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Venezolanos varados en Cali tras engaño por supuesto traslado humanitario

Venezolanos que retornaban desde Chile y Perú se encuentran varados en Cali, Colombia. Esto ocurrió luego de que, según denunciaran, la empresa Expresos Bolivariano, los estafara al venderles boletos valorados en más de 200 mil pesos, asegurándoles que se trataba de un traslado humanitario.

Jhony Pinto, que venía caminando desde Lima, relató que se trataba de un grupo de personas que utilizó sus últimos recursos para llegar sanos a Cúcuta. “La empresa Expresos Bolivariano nos vendió los boletos a 15 venezolanos y nos dijo que era parte de una ayuda humanitaria. Nosotros, creyendo en la buena fe de esa compañía, pagamos con lo último que nos quedaba; pero después nos dijeron que Migración Colombia había cancelado el viaje”, detalló el migrante desde el terminal privado de Expresos Bolivarianos, en Cali.

Agregó que el viaje estaba programado para el sábado 11 de julio y ante la negativa de abordarlos en la unidad, ellos mismos contactaron a Migración Colombia y ellos negaron la versión de la empresa. Venezuela Migrante se comunicó con la compañía y al ser consultados por la denuncia, sólo cortaban la llamada.

En tanto, los afectados exigen la devolución de su dinero y que la noticia se difunda para que otros connacionales no se vean afectados como ellos.

 “No estafaron no nos quieren devolver la plata, no tenemos para comer, tenemos niños, no tenemos recursos para seguir, somos humanos. Ellos nos dicen que se no se hacen responsable de nuestro dinero”, añadió Rosa Méndez, madre de un niño de 3 años.

Desalojados del terminal

Ante lo ocurrido, seis de los migrantes decidieron seguir el viaje caminando. El resto siguió pernoctando dentro de las instalaciones del terminal privado hasta que llegó la policía y los desalojó, según relataron, en medio de insultos. Pinto explica que trataron de mediar con los oficiales, estos se negaron y por esa razón pasaron la noche en una plaza cercana.

En el grupo quedan cuatro personas que salieron de Chile y seis de Lima que se conocieron en el camino y se unieron para ejercer presión y conseguir que la empresa les devuelva el dinero.

¿Cuánto cuesta viajar en un vuelo humanitario para retornar a Perú?

Mientras los espacios aéreos venezolano y peruano siguen cerrados como medida sanitaria de contención por el coronavirus, la opción de un vuelo humanitario se convirtió en una alternativa que queda fuera del bolsillo de algunos ciudadanos con doble nacionalidad que debían salir del país en marzo.

Desde ese entonces, la administración de Nicolás Maduro autorizó algunos vuelos humanitarios, con ruta Caracas-Lima; sin en embargo, peruanos-venezolanos varados en Venezuela denunciaron que la iniciativa resultaba igualmente costosa. El boleto tenía un precio de 522 dólares y excluyó a los venezolanos residentes en la nación Inca. Dicho vuelo estaba operado por el consulado peruano, que aún mantiene relaciones diplomáticas con el régimen socialista.

Uno de esos pasajeros que no pudo pagar esa cantidad de dinero fue Germair Macías, un ciudadano peruano quien indica que fue contactado por las autoridades consulares que ocupan funciones en Caracas el pasado jueves 7 de mayo para notificarle, que por estar empadronado, calificaba para un vuelo “humanitario” de retorno, pero que debía pagar 400 dólares.

“Después, del mismo consulado me volvieron a llamar y me dijeron que no eran 400, sino 522 dólares; que debía pagar por el impuesto de salida y yo nunca he pagado por eso”, afirmó el ciudadano extranjero que fue al país a visitar a su mamá en el estado Vargas y no pudo salir por el cierre del espacio aéreo.

Dijo que esta situación lo afecta directamente porque no está recibiendo dinero por su trabajo y no tiene cómo pagar el alquiler de su vivienda en Lima. Señaló que no tiene cómo ayudar económicamente a su familia porque no tiene acceso a sus cuentas bancarias, ya que necesita una clave especial que debe suministrarle el banco.

«¿Qué es lo humanitario?»

Fany Alegre Aparicio nació en Perú pero creció y vivió en Venezuela hasta hace cinco años. Con dinero prestado volvió después de una larga ausencia para atender varios asuntos: verificar la situación de la persona que quedó en su casa en Valencia y traer de regreso a Lima a su papá, un adulto mayor que se estaba quedando sin sus medicinas.

A ella, el cierre de fronteras la agarró en Colombia durante la primera quincena del mes de marzo. “Cuando venía cerraron todo, entré por trochas. Tenía miedo, pues venía con maletas, le pagué a un chico para que me pasara y ¡gracias a Dios sobreviví!, relató Aparicio.

Agregó que llegó al terminal de San Antonio (Táchira) y tomó a las 6 de la tarde el último bus que hizo varias paradas: primero en Maracay, luego Valencia y siguió hasta Puerto la Cruz.

Ya casi dos meses después su situación se agrava, los pocos ahorros que tenía en soles los está cambiando a bolívares y eso no es suficiente, por lo que al ser contactada por el consulado pensó que pronto se reencontraría con sus hijos y su nieto en Lima.

“Contacté a tantas personas que al final me respondieron. En el consulado me dijeron que había un vuelo humanitario autorizado por las autoridades venezolanas y tenía prioridad por la situación de mi papá, pero que cada asiento tenía un costo de 522 dólares. Les pregunté qué es lo humanitario. Y ellos respondieron que era un vuelo con la aerolínea Estelar y les estaban cobrando. Solo les dije que ok y que sería para la próxima”.

