su madre en Puerto Ordaz. “Creo que a ella le cuesta entender el humor y el carácter español, sobre todo, el gallego. Esto también pasa cuando mis hermanos vienen de Francia e Inglaterra. Mi papá, en cambio, siente que volvió a sus raíces”, detalla.

José Antonio y Simely, junto a tres de sus hijos, en una playa del río Orinoco. Foto cedida por Raquel Fernández

Vigo es una de esas ciudades gallegas en las que se puede apreciar la diversidad y la riqueza cultural en todo su esplendor. Galicia, de por sí, es tierra de migrantes. Cuando Raquel abre las ventanas de su casa, a su alrededor ve dos restaurantes de comida venezolana, tres tiendas con productos criollos, una cafetería y una panadería que regentan sus compatriotas. “Hay muchísima mezcla. Cuando llegué aquí había muchos venezolanos, pero no tantos como ahora. Es una locura”, reconoce.

José Antonio sigue disfrutando de la vida con su mujer, Simely, con la que reside en un piso de Vigo, comprado entre los cuatro hermanos. En palabras de Raquel, “fue el último sueño que tenían”.

Este texto también fue publicado en Público. Puedes verlo aquí

Ecuador anuncia directrices de vacunación para migrantes

El Gobierno de Ecuador anunció los Lineamientos estratégicos para la vacunación Covid 19 para personas en Movilidad Humana

La medida -publicada en el Oficio Nro. MSP-SNPSI-2021-0162-O del Ministerio de Salud- establece que los migrantes que se encuentren dentro de los rangos de edades correspondientes al cronograma de vacunación o que sean rezagados de las fases y semanas anteriores, así como los que se encuentran dentro de los lineamientos emitidos (grupos prioritarios de riesgo, embarazadas, viajeros, personal de salud, estudiantes que son personal de apoyo al proceso de vacunación) pueden acudir a los centros de vacunación más cercanos a su domicilio o lugar de residencia con cualquiera de los siguientes documentos de identificación: 

  • Cédula de identidad o ciudadanía emitida en Ecuador
  • Pasaporte
  • Visa de protección internacional (personas refugiadas reconocidas)
  • Visa humanitaria de solicitante la condición de refugiado
  • Otros tipos de visa
  • Cédula de identidad de su país de origen

Para aquellos migrantes que no cuenten con identificación, podrán acudir a cualquier centro de vacunación para ser registrados con la creación de un código de 17 dígitos, que es de forma obligatoria, según los lineamientos del acuerdo ministerial 4934.

Según el informe de Monitoreo de Migración de Acnur, de octubre a diciembre del 2020, se detalla que en Ecuador había 417mil venezolanos hasta finales del año pasado. 

Para mayor información, puede consultar aquí el plan de vacunación.

Colombia otorga más de 900 mil citas para el Estatuto de Protección Temporal

Un total de 980 mil citas se han expedido a los migrantes venezolanos en Colombia, para la obtención del documento del Estatuto de Protección Temporal. 

El director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, explicó que las citas se programaron para que comiencen el 1 de septiembre. Esta fase del programa, dijo Espinosa, arranca el «1 de septiembre, que son esas citas que ya tenemos organizadas», y agregó que «para este momento son más de 980.000 citas asignadas, momento en el cual los venezolanos tendrán toma de fotografía y huellas».

La tercera fase de la implementación del Estatuto terminará cuando se entreguen los documentos a los venezolanos y con ello puedan estar en Colombia legalmente.

Detalló que en este momento ya son 1.075.000 los usuarios venezolanos que «están haciendo parte del Estatuto».

Ayuda a los migrantes venezolanos

El Gobierno colombiano tiene como meta este año entregar carnés a 800.000 migrantes venezolanos con lo que podrán tener acceso a salud, educación y oportunidades de empleo, entre otros. Se estima que en ese país hay más de 1,7 millones de venezolanos.

Espinosa dijo que el Gobierno colombiano «ha hecho un enorme esfuerzo presupuestal» para ayudar a la población migrante venezolana y que lo que está pidiendo ahora es una «mayor cooperación efectiva que permita apalancar» esa atención.

Según el Gobierno, el Estatuto Temporal de Protección permitirá que los migrantes venezolanos que estén en Colombia permanezcan de manera regular por un periodo de diez años y que al finalizar deberán adquirir una visa de residente si desean permanecer en el país.

El Estatuto incluye un «registro único del migrante» para que los venezolanos que se acojan a él tengan acceso a los beneficios sociales del Estado colombiano, entre ellos la vacunación contra el covid-19. 

