El jueves 6 de agosto, el director de Migración Colombia, Juan Fernando Espinosa, informó que, por tercer mes consecutivo, la cifra de venezolanos en Colombia descendió 3.3% respecto al mes de febrero, cuando aún no se había decretado el aislamiento preventivo obligatorio en la nación. Sin embargo, Espinosa confirmó que en las últimas semanas se está registrando un fenómeno de retorno de venezolanos desde la frontera hacia el interior del país.
El funcionario precisó que para finales de mayo estaban radicados en el país 1.764.883 migrantes venezolanos. La cifra a finales de febrero estaba en 1.825.687; en marzo pasó a 1.809.872 y en abril, a 1.788.380.
«El descenso de migrantes que hemos visto estos últimos tres meses continuará. Aunque a partir de finales de julio, hemos detectado población de retorno, de personas que vienen desde frontera hacia el centro del país. Esta no es una migración definitiva. La migración de Colombia a Venezuela es absolutamente temporal. Nosotros estimamos que por cada persona que vuelva hacia Colombia traerá un migrante adicional. Aunque hay estudios que indican que traerán tres personas más», dijo y señaló que las ciudades por lo general a las cuales están retornando son Cali, Medellín, Barranquilla y Cúcuta.
Días atrás, también en rueda de prensa virtual, Espinosa ya había adelantado que estiman que al menos 80% de los connacionales que ha regresado a Venezuela, retorne a Colombia. En la actualidad, son alrededor de 95.000 venezolanos los que han retornado, mientras que 42.000 ha manifestado su deseo voluntario de regresar.
El informe presentado este jueves 6 de agosto señala que actualmente en Colombia están radicados más de 1,7 millones de migrantes venezolanos, la mayoría son mujeres (871.733), de las cuales la mayor parte tienen entre 18 y 29 años. En cuanto a los hombres, la cifra llega a 893.150.
Espinosa informó que las ciudades donde hay mayor concentración de venezolanos son: Bogotá, con el 19,67%, seguida por Cúcuta, Barranquilla, Medellín y Cali.
También detalló que el 19% de la población migrante son niños, niñas y adolescentes, muchos de ellos, sin documento de identidad.
Medidas para la regularidad
Espinosa insistió en el sistema biométrico de identificación de venezolanos como mecanismo para aumentar la seguridad del migrante y de la nación. Explicó que el único requisito para optar al sistema es estar en condición regular en Colombia. Reiteró que espera que en este último semestre de 2020 se ejecute la primera fase para la pre-carga de datos, a través de dispositivos móviles.
«Venezuela no tiene capacidad de identificar a sus propios connacionales. Muchos no tienen pasaporte. Por eso la importancia de los procesos de identificación biométrica para combatir la apatridia».
Adelantó también que en los próximos meses esperan implementar el Permiso Especial de Permanencia Educativo. «Estamos trabajando en conjunto con el ministerio de Educación para llevar a la regularidad a migrantes venezolanos con el enfoque en darle a los niños la posibilidad de acceder a un título académico a través de su participación en la jornada escolar», manifestó.
Contagios en la frontera
Aunque no ofreció cifras, Espinosa confirmó que en la frontera colombo-venezolana se han dado casos positivos de Covid-19 en algunos migrantes venezolanos.
«Se han presentado algunos contagios en zonas de frontera o por lo menos se han reportado algunos síntomas. En los departamentos se han permitido algunas condiciones para propiciar el debido aislamiento. No es un número que genere una mayor preocupación pero sí sugiere la atención para velar por el derecho a la vida», expresó.
El coordinador del grupo de venezolanos varados en Perú, Paulo Méndez, precisó que en esa nación hay un total de 85 criollos con pasajes aéreos que no han podido retornar a su hogar.
Méndez precisó que los integrantes del grupo de venezolanos varados en Perú tienen pasajes de Copa Airlines, Estelar y Avior, principalmente.