Exhorto a las autoridades

Macías emplazó al gobierno de su país y la administración de Maduro a prestar apoyo tanto a los peruanos como a los residentes venezolanos. Pidió que en el próximo avión de Conviasa sean embarcados cuando vayan a buscar a las personas que desean regresar del Perú.

Mientras tanto, Aparicio cree oportuno que se habilite la posibilidad de un viaje por tierra, pues solo gastaría hasta 150 dólares que es lo que tiene presupuestado por asiento.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú hay 15 mil peruanos varados en diferentes partes del mundo. Algunos de ellos, ya entrando en situación de vulnerabilidad por falta de recursos económicos para cubrir sus necesidades básicas.

Solo 2% de los venezolanos en el exterior son reconocidos como refugiados

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“La paradoja de financiar una crisis de refugiados… sin refugiados” es el artículo publicado por Javier Ochoa, maestro en Estudios Latinoamericanos por la Georgetown University de Washington, quien ofreció su apreciación sobre el movimiento migratorio venezolano de los últimos años y sobre cómo solo 2% de los venezolanos en el exterior tienen la categoría de refugiados.

Ochoa, quien está enfocado en el estudio de los temas relacionados con migrantes y refugiados, publicó el artículo en la revista Foreing Affairs Latinoamérica este lunes 13 de julio. En el artículo, Javier Ochoa determina que «a la hora de solicitar apoyo financiero, los países latinoamericanos entienden al éxodo venezolano como una crisis de refugiados. Sin embargo, solo 2% de los 5 millones de desplazados gozan de dicha condición.»

Cinco claves sobre la respuesta a la crisis migratoria de venezolanos en Latinoamérica:

1- En el artículo, Javier Ochoa explica que «dada la falta de recursos financieros para responder a las necesidades de millones de venezolanos, los países latinoamericanos han apelado en diversas ocasiones a la ayuda de la comunidad internacional, pero reunir la cantidad de fondos suficientes ha demostrado ser un verdadero desafío». De acuerdo al Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes 2020 (RMRP) y ACNUR, Latinoamérica necesita de 1.400 millones de dólares para responder la crisis migratoria. Sin embargo, tan solo se han alcanzado 595 millones de dólares, es decir, menos de la mitad de lo necesario.

2- Ochoa señala que, «de manera casi irónica, 2% es también el número de los pocos venezolanos que han sido reconocidos oficialmente como refugiados en la región, cuestión que suele pasarse por alto al momento de reclamarle fondos a la comunidad internacional». Esto, en referencia a que los países latinoamericanos suelen comparar la crisis migratoria de los venezolanos con el caso de los refugiados sirios, causa por la que se han reunido hasta 21.000 millones de dólares.

3- El artículo también aborda la «falta de coherencia y compromiso» por parte de los países de la región. Ochoa explica que, en el caso sirio más 5.5 millones de desplazados han sido registrados como refugiados, mientras que «solo 93 291 venezolanos gozan de dicha condición». Esto, en palabras de Ochoa, representa «un mensaje contradictorio a la comunidad internacional». Pues, «si el 98% de los desplazados venezolanos no son refugiados, la crisis, tal vez, no sea tan grave como parece».

4- Javier Ochoa determina que «el éxodo venezolano recae perfectamente dentro del marco legal de asilo en Latinoamérica y es el camino a seguir si se desea transmitir un mensaje más coherente a la comunidad internacional».

5- En el texto, el autor concluye que, «si bien los países latinoamericanos no están en condiciones de hacerle frente por sí solos a un desplazamiento de tal magnitud, solicitar apoyo financiero para una crisis de refugiados sin refugiados es contraintuitivo». Además, asegura que cumplir con la recolección de fondos necesarios para afrontar la crisis, dependerá, en cierta medida, «de la capacidad de los Estados para implementar un marco de protección en consonancia con sus pedidos de ayuda».

Puede leer el artículo completo en el siguiente enlace: http://revistafal.com/la-paradoja-de-financiar-una-crisis-de-refugiados-sin-refugiados/

Migraciones Perú reinicia entrega de documentos pendientes

Migraciones Perú reinició operaciones de manera presencial desde el 11 de julio bajo estrictos controles sanitarios para evitar la propagación del coronavirus. Esta medida favorecerá directamente a los venezolanos con documentos pendientes por retirar.

De acuerdo a la información suministrada por La Superintendencia Nacional de Migraciones del Perú, se dará prioridad a las gestiones relativas a la entrega de pasaportes y los trámites que la población extranjera residente en el Perú dejó pendientes desde el 16 de marzo cuando comenzó el aislamiento social obligatorio por la pandemia COVID-19.

“Los servicios que se estarán brindando durante el reinicio de la atención presencial comprenden la entrega del pasaporte electrónico y Carnet de Extranjería a aquellos ciudadanos que no pudieron recoger el documento debido al aislamiento social obligatorio”, detalló Migraciones Perú.

Durante el periodo de cuarentena, Migraciones Perú dispuso, mediante la Resolución Nº 000121-2020-MIGRACIONES, la entrega de una Constancia de Emisión para aquellos ciudadanos extranjeros que realizaron su inscripción para obtener el Carné de Extranjería o su Permiso Temporal de Permanencia (PTP), pero no pudieron recogerlo debido a la emergencia sanitaria.