Con información de EFE 

“Sabor Migrante”, otra forma de contar la migración venezolana

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El pasado sábado 26 de junio ocurrió un evento novedoso en la forma de contar la migración venezolana: “Sabor Migrante», una iniciativa de Efecto Cocuyo. El foro que contó con la presencia de Ocarina Castillo, José Baig, Gilberto Garcés y Luz Mely Reyes, se habló sobre cómo la migración venezolana también ha transformado los sabores de los países de acogida y de cómo la cocina venezolana se ha mezclado con la de otros territorios.

El foro se transmitió en vivo a través de YouTube.

Un espacio para conocer el sabor que ofrece de la migración venezolana

En el foro, moderado por Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, se muestran historias de los venezolanos desde Argentina, Colombia y Ecuador, entre otros países de acogida.

Para la profesora Ocarina Castillo el migrante no solamente viaja con un equipaje de ropa y objetos, sino que también existe un equipaje en la memoria de cada persona y que esto tiene que ver con la historia del venezolano, su ubicación geográfica y hasta con la forma de hacer la cotidianidad. Castillo, creadora de la cátedra de Antropología de los sabores en la Universidad Central de Venezuela (UCV), recordó la riqueza y diversidad que hay en la cocina venezolana y cómo esta se ha mezclado en las zonas fronterizas del país, especialmente con Colombia, pero también con Brasil y con el Caribe.

“Me parece muy interesante que nosotros visibilicemos más nuestras cocinas de frontera y que descubramos cómo nuestra otredad y cómo la alteridad la podemos descubrir a través de esos sabores distintos o parecidos que compartimos. De esos repertorios de platos, de ingredientes y de fusiones” expresó Castillo en el foro.

En el conversatorio también participó José Baig, periodista, productor general y director de La Cocinita de Papá. Baig destacó la fusión de sabores en el video de Ronald Iriarte, quien vive en Ushuaia, al sur de Argentina. “Un patacón en Ushuaia con una pechuga de pollo condimentada con chimichurri eso es comida fusión”, dijo entre risas José Baig en el foro.

Mientras tanto, Gilberto Garcés, ingeniero químico venezolano que vive en Perú, afirma que “parte de la cocina venezolana nace en el ají dulce”. Garcés explica que en Perú es más difícil conseguir este ingrediente y que hay que buscar otros recursos, pero que esto genera una fusión interesante de sabores.

“Nos comenzamos a fusionar con italianos, españoles, portugueses y ahora peruanos. Entonces termina siendo una cocina no solamente pluricultural, sino además riquísima en sabores y en texturas que va llegando a nuestras cocinas en las fronteras”, resaltó Garcés quien agregó que los venezolanos se han llevado el sabor criollo a los países de acogida.

Para ver el conversatorio completo haga click aquí

Brasil destina 1,2 millones de dólares para migrantes venezolanos

El gobierno de Brasil anunció que destinó 1,2 millones de dólares para un conjunto de municipios que acogerán a migrantes venezolanos

Los recursos servirán para financiar acciones de asistencia social para “inmigrantes y refugiados” de la nación caribeña, en el marco de una operación humanitaria que impulsan las autoridades brasileñas desde 2018, según fue publicado en elDiario Oficial.

El Ministerio de Ciudadanía de Brasil alegó que en virtud de la “situación de vulnerabilidad derivada del flujo migratorio hacia el estado de Roraima provocado por la crisis humanitaria” en Venezuela, es necesario continuar con “medidas de atención de emergencia” para los ciudadanos de ese país.

Ayuda en 16 municipios 

El dinero liberado por el Gobierno brasileño se distribuirá entre 16 municipios brasileños y servirá para atender al menos durante los próximos seis meses a los migrantes venezolanos que llegarán a esas localidades.

De esta forma, las autoridades brasileñas intentan disminuir la presión migratoria en el empobrecida estado de Roraima, principal puerta de entrada de los venezolanos que huyen de su país y deciden rehacer sus vidas en el gigante latinoamericano.

El anuncio se produce en el marco de la llamada “Operación Acogida”, en la que también participan organismos internacionales y que tiene como misión, desde abril de 2018, recibir y dar asistencia en Brasil a migrantes venezolanos.

Desde entonces más de 50.000 migrantesde la nación caribeña, según datos oficiales, han sido ‘interiorizados’ y acogidos en más de 670 municipios brasileños, aunque muchos de ellos siguen en condiciones bastante precarias.

Con información de EFE Noticias

Unicef: Más de cinco millones de niños venezolanos necesitan asistencia humanitaria

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Un nuevo informe de Unicef revela que 5.48 millones de niños venezolanos necesitan asistencia humanitaria. El reporte llamado “Children on the move, incluiding from Venezuela, and COVID-19, expone que 14.7 millones de personas requieren de asistencia humanitaria. Especialmente quienes han sido afectadas por el flujo migratorio (desde y hacia Venezuela), así como las personas desplazadas en lo interno del país, debido a conflictos violentos como el ocurrido en Apure.