“Sin embargo, el problema no es el decreto de emergencia, sino la falta de coordinación de las autoridades en Venezuela para programar vuelos humanitarios o especiales para retornar a los pasajeros que quedamos varados en los aeropuertos. Hemos visto desde el inicio de la pandemia, a países de la región programar vuelos con distintas aerolíneas para buscar a sus ciudadanos atrapados en distintos países, por ejemplo, Brasil, Colombia, Argentina, entre otros, ya buscaron a sus nacionales varados”, asegura Paulo Méndez en entrevista con el equipo de Venezuela Migrante.
Según Méndez, las aerolíneas manifestaron que pueden realizar los vuelos de repatriación de los varados siempre y cuando el gobierno venezolano lo autorice.
Por tal motivo, responsabilizó al gabinete del gobernante Nicolás Maduro de no haber gestionado el vuelo para que regresen los 85 venezolanos varados en Perú tras 143 días de cierre en las fronteras.
“Sobre los vuelos humanitarios, (las aerolíneas) manifiestan su voluntad y capacidad operativa para realizar los vuelos, sin embargo, dicen que estos vuelos solo pueden ser solicitados y autorizados por los gobiernos. Es decir, es a voluntad de los gobiernos en función de sus prioridades y capacidades para manejar los protocolos de seguridad”, comparte
¿Cuáles son las condiciones de los venezolanos varados en Perú?
“Vulnerables” es la palabra empleada por Méndez para definir la situación de los 85 venezolanos en Perú. Asegura que la mayor parte del grupo agotó sus recursos económicos para mantenerse en ese país.
“Estamos sin poder trabajar por las limitaciones de nuestro estatus migratorio y las mismas restricciones sanitarias. Antes de la flexibilización de la cuarentena en Perú, duramos tres meses encerrados, viviendo de ayudas provenientes de familiares y amigos, endeudados para comprar comida y pagar alquiler. Asustados por el incremento de los niveles de contagio en Perú, pero sobre todo desesperados por volver a casa y estar con nuestros hijos, esposas y familiares”, destaca.
Paulo Méndez puntualizó que los venezolanos varados en Perú viajaron a esa nación por motivos recreacionales o laborales. Desestimó que se los considere como migrantes porque su motivo de viaje no era establecerse como residente en Perú.
Parte del grupo de varados en Perú vive en habitaciones alquiladas, con imposibilidad e sostener a largo plazo el pago de las mismas. Otros están alojados con amigos, conocidos o familiares en espacios reducidos para dormir.
Asimismo, Paulo Méndez precisó que la principal fuente de ingreso para de los venezolanos varados en Perú es la deuda. El total del grupo asegura que viven de lo que le envían sus familiares o le prestan amigos y conocidos mientras están en ese país.
“Nos preocupa que al menos 5 personas han decidido irse por vía terrestre, atravesando trochas y expuestos a riesgos altísimos de robo, estafa, maltratos, violaciones, y todo lo que representa el paso irregular de las fronteras. Sin embargo, son obligados a esto ante la incertidumbre de un plan de retorno al país”, denuncia.
¿Qué les dicen las autoridades a los venezolanos varados en Perú?
Los venezolanos varados en Perú no son los únicos en el mundo. Hay otros grupos en al menos 15 países diferentes en las mismas condiciones.
La solicitud del grupo es concisa: exigen la coordinación de un cronograma de vuelos de retorno. Paulo Méndez también criticó que en Venezuela no hayan implementado un protocolo de seguridad sanitaria para gestionar el ingreso de los varados que regresen.
Por esta razón, el grupo exige un vuelo humanitario lo más pronto posible.
“Nos han dicho que esos vuelos son pagos y que adicionalmente debemos pagar y presentar la prueba PCR para poder abordar un vuelo humanitario. En ambos casos hemos manifestado la voluntad de hacerlo. Sin embargo, hemos dicho que los varados en situación económica crítica no pueden quedarse varados por segunda vez, en este caso por no tener como pagar un segundo boleto o hacerse una prueba que está en el orden de los 120 dólares», denuncia.