Estricto protocolo sanitario

Toda persona, sea nacional o extranjera que acuda a la sede central de Migraciones Perú, en el céntrico distrito de Breña, en Lima estará obligado a cumplir con el siguiente protocolo:

Antes de ingresar a la sede, tanto los servidores de la institución como los usuarios nacionales y extranjeros deben pasar por el tamizaje de control de temperatura y correcto lavado de manos.

De acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Salud del Perú, las personas con temperatura superior a los 37.5 grados no podrán acceder a las instalaciones.

El aforo será del 50% y se establecerá mediante una cita que el usuario podrá solicitar a través de la web la Agencia Virtual de Migraciones del Perú. Allí debe indicar la nacionalidad, número de documento y seguir las indicaciones según el tipo de gestión que vaya a realizar.

“Una preocupación menos”

Carlos Ordoñez, transportista de carga de una tienda de Home Center, expresó que esto lo ayudará a no tener que dar más explicaciones sobre sobre la fecha de vencimiento de PTP.

“Esto representa una preocupación menos. Hasta los propios paisanos, que saben que los documentos tienen vigencia hasta que termine el Estado de Emergencia. Eso me afecta, pues a veces pierdo carreritas porque los clientes se desesperan y contratan a otro chofer”, dijo a Venezuela Migrante.

Fernando Alvarado, administrador de profesión, dijo que finalmente podrá solicitar su tarjeta de débito en el Banco Interbank, que asegura se negó a recibir la prórroga decretada por la administración del presidente Martín Vizcarra y tiene más de tres meses sin poder mover su cuenta sueldo.

Gobierno de Chile anuncia plan de ayuda a la clase media

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El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció un Plan Fortalecido de Protección de la Clase Media que prevé un bono o transferencia directa para las familias, un préstamo estatal solidario que compensará hasta un 70% de la caída de los ingresos, la postergación por 6 meses de los dividendos hipotecarios, así como un subsidio de arriendo durante tres meses, entre otras medidas.

En detalle, la propuesta del Ejecutivo consiste en un “Bono No Reembolsable” de $500.000 a todos los trabajadores de clase media que tenían ingresos formales de entre $500.000 y $1.500.000 al mes, que hayan sufrido una caída de 30% o más de sus ingresos. “Este Aporte no reembolsable se pagará 10 días después de promulgada la Ley e incluirá a trabajadores ocupados, suspendidos, cesantes, a honorarios y por cuenta propia”, subrayó Piñera. 

La ayuda se extenderá con montos decrecientes, a aquellos trabajadores con ingresos entre $1,5 y $2 millones mensuales, que también hayan tenido caídas de ingresos.

En cuanto al Préstamo Estatal Solidario para la Clase Media, se otorgará en 3 cuotas mensuales, con un máximo de $650.000 por cuota y un monto máximo del préstamo de $1.950.000. El Presidente aseguró que será el Estado y no un banco ni una Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) el que otorgará este préstamo. “El Estado no ganará ni un peso con este préstamo, pues tendrá una tasa de interés real igual a cero”. El préstamo tendrá un año de gracia, tres años de pago con un máximo de 5% del ingreso, y al término de estos cuatro años, si una familia no ha podido cancelar íntegramente este préstamo, el Estado lo condonará.

Sobre la protección de la vivienda, la postergación por 6 meses de los dividendos hipotecarios, se hará gracias a una garantía estatal; el subsidio de arriendo se hará durante tres meses, por hasta $250.000 y será para arriendos con un costo de hasta $600.000 mensuales. El beneficio cubrirá hasta el 70% del valor del arriendo, para las familias que hayan tenido caídas en sus ingresos de 30% o más. Además, también se va a implementar una postergación de las contribuciones de bienes raíces del segundo semestre, para todas las primeras viviendas con avalúo fiscal inferior a 5.000 UF, para familias que hayan tenido caídas de ingresos.

El cuarto punto del plan estatal es para ayudar a los estudiantes de educación superior. Se amplió el plazo para que los universitarios puedan postular a financiamientos preferentes del Estado y, además, se va a postergar hasta 3 meses del pago de las cuotas del Crédito con Aval del Estado (CAE).

Estas medidas se toman en un momento político tenso para el gobierno, luego de que la Cámara de Diputados, aprobara el 8 de julio, un proyecto presentado por la oposición que permite retirar 10% de fondos de las AFP. Iniciativa que remeció al Ejecutivo pues la decisión se tomó con votos a favor de legisladores pertenecientes a la coalición gubernamental Chile Vamos. 

Esta semana el Gobierno estaba obligado a presentar una mejor propuesta de auxilio a la clase media, para lograr revertir el avance del proyecto, que continuará discutiéndose en la cámara baja mañana y, de contar con el respaldo requerido, pasará entonces al Senado. 

En el discurso hecho desde La Moneda, el Jefe de Estado se refirió al tema de las pensiones, y recordó que se está impulsando una reforma del sistema previsional. “Sabemos que esto no es suficiente. El sistema actual de AFP tiene grandes problemas que requieren profundos cambios para lograr verdaderas soluciones. Vamos a avanzar hacia una Reforma Estructural al Sistema que administra los fondos de pensiones”, aseveró. 

“Hoy Chile enfrenta un doble desafío. Por una parte, proteger a la clase media en estos tiempos de adversidad. Y por otra, reformar el sistema de pensiones para asegurar pensiones dignas. Ambos desafíos tienen que complementarse, la protección de la clase media no puede ni debe hacerse a costa de disminuir sus ahorros previsionales, ni sus pensiones, ni comprometer el futuro del país”, sostuvo.