Unicef también reveló que 4.6 millones de migrantes venezolanos se encuentran en América Latina y el Caribe. Mientras que la cifra global que maneja la agencia de la ONU es de 5.4 millones de venezolanos. El informe también revela que Unicef ayudó a un millón de niños venezolanos a acceder a oportunidades de educación, de manera formal o informal.

Unicef resalta la importancia de ayudar a los niños venezolanos

El informe de la Unicef también destaca que el 91% de las ayudas que aportó hacia los migrantes venezolanos para marzo de 2021 venían de la propia organización y que hay una amplia brecha de fondos que necesita ser cubierta para continuar ayudando a los venezolanos.

En su publicación, Unicef hizo énfasis en la necesidad de apoyar con fondos a los migrantes venezolanos y, en especial, a los niños dentro y fuera del país que necesitan de asistencia humanitaria. La agencia de la ONU afirmó que busca ayudar a poco más de 1.82 millones de niños que estarían en los grupos más vulnerables.

La mayoría de las personas necesitadas de asistencia humanitaria tienen sus carencias relacionadas a la pandemia por la COVID-19. Millones de personas se han visto en dificultades económicas y miles no tuvieron otra alternativa que dejar los países de acogida y volver a Venezuela. Sin embargo, al encontrar que la situación del país no mejora y que en muchas ocasiones lo que hace es empeorar, miles de venezolanos continúan saliendo de su país en búsqueda de mejores oportunidades en otros territorios.

Argentina otorga DNI a 6 mil niños y adolescentes venezolanos migrantes

Un total de 6 mil niños y adolescentes migrantes venezolanos podrán acceder a un régimen especial, que les permitirá tramitar el documento nacional de identidad (DNI) en Argentina. 

Así quedó establecida en la resolución que fue firmada por el ministro del Interior, Wado de Pedro, y la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, el pasado jueves 8 de julio, en un acto público. 

“Cuando llegamos al organismo nos encontramos con un gran problema, que aproximadamente entre 8 mil y 9 mil niños y adolescentes venezolanos que no podían acceder a algo tan básico, como el DNI, en un país al que habían elegido venir a vivir. A partir de la firma de esta disposición, lo que va a hacer es dispararse automáticamente el DNI, para casi 7 mil niños y adolescentes venezolanos” dijo Carignano en el encuentro.

El titular de la carteta de Interior, Wado de Pedro, sostuvo que los migrantes venezolanos llegaron en una situación de extrema vulnerabilidad y no podían inscribirse en la escuela, atenderse en un hospital, ni hacer trámites elementales.

“Empezamos un camino para que le sea más fácil, para que puedan organizar su vida en Argentina para que puedan tener acceso a los derechos y eso es una de las políticas centrales de nuestro Gobierno, poder ampliar derechos permanentemente” declaró de Pedro.

Residencia temporal

De acuerdo con el diario El Clarín, a partir de este régimen los niños y adolescentes venezolanos optarán a una residencia temporaria por dos años en Argentina.

Es la primera vez que el país aplica un Régimen de regularización migratoria orientado exclusivamente con un enfoque de niñez y con el objeto primario de salvaguardar el interés superior del niño, niña y adolescente.

Perú aprueba la residencia humanitaria para los migrantes venezolanos

Solo los venezolanos que hayan solicitado refugio o se hayan registrado en la preinscripción migratoria podrán optar a la Calidad Migratoria Humanitaria en Perú. 

De acuerdo con la resolución N° 0207-2021/RE aprobada el 16 de junio, se establece que el Ministerio de Relaciones Exteriores será el ente encargado de realizar el registro de la aprobación y prórroga de la Calidad Migratoria Humanitaria.

El plazo de permanencia será de 183 días prorrogables, “en tanto persistan las condiciones de gran vulnerabilidad por las cuales se otorgó la calidad migratoria”. Y que el plazo de la prórroga será por períodos de 365 días. 

Flujograma

La Dirección de Derechos Humanos identificará los casos de solicitantes de refugio y una vez evaluados, los remitirá a la Dirección de Política Consular. Luego ese departamento cotejará información de los casos con la Superintendencia Nacional de Migraciones, para evaluar situación migratoria y antecedentes criminales. Si la respuesta es favorable, la Dirección de Política Consular, con la opinión positiva de la Dirección de Derechos Humanos, otorga al solicitante la Calidad Migratoria Humanitaria

Aunque la resolución no especifica los documentos que se deben consignar para proceder a ese visado, el texto detalla que solo se evaluarán los casos de solicitantes de refugio. 

Se espera que cerca de un millón 50 mil venezolanos se beneficien de la medida, según cifras de Acnur. 