Las instancias a las que se han dirigido para solicitar el vuelo humanitario desde Perú son:
Cancillería Venezuela- Jorge Arreaza.
Consulado Venezuela en Perú – Vivian Alvarado.
Embajada Venezuela de Juan Guaidó – Carlos Scull
Cancillería Perú – Antonio Meza Cuadra
Congreso de Perú – Gilmer Trujillo (presidente de la comisión de relaciones exteriores)
“Carlos Scull nos ha atendido, pero ellos no manejan en el espacio aéreo en Venezuela. Las autoridades que sí tienen el control del espacio aéreo nos dicen que en Venezuela se mantiene controlada la pandemia y por eso, mientras no se aseguren los protocolos de seguridad para el retorno de varados, no se pueden realizar vuelos porque sería exponer a nuestro país al contagio. Nos dicen que Perú en un país con niveles de contagio muy alto. Pero igual España lo es y ya han realizado vuelos recientemente. ¿Qué pasa?”, denuncia.
Paulo Méndez agradeció que el gobierno peruano recibiera las cartas que les entregaron con el listado y la descripción de cuáles son las condiciones en las que están los venezolanos varados en Perú. No obstante, criticó que no exista algún tipo de programa que los apoye en lo económico o sanitario.
Ante la falta de personal de salud capacitado, y enmarcado en el Decreto de Urgencia N° 029-2020 y Decreto de Urgencia N° 037-2020 que posibilita a médicos y enfermeros venezolanos, con condición migratoria regularizada a ejercer su profesión en ese país, el Seguro Social de Salud de Perú (Essalud), lanzó una nueva convocatoria que abarca 43 plazas y ofrece un salario de hasta 2.000 dólares, según la especialidad solicitada.
De acuerdo a las bases de la convocatoria, que termina el 10 de agosto, las personas interesadas en participar en el proceso deben cumplir con ciertos requisitos que deben ser consignados de manera digital, cargados en formato PDF al correo [email protected]. En el asunto debe indicar: P.S. 020-CAS-SCENT-2020 y el Código al cual postula (P1ME-001, para los médicos) y (P2EN-002, para el personal de enfermería).
Los formatos a llenar y adjuntar en la postulación, deben ser descargados de los siguientes links:
Declaración Jurada de Cumplimiento de Requisitos. (Formato 1)
Declaración Jurada sobre Impedimento y Nepotismo. (Formato 2)
Declaración Jurada de Confidencialidad e Incompatibilidad. (Formato 3)
Declaración Jurada de no registrar antecedentes penales. (Formato 5)
Declaración Jurada de Habilitación Profesional (Formato 6)
Así mismo completar la información solicitada en este enlace.
Del total de los puestos requeridos, cinco son para médicos y el resto para enfermeros. “El personal laborará bajo el régimen de Contrato Administrativo de Servicios (CAS), será presencial, y deberá tener disponibilidad para desplazarse a cualquiera de las diferentes Redes Asistenciales (Lima, Callao), según requerimiento efectuado por las mismas, en razón la Emergencia del COVID-19”, refiere la institución.
Agrega que la jornada laboral es programada de acuerdo a la necesidad del servicio, y además es por un máximo de 150 horas mensuales.
Perfil y requerimientos del puesto médico general (P1ME-001)
Presentar copia simple del Título Profesional de Médico Cirujano.
Resolución del SERUMS, en caso de no contar con SERUMS, los profesionales de la salud, peruanos y extranjeros, podrán participar en el presente proceso de selección y laborar en el Sector Público, conforme a lo dispuesto en el Artículo 4° del Decreto de Urgencia N° 037-2020
En el caso de los profesionales de la salud que no sean de nacionalidad peruana, deberán contar con los documentos validados por el Estado Peruano, DNI, Carné de Extranjería o Permiso Temporal de Permanencia. Asimismo, las constancias expedidas en el extranjero deberán ser legalizadas en el país en el que fueron emitidos. La colegiatura y habilidad profesional para ejercer la profesión en el Perú son indispensables.