El New York Times documenta a los caminantes que retornan a Venezuela

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Un reportaje del diario estadounidense The New York Times cuenta la historia de varios caminantes venezolanos que buscan retornar a su país desde Colombia. El trabajo titulado “La pandemia amenaza con ampliar la desigualdad en América Latina” explora distintos relatos de cómo se vive la pandemia de la COVID-19 en las zonas más desfavorecidas de Colombia.

El texto pasa por ciudades como Bogotá, Medellín, Cúcuta y Bucaramanga. En esta última, las reporteras Sofía Villasmil y Julie Turkewitz encontraron a varios venezolanos que cruzan Colombia con la esperanza de llegar a la frontera.

Los caminantes venezolanos en la carretera

En el trabajo del diario estadounidense, las reporteras cuentan que, en su recorrido por Colombia, esperaban “encontrar rutas vacías”, sin embargo, la realidad es diferente. “Encontramos procesiones de migrantes venezolanos que arrastraban sus maletas de regreso a casa”, se lee en el texto del New York Times.

En Bucaramanga se cuenta la historia de Roraima Daversa. Ella tiene 26 años de edad y viaja con su hijo Amado, de 9 años. Roraima, quien estudió gestión ambiental en Venezuela, esperaba ahorrar dinero en Bogotá y volver a su país para abrir un negocio. Sin embargo, ahora Roraima emprende su camino de vuelta casi sin un centavo, peor que cuando se fue.

Así como Roraima y su hijo Amado, cientos de familias migrantes acamparon a las afueras de un parque para reposar los cientos de kilómetros que llevaban marcados en sus pies.

El reportaje cuenta que, una noche llegó una caravana de autobuses enviada por el gobierno colombiano, y que la misma sería empleada para llevar a los venezolanos hasta la frontera; unos 190 kilómetros.

Roraima y su hijo Amado subieron al autobús “con los pies agrietados y con ampollas” y recuerda que su hijo le preguntaba a diario “¿Cuántos días nos faltan?”

Así como Roraima y Amado, hay, al menos 80.000 criollos retornados desde Colombia a Venezuela, según cifras de Migración Colombia. No obstante, la autoridad migratoria del país asegura que se prepara para una eventual vuelta de venezolanos tras el fin de la pandemia.

Puede leer el reportaje completo en español en el siguiente enlace: https://www.nytimes.com/es/2020/07/11/espanol/america-latina/desigualdad-coronavirus-america-latina-colombia.html

Foto principal: Iván Ernesto Reyes/Efecto Cocuyo

¿Cómo acceder a la salud pública en Chile?

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Una de las principales dudas al emigrar es cómo acceder al sistema de salud del lugar de destino. Juan Carlos Riera, presidente de la Asociación de Médicos Venezolanos Andrés Bello (Ameven), explica que en el caso de Chile existe el Fondo Nacional de Salud o Fonasa, “un sistema de previsión que depende del Estado chileno, y por tanto es financiado por el erario público, y presta atención a sus cotizantes principalmente en la red pública”.

En este sistema hay más de 14 millones de personas afiliadas, es decir casi el 80% de los residentes en Chile. Para ser un beneficiario hay que cotizar mensualmente el 7% del sueldo imponible, y no se puede pertenecer a otro sistema de salud.

No obstante, indica Riera, hay alternativas para quienes recién llegan a vivir a Chile y aún no tienen ingresos. “La atención en salud depende de tramos, que son  A, B, C y D; cada uno con un pago y una cobertura diferente. En el tramo A pueden registrarse personas sin recursos y migrantes, esto debe ser supervisado por el sistema. Al estar inscrito aquí se puede recibir atención gratuita en la red pública”. 

En el tramo B están las personas que perciben un ingreso imponible mensual menor o igual a 320.500 pesos; en el C quienes devengan más de 320.500 pesos y hasta 467.930 pesos; y en el tramo D están quienes tienen un ingreso superior a 467.930 pesos. 

“En los tramos B, C y D existe la modalidad del copago, un porcentaje que ya está estipulado y que se debe cancelar al momento de recibir la atención. Estos tramos también permiten recibir cuidados en establecimientos privados que tengan convenio con Fonasa, en lo que se conoce como ‘modalidad libre elección’. Si se está en el tramo A solo se puede acudir a la red pública”, afirma Riera. 

Salud pública y el bono PAD

El médico destaca que también está la opción del Bono PAD (Pago Asociado a Diagnóstico), que aplica para 73 problemas de salud, para los cuales existe un precio fijo y conocido y es para quienes están en los tramos B, C o D. “Las cirugías PAD son cirugías protegidas y tienen costes muchos menores a las convencionales, y aquellos médicos especialistas que están adscritos a Fonasa y están también vinculados con el sistema PAD pueden operar a los pacientes y el costo final termina siendo prácticamente el mismo del que pagarían en el hospital, quizás un poco más, pero no mucho mayor”, subraya el presidente de Ameven.

En la página web de Fonasa se encuentra detallado cuáles son las cirugías y cómo es el proceso para acceder a esto. Algunas de las atenciones estandarizadas son los partos, tratamiento de fertilización de baja y alta complejidad, varicocele, apendicitis, peritonitis, cataratas, glaucoma, tiroidectomía total o subtotal, síndrome del túnel carpiano, várices, tumores y/o quistes intracraneano, entre otras. 

¿Qué hacer cuando ya se está inscrito?