España dona 5 millones de euros para los migrantes y refugiados venezolanos en Colombia

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) contribuirá a la integración de los migrantes y refugiados venezolanos en la ciudad colombiana de Barranquilla a través de su cooperación financiera. 

La medida se realiza en el marco del encuentro del director de la Agencia, Magdy Martínez Solimán, con el embajador de Colombia en España, Luis Guillermo Plata Paéz, y con el alcalde de la ciudad colombiana de Barranquilla, Jaime Pumarejo, acompañados por sus respectivos equipos. 

“Ratificábamos el compromiso del AECID de donar 5 millones de euros no reembolsables, para atender el fenómeno de la migración venezolana en Barranquilla” declaraba Pumarejo a su salida del encuentro. 

De acuerdo con cifras oficiales, Barranquilla ha acogido a más de 140.000 migrantes y refugiados venezolanos, lo que supone cerca del 9% de su población. 

Apoyo de la comunidad internacional

La ciudad de Barranquilla y toda Colombia en general, buscan la integración humana y socioeconómica de lo migrantes y refugiados venezolanos, para lo que necesitan el apoyo de la comunidad internacional. Ante la pujanza económica de Barranquilla, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concederá a la localidad colombiana su primer préstamo a un municipio. España participará con 50 millones de euros en préstamos

De ese monto total, 45 millones de euros serán en cooperación financiera reembolsable a través del FONPRODE y con una garantía soberana de Colombia. 

Con información de AECID

Conozca las retenciones salariales en Perú a los venezolanos

Entre los años 2017 y 2018 Perú vivió el boom de la llegada de los migrantes venezolanos, que escogieron residenciarse en ese país atraídos por el apoyo ofrecido por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Fue así que algunas empresas, en especial de servicios, como call center, seguridad, mantenimiento y otras áreas, ofrecieron a los venezolanos un contrato con todos los beneficios. Sin embargo, la oferta resultaba poco atractiva para los recién llegados.

A un grupo de migrantes, que cumplió el período de prueba de manera favorable en una compañía de cobranzas que opera en Lima, se les ofreció pasar a planilla (nómina), pero el contrato venía con una cláusula que posibilitaba a la empresa a retener el 30% de salario por concepto de Impuesto a la Renta.

También debían cumplir con los aportes obligatorios de la AFP (fondo de pensiones) que implica 12% del total de la remuneración, mientras que el seguro de salud (Essalud) trae consigo una deducción del 9%, pero si se afilia a un seguro privado el descuento es 6,75%.

En promedio se trata de un total de 50% o más del salario de un trabajador.

¿Qué es el descuento del 30%?

La mencionada retención es una obligación por las rentas de quinta categoría. “Si eres no domiciliado y te encuentras en planilla, tu empleador efectuará la retención del 30% sobre la totalidad de tus rentas obtenidas, con motivo del trabajo remunerado, declarando y pagando el citado monto mediante  PDT de Planilla Electrónica – PLAME a cargo del usuario de los servicios”.

¿Por cuánto tiempo se debe pagar ese impuesto?

De acuerdo a la Ley del Impuesto a la Renta, este descuento debe hacerse durante los primeros 183 días de permanencia en Perú del trabajador que forme parte de la planilla de una empresa, dentro del año fiscal,  según los artículos 34º, 57º y 59º 

“La Sunat no sabe hasta cuándo se va a quedar el trabajador extranjero ni cuando le corresponda hacer el pago del impuesto, por eso, como una protección, hace la retención del 30%”, el especialista en materia tributaria explica José Verona.

El debate

El abogado especialista en material laboral, Jorge Toyama advierte que esta legislación alienta “de cierta forma el empleo informal”.

Dada las circunstancias detrás de la migración venezolana, diferentes autoridades han pedido que se hagan excepciones. En el año 2019, el presidente del Banco Central de la Reserva del Perú, pidió que se hagan cambios a la norma. “Esta medida ayudaría a la formalización de los trabajadores venezolanos y evitaría que paguen una alta tasa impositiva de 30%, cuando la mayoría tiene remuneraciones bajas”, indicaba Julio verlarde, presidente del Banco central de la reserva de Perú.

“La inmigración tiene un efecto positivo. El problema es que muchos se han ido al sector informal, en parte por distorsiones tributarias”, agregó Toyama.

Según la plataforma R4V, hasta el 14 de diciembre, Perú sumaba 1.049,970 ciudadanos venezolanos que residían en ese país con diferentes calidades migratorias. Actualmente, cifras no oficiales, dan cuenta que la cifra va por los 1.200.000 personas.

En tanto, Migraciones espera regularizar a más de 700 mil personas con los datos de quienes suministraros sus datos en su plataforma, ya que entraron al país de manera irregular, pero, solo 300 mil lo hicieron.