Perfil y requerimientos del puesto de enfermero P2EN-002
Presentar copia simple de título profesional universitario en enfermería.
Resolución del SERUMS, en caso de no contar con SERUMS, los profesionales de la salud, peruanos y extranjeros, podrán participar en el presente proceso de selección y laborar en el Sector Público, conforme a lo dispuesto en el Artículo 4° del Decreto de Urgencia N° 037-2020
En el caso de los profesionales de la salud que no sean de nacionalidad peruana, deberán contar con los documentos validados por el Estado Peruano, DNI, Carné de Extranjería o Permiso Temporal de Permanencia.
Asimismo, las constancias expedidas en el extranjero deberán ser legalizadas en el país en el que fueron emitidos. La colegiatura y habilidad profesional para ejercer la profesión en el Perú son indispensables.
De preferencia contar con experiencia laboral mínima de 1 año.
Essalud aclara que el contrato tendrá la duración de un mes y está sujeto a renovación, según las necesidades de la institución. Los aspirantes podrán ver el estado de su postulación en http://convocatorias.essalud.gob.pe/
Los contagios por coronavirus en Perú superan los 433 mil, mientras que las cifras de fallecidos y de recuperados están cercanas a los 20 mil y a los 300 mil, respectivamente, según el Ministerio de Salud.
Cuando Gerardo Rodríguez llegó al puesto fronterizo de Rumichacha, entre Ecuador y Colombia, sus pies tenían llagas que sangraban. Sus zapatos deportivos estaban rotos: había caminado casi un mes desde Venezuela. No tenía pasaporte, lo único que autentificaba su identidad era su deteriorada cédula de identidad.
La ausencia del documento migratorio no impidió que Rodríguez, de 31 años, entrara a Ecuador. Para noviembre de 2018, cuando llegó, los venezolanos sin pasaporte recibían la Carta Andina, con la que podían permanecer en el país 180 días. Ahora es muy diferente. Sin pasaporte, su situación migratoria se perpetúa en la irregularidad.
“Nos las pusieron muy difícil. No hay manera en la que yo pueda obtener esa visa. El pasaporte cuesta muy caro y apenas me alcanza para pagar arriendo y los servicios, así como para enviarle dinero a mi hija y a mi mamá”, se lamentó Rodríguez, quien trabaja como ayudante para una pequeña empresa de mudanzas.
A partir del próximo 14 de agosto, aquellos venezolanos que no cuenten con visa serán considerados extranjeros en situación irregular. Deberán pagar una multa de dos salarios mínimos ($800), por haber permanecido en el país más de seis meses como turistas.
Sin pasaporte no hay visa
En la situación de Rodríguez se encuentran miles de venezolanos, quienes ingresaron sin pasaporte y siguen sin el documento debido al costo, así como al tiempo de espera para adquirir uno por medio de los consulados de Venezuela en Quito y de Guayaquil.
De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para 2019 el 53% de los 400.000 venezolanos que ingresaron al país no presentaron un pasaporte. Estos venezolanos se registraron con su cédula de identidad para recibir la Carta Andina, documento especial otorgado a ciudadanos de la región que se movilizan dentro de Ecuador durante 6 meses.
“Llegué a Ecuador con $20. Tenía la esperanza de trabajar para pagar un pasaporte y posteriormente la visa. Me fue imposible y por eso me multaron”, relató María Ortiz, de 25 años. Añadió que decidió salir de Venezuela sin pasaporte porque, para mayo de 2018, obtener uno era casi imposible y, además, con su sueldo no podía comprar alimentos para ella y su hijo.