Riera dice que un inmigrante puede inscribirse en Fonasa desde el momento en que tiene un trámite de permanencia en el país. En caso de que no se posea, y se trate de un asunto grave u oncológico hay un registro especial que va a permitir acceder a las atenciones de urgencia de forma inmediata. 

El médico subraya que, por ley, está consagrado el derecho de atención y resguardo de la salud, y por tanto se debe recibir atención oportuna y sin discriminaciones. Pero si no se posee alguna previsión o seguro “la persona va a ingresar como un particular y eso le va a generar una deuda que el paciente va a tener que pagar una vez que sea atendido. Puede tratarse de un coste no menor, sobre todo si es de alguna cirugía, porque son valores que ya están estandarizados, así como el de la consulta de urgencias, y son paquetes que no son menores en particular si es alguien que viene de Venezuela, con bolívares”, advierte. 

Una vez que se está inscrito en Fonasa, para recibir atención en la red pública hay que ir al consultorio o Centro de Salud Familiar (Cesfam). “Dependiendo del área en la que se encuentre el paciente, se le asigna un consultorio que brinda servicio de atención al adulto mayor, consulta general de adultos, consulta pediátrica, control del embarazo, exámenes básicos de laboratorio, estudios básicos como electrocardiogramas, kinesiología. Algunos Cesfam, aunque no es lo más frecuente, también ofrecen algunas consultas con especialistas. Son servicios de atención primaria bastante completos. De allí, dependiendo del tipo y la gravedad de la patología se deriva a un hospital base, que es aquel que se encuentra en la zona donde vive la persona”. 

Salud pública para los migrantes en Chile

También existe el Servicio de Atención Primaria de Urgencia o SAPU que, explica Riera, está destinado a atender patologías de urgencias, son de estancia corta, y de allí el paciente se deriva a centros más grandes.

Como última recomendación, el presidente de Ameven sostiene que “existen diversos tipos de estatus de la migración. Aquellos que todavía están llegando y no conocen el sistema de salud, no lo entienden y no tienen los papeles;  a ese grupo les diría que se pueden registrar como Fonasa A. En estos momentos de coronavirus, mi sugerencia es que eviten asistir a cualquier centro de salud a menos que sea extremadamente necesario, porque ahora están colapsados y son los focos de contagio”.

Agrega que para “aquellos que ya tienen una residencia establecida, lo ideal sería que pudieran estar adscritos a algún sistema de previsión de salud, sea Fonasa o Isapre –entidades privadas–, el que prefieran. En Chile es muy, muy importante tener alguna previsión porque al momento de una urgencia, sea por coronavirus o no, esta ofrece un respaldo importante al momento de ser atendido en cuanto a los pagos”.

Ameven fue creada en el año 2016, principalmente para orientar a los médicos venezolanos que llegan a Chile. Han ido creciendo por lo que esperan, en el futuro, poder brindar asesorías no solo a los médicos, sino también prestar servicios de educación a los migrantes. 

Requisitos para inscribirse en Fonasa

Para inscribirse en Fonasa solo hay que llenar un formulario que está disponible en Fonasa.cl ingresando a la pestaña “Afiliación e inscripción en atención primaria en línea”. Se puede ingresar con el número de cédula o con la clave única; y se deben completar cinco pasos:

1.- Datos personales y de contacto.

2.- Información de los ingresos.

3.- Cargas familiares, se debe adjuntar el certificado emitido por el Instituto de Previsión Social o Caja de Compensación, si corresponde. 

4.- Inscripción en un establecimiento de salud (consultorio), de acuerdo al domicilio indicado.

5.- Guardar el comprobante de éxito del proceso.

«Lo único que me llevé, aparte de la ropa, fue esa pepa de zamuro»

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Pueden ser muy variados los objetos con los que viaja una persona. Algunas veces se eligen amuletos para protección en el viaje y otras veces se eligen aquellas cosas que pueden traer buenos recuerdos a las personas a la hora de emigrar. Libros, alguna prenda en particular, fotografías impresas y, como el caso de Gustavo, una pepa de zamuro.

Gustavo Morales es venezolano y vive en Canadá desde hace 16 años con su familia. Partió del país sudamericano en 2004 con 3 maletas, su esposa y su hijo. Nada más. En su equipaje personal decidió guardar un espacio para un amuleto especial que le regaló su madre: una pepa de zamuro. Esta semilla, de consistencia firme, es reconocida en Venezuela por brindar «protección espiritual» a quien la lleva. En el caso de Gustavo, su semilla la tiene consigo desde su adolescencia y ha cobrado mucho valor con el pasar de los años.

Gustavo Morales cuenta su viaje

Mi historia de inmigración no es muy diferente a otras. Quizá menos espectacular de las que muchos venezolanos viven actualmente.

Para el año 2002 cuando el paro petrolero, mi esposa y yo tomamos la decisión de mudarnos de país. Fue un poco alocado, ya que para ese momento los problemas eran básicamente políticos. Nada nuevo. Ese mismo día en el diario El Nacional vimos una publicidad de unos abogados que ofrecían sus servicios de inmigración para Canadá. Ya teníamos el país de destino. Así de simple fue todo eso. Casi dos años después estábamos aterrizando en Montreal.

Nuestra mudanza fue tan fácil como la decisión: 2 adultos, 1 niño , 3 maletas. Lo único que me llevé, aparte de la ropa, fue esa pepa e’ zamuro.

Gustavo llevó su amuleto desde Caracas hasta Montreal

Esa pepa me la regaló mi mamá cuando yo tenía 12 o 13 años. Nada particular, simplemente la encontró entre sus cosas y me la dio. Probablemente para ninguno de los dos ese momento tuvo mayor importancia pero yo siempre la he tenido conmigo y siempre la visto como un amuleto.

38 años después, ¿qué recuerdos me trae? Mi infancia, mi casa familiar, mis padres, mis hermanos juntos, mi urbanización, mis amigos de infancia. Caracas en general, su verdor. Me preguntas qué valor tiene y la verdad no podría estimarlo. Yo no me apego a cosas materiales, más bien suelo botar todo. No me gustan los espacios con muchos objetos, ni recuerdos, fotos, nada de eso. Pero allí está la pepa, la única herencia que con toda seguridad dejaré a mis hijos.

Así fue la tertulia sobre movilidad humana y Derechos Humanos

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El viernes 10 de julio se efectuó la tertulia sobre movilidad humana y Derechos Humanos. La conversación fue moderada por Ligia Bolívar, socióloga venezolana y destacada defensora de los Derechos Humanos. El panel estuvo compuesto por Feliciano Reyna, Adriana Parra y Wladimir Díaz, quienes ofrecieron sus visiones y experiencias en torno a la migración venezolana.

La de este viernes es la primera tertulia del curso virtual de cobertura periodística enfocada en las migraciones desde Venezuela hacia cinco países de la región, una iniciativa del proyecto Puentes de Comunicación, alianza entre la DW Akademie y Efecto Cocuyo.

Feliciano Reyna: si vuelve a abrirse el espacio para migrar habrá una segunda ola

El fundador y director de la ONG Acción Solidaria, Feliciano Reyna, explicó los elementos que llevaron a la masiva migración de venezolanos en los recientes años y cómo la grave crisis que ocurre en Venezuela no fue repentina, sino que, con el pasar del tiempo y la inacción de las autoridades, se mezclan factores que derivan en una emergencia humanitaria compleja como la que vive el país sudamericano.

Reyna recordó que el fenómeno migratorio venezolano es el segundo más importante en la actualidad mundial, por detrás del que ocurre desde Siria. Sin embargo, a diferencia del país del Oriente Próximo, en Venezuela no se vive un conflicto armado ni una situación de desastre, por lo que la crisis que afronta el país es única en el planeta.

Feliciano también resaltó la importancia que tuvo y que tiene el hecho de dejar registro de los abusos y violaciones que ocurren en Venezuela y, especialmente, el trabajo mancomunado que llevan a cabo las distintas ONG que tienen que sobrellevar la crisis, pero también la persecución constante por parte del chavismo y sus representantes.

Reyna ofreció luces sobre cómo se llegó a la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela.

Sobre los venezolanos retornados durante la pandemia de la COVID-19, Reyna explicó que no llega al 2% de los que están en el exterior, pero que sí es “un número importante”. Además, aseguró que en los centros de “acogida” no se les trata bien a los venezolanos que han tenido que volver al país y que hay una estigmatización hacia ellos por parte del gobierno venezolano.

Reyna aseveró que Venezuela no está capacitada para recibir a los criollos que esperan volver y destacó que, de reabrirse las fronteras, se puede presentar una segunda oleada de migración masiva por parte de los venezolanos.

Adriana Parra: el abrazo se hizo nuestra principal herramienta de alivio

La fundadora de la Fundación Entre Dos Tierras, Adriana Parra contó sobre su experiencia en la ayuda y atención a los venezolanos que deciden caminar por las vías de Colombia buscando un mejor futuro. Entre Dos Tierras es una fundación dedicada a brindar apoyo humanitario a migrantes y refugiados venezolanos, especialmente a caminantes que se mueven desde Cúcuta hacia lo interno de Colombia, llegando a ciudades como Bucaramanga, Medellín, Bogotá y siguiendo su camino hacia países como Ecuador y Perú, entre otros.

Parra recuerda que, en principio, la ayuda la recibían los colombianos expulsados por el gobierno de Nicolás Maduro en 2015 y que el foco, para ese entonces, era brindar apoyo a las personas que volvían a Colombia. Sin embargo, a partir de 2016 el ciudadano venezolano se volvió el eje central de acción de esta fundación que acompaña a los venezolanos durante el duro paso por las carreteras colombianas.
“El abrazo se hizo nuestra principal herramienta de alivio”, recordó la fundadora de Entre Dos Tierras, quien agregó que los voluntarios también comenzaron a curar los pies de los caminantes venezolanos.

Sin embargo, la pandemia por la COVID-19 ha hecho más difícil la situación de los caminantes. Ya no solo caminan hacia dentro de Colombia, sino que ahora lo hacen hacia Venezuela. Parra aseveró que la fundación se mantiene trabajando y presta ayuda a todos los venezolanos que circulan por las vías, pero que “ya el abrazo, el sanar los pies, el acercar hidratación no es suficiente”.

Adriana Parra ayuda a los venezolanos que caminan por las carreteras de Colombia.

Adriana Parra también manifestó que los voluntarios de Entre Dos Tierras están presentando agotamiento emocional, pues trabajar bajo las condiciones de la pandemia de la COVID-19 resulta sumamente complicado. Además, resaltó que, aunque su trabajo es reconocido, las personas que ayudan a los venezolanos no perciben ningún tipo de ingreso, por lo que mantenerse en esta actividad se vuelve cada vez más complicado.

No obstante, Adriana aseguró que desde la fundación se sigue prestando el apoyo necesario y que, incluso, han ayudado a costear servicios fúnebres de venezolanos muertos por la enfermedad que aqueja al mundo entero.

Wladimir Díaz: Es muy duro luchar por los Derechos Humanos de los venezolanos en otros países

El exdirigente estudiantil y ahora defensor de Derechos Humanos, Wladimir Díaz, explicó desde Perú, que las autoridades de distintos países no respetan del todo los Derechos Humanos de los venezolanos que se ven obligados a salir de su territorio. Díaz, quien actualmente está en calidad de solicitante de refugio en Lima, relató su experiencia en el camino desde Venezuela hasta Perú, pasando por Colombia, donde le fue negada la solicitud de refugio y no se le permitió explicar su situación.

Wladimir tuvo que salir de Venezuela pues era perseguido por autoridades de Nicolás Maduro.

Díaz dio a conocer que gran parte de los venezolanos que conoce en Perú prefieren no ir a centros de salud por temor a ser discriminados. “Hay personas que prefieren automedicarse”, dijo Díaz durante la tertulia y explicó que, según su conocimiento, hay una fuerte discriminación hacia los venezolanos en los hospitales de Perú.

Wladimir también manifestó que, durante la pandemia por la COVID-19, los venezolanos no han recibido ayuda por parte del Estado peruano, pero que sí han sido atendidos por miembros de distintas organizaciones que le brindan apoyo a la comunidad venezolana en el país, aunque resaltó que dicha ayuda no es suficiente para la cantidad de criollos que hay en la nación. El exdirigente estudiantil también manifestó que le gustaría ver más trabajos periodísticos sobre los venezolanos en Perú y sobre los solicitantes de refugio en este país. Díaz aseguró que algunos medios de comunicación se han concentrado en publicar únicamente noticias negativas sobre los venezolanos en Perú.

Los embudos en la frontera para los caminantes venezolanos

Regresar a Venezuela. Los caminantes venezolanos que han dejado Perú, Ecuador y los que pretenden dejar Colombia esperan ser trasladados a la Estación Sanitaria Transitoria (EST) de Tienditas. Pero antes de cumplir con ese paso, se ven obligados a permanecer a un costado de la autopista internacional, en La Parada, del departamento Norte de Santander.

Venezuela sigue limitando el paso de sus connacionales al territorio, aunque en los últimos días ha aumentado ligeramente la cantidad de admitidos, el flujo del retorno no cesa. 

Si bien una de las intenciones del campamento en Tienditas era descongestionar la zona, la misión ha sido difícil de cumplir. Así, después de habilitarse el 15 de junio la EST, los caminantes empezaron a concentrarse en un terreno desocupado, pero el sol y la lluvia seguían afectándolos. 

Esa semana, como respuesta a la contingencia, se gestionó el uso de un local privado que se encontraba desocupado. Se habilitó como punto de llegada y de transición para los migrantes. Cada venezolano era registrado con sus datos personales, se le tomaba la temperatura corporal, recibía un brazalete, se le asignaba un número y comenzaba el proceso de espera ser trasladado a Tienditas, según explicó un funcionario policial que pidió no ser identificado.

Migrantes muestran sus brazaletes de identificación.

En este mismo lugar recibían kits de aseo, que contenían enseres como papel higiénico, cepillos y cremas dentales, jabones, tapabocas, alcohol, entre otros, y también de alimentación, con pan, atunes y salchichas enlatadas, agua. 

Pero la situación ha cambiado. El local techado ya no está habilitado para dar cobijo temporal y los migrantes debieron permanecer durante varios días en las islotes que dividen la autopista.

Para el 4 de julio más de 1.200 personas esperaban por trasladado a Tienditas. Explica Javier, uno de los venezolanos que espera retornar, que se organizan por listas: 300 puestos disponibles y, periódicamente, un agente de la Policía Nacional entrega los brazaletes que aseguran la pronta salida.

Pero la espera en La Parada es dura. Los caminantes no tienen acceso a alimentación segura, tampoco cuentan con la posibilidad de tomar las medidas de prevención sanitaria necesarias en medio de la pandemia y carecen de baños.   

En el terreno donde están concentrados han construido carpas improvisadas con estacas de madera y plásticos de bolsas. Algunos se atreven a cocinar en fogatas, pues la alimentación que llega por parte de instituciones religiosas es priorizada para los niños y, si alcanza, para las mujeres también.

Sobre el puente Simón Bolivar: un pie en Venezuela

En el camino del retorno se necesita persistencia. El último objetivo dentro del territorio colombiano resulta ser el puente que pasa sobre el río Táchira. Desde las 7:30 de la mañana salen los migrantes de la EST de Tienditas. Antes de las 8, ya están sobre las moles de asfalto que conectan a los dos países. Allí deben esperar a que Venezuela les permita el paso. 

Antes de iniciar el paso, los funcionarios venezolanos piden tener la cédula en la mano, pero hay muchos migrantes que han perdido sus documentos a lo largo de los viajes. A otros se los han robado. Estos son apartados a un lado de la fila, mientras llega otro funcionario para interrogarlos uno por uno: número de documento, nombre completo, ciudad y fecha de nacimiento. 

Los funcionarios de Migración Colombia, por iniciativa propia, replican el mensaje de solicitud de documentos a todo lo largo de la fila, para ayudar a agilizar la salida. Así, poco a poco, va fluyendo cada vez más el ingreso a Venezuela. 

En sentido contrario, se observa el corredor humanitario en el que Colombia recibe a personas que van a hacerse tratamientos médicos, se ven personas de edad avanzada, en sillas de ruedas, niños, y todos deben llevar algún documento que verifique su estado de salud.     

Venezolanos esperan que Venezuela les permita retornar.

Bajo las cúpulas dispuestas por el Gobierno de Colombia en su lado del puente, hubo aglomeración de migrantes, imposible guardar el distanciamiento necesario en tiempos de coronavirus, menos todavía con el tiempo borrascoso. 

A pesar de la desesperación por entrar a su país y el frío que traía el viento de la lluvia de ese día, el puente no perdió su dinámica comercial, la cual allí en los últimos años se ha tornado lamentablemente irregular en su mayoría.

Mientras caían livianas gotas pertinaces, el cuerpo friolento de los migrantes empezaba a pedir algo de café caliente, y una voz desde el sótano del ponteadero no tardó en ofrecerlo, pero muchos al no tener dinero, revisar sus bolsillos y nada, recordaron los enseres de los kits de alimentos y aseo que les habían donado antes. 

Así se inició el trueque: desde abajo, quien vendía el café, lo envasaba en alguna botella vacía y lo lanzaba hacia el pretil con fuerza, un migrante lo atajaba arriba, y a su vez tiraba una lata de salchichas como pago. Los demás vendedores ambulantes de la zona se percataron y se acercaron para ofrecer desde pan hasta cigarrillos, incluso teléfonos celulares. 

La espera de los caminantes da tregua al comercio sobre el puente.

Las tensiones durante la espera

Expectativa y preocupación. La revisión de los antecedentes penales hace que incluso quienes no tienen deudas con la justicia venezolana, se sientan nerviosos. Temen que los dejen, sin alguna razón, retenidos allí. Otros temen que sus alergias, las que producen también estornudos, puedan llamar la atención y alarmar a las autoridades. «¿Y si creen que es COVID-19?», se escucha decir a algunos.

Olisveida está entre los primeros integrantes de la fila, no alcanzó a pasar en el primer turno, porque el coche donde trasladaba sus pertenencias se dio vuelco y, como cuenta, nadie se detuvo a ayudarla. Perdió su turno cuando avanzó la fila. Pero pero ella no se amilana, organiza su equipaje y asegura todo de nuevo. Continúa la espera.

«¿Quién quiere regresar después de la pandemia a Colombia?». No queda claro quién lo preguntó, pero ya se instaló el tema de conversación.

Olisveida no titubea. “Yo sí. No será ahorita ni será mañana, ni en un mes; pero en algún momento tendré la posibilidad de regresar a Colombia porque se puede trabajar. A mí lo que me hace irme es la pandemia, pero en cuanto pueda, regreso”. Armando, también sin titubear, sentencia lo contrario. «Yo no. Me di cuenta de que mi país es único. Es el mejor del mundo. En Venezuela quiero trabajar, luchar, salir adelante por mi hijo; porque a pesar de todo, así no haya luz, ni haya gasolina, no haya nada… somos el mejor país del mundo. No pagamos arriendo, no nos discriminan y estamos en casa”.      

A la conversación se sumaron más voces. Mientras se listaban razones para volver a migrar o quedarse en casa, comenzó a llover y solo ese fuerte eco amainó el debate. Algunos se durmieron sobre sus maletas para esperar hasta que se permitiera el ingreso de otro grupo.

Algunos caminantes han logrado ingresar a Venezuela y continuar con el retorno a casa.

Una mirada al interior de los PASI

Tras cruzar el Puente Simón Bolívar, los migrantes retornados relatan que son trasladados hasta el terminal de San Antonio del Táchira o directamente a los Puntos de Asistencia Social Integral (PASI), donde deben seguir esperando. Allí reciben vacunas y les hacen algunas revisiones médicas.

Estos PASI son escuelas o establecimientos que el gobierno venezolano está haciendo funcionar como refugios o albergues. La mayoría de los migrantes contactados en el lado colombiano, y a quienes se ha hecho seguimiento del lado venezolano, han reportado conformidad con las condiciones generales que les toca sobrellevar: la alimentación suele ser regular y duermen en colchonetas, aunque estas no están en óptimas condiciones. 

Uno de los migrantes retornados relató que durante su estadía la experiencia fue diferente. Les entregaron alimentos en mal estado, lo que habría ocasionado malestares estomacales en todas las personas que cumplían cuarentena en ese lugar. Ese día hubo protestas al interior del PASI. 

Esa misma noche irrumpieron en el lugar un grupo de encapuchados ataviados con armas largas, quienes habrían amenazado a todos. También se ha informado de riñas con armas blancas y de la práctica de castigos de naturaleza militar a los implicados, tales como plantones durante la noche.

Al respecto, el director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, Eduardo Trujillo Ariza, apunta que “ha habido estigmatización y maltrato sobre muchas de las personas que se encuentran en los PASI. Conocemos de situaciones donde se han dado alimentos en mal estado y eso ha provocado que migrantes forzados retornados enfermen; además de todos los procesos de estigmatización como el hecho de decir que son armas biológicas enviadas por Colombia o por Brasil es algo terrible. Totalmente reprochable”. 

Así, el paso por la frontera resulta una parada obligada para los caminantes, una espera que puede alargarse sin saber por cuánto. Solo se conoce que responde a las capacidades del gobierno venezolano y a las regulaciones que este imponga al paso de los connacionales. La odisea del retorno no mengua para los migrantes que necesitan volver a sus hogares.