El pasaporte venezolano tiene un costo de $280. “Yo pagué $200 con tarjeta de crédito internacional al Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) y $80 en efectivo en el consulado de Guayaquil. Sin embargo, todavía no me llega”, informó Robert Pérez, un abogado venezolano quien hizo los pagos en enero de este año.
Ecuador reconoció que los venezolanos tenían dificultades para recibir documentos de identidad, al suscribirse a la Declaración de Quito, el 4 de septiembre de 2018. Sin embargo, no fue hasta el 25 de julio de 2019 cuando el Gobierno del presidente Lenin Moreno desarrolló mecanismos para la regularización de venezolanos dentro del país con documentos de viaje vencidos.
Por medio del Decreto presidencial 826 se exoneró de la multa migratoria a los venezolanos en situación irregular que ingresaron a Ecuador antes de la fecha del mandato presidencial; mientras estos adquirieran la llamada Visa de Excepción por Razones Humanitarias, antes del 31 de marzo de 2020. Plazo que fue extendido hasta el próximo 14 de agosto, debido al estado de excepción impuesto para afrontar la pandemia por el Covid-19.
La visa cuesta $50, un precio asequible en comparación con el costo de la visa Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), cuyo precio es de $250. Además, para su obtención la cancillería ecuatoriana acepta pasaportes vencidos hasta 5 años, junto con antecedentes penales venezolanos apostillados y el certificado de la Carta Andina debidamente sellado, para aquellos que ingresaron sin el documento de viaje.
La medida benefició sólo a quienes tienen pasaporte. Aquellos sin el documento están sin posibilidades de regularización migratoria dentro del país, a menos que reciban el estatus de refugiados por el Estado Ecuatoriano.
Migrantes, no refugiados
La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) consideró en mayo de 2019 que la mayoría de quienes dejan Venezuela lo hacen debido a la crisis humanitaria; por lo tanto, deberían ser considerados como refugiados. Además, recomendó a los Estados receptores que se le otorgue esa protección internacional de manera grupal y no individual.
El Gobierno de Ecuador también reconoció la crisis humanitaria en Venezuela como el motor principal para la migración masiva, al firmar la Declaración de Quito, y lo reafirmó con el Decreto 826. Sin embargo, a los venezolanos no se los considera refugiados, sino migrantes en una situación especial.
De acuerdo al artículo 98 de la Ley Orgánica de Movilidad Humana, una persona es considerada refugiada cuando realiza en Ecuador una solicitud de protección, ya que en su país de origen su seguridad y su vida corre peligro, sea por persecución contra una comunidad en específica o por incapacidad del Estado para garantizar los derechos humanos.
La legislación ecuatoriana plantea que, para recibir la protección internacional se requiere el reconocimiento individual y no por grupo, como lo recomendó Acnur. Es decir, en Ecuador un venezolano es un migrante hasta demostrar lo contrario, por lo que si no cuenta con los requisitos para la visa no podrá regularizar su situación.
Hasta marzo de 2020 alrededor de 140.000 venezolanos tenían una visa o habían solicitado una. De esa cantidad, 25.000 obtuvieron la visa humanitaria, de acuerdo a las cifras expuestas por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana. Los otros 165.000 venezolanos que se estima están dentro del país, para ese mes no habían gestionado el permiso de permanencia.
“No existe mecanismos del Estado para aquellos que no puedan recibir la visa humanitaria y deban pagar la multas que equivale a mucho dinero”, declaró Andreu Castro, presidente de la Fundación Mueve, organización que apoya a venezolanos en Guayaquil.
Castro señaló que la mayoría de los que se quedarán en la irregularidad no cuentan con el pasaporte, “aunque también hay quienes entraron al país y lo tenían vencido o lo obtuvieron posteriormente a su llegada”, informó.
Sobre estas personas el activista indicó que su situación se complicó cuando salieron del país por diferentes motivos y regresaron después del 25 de julio de 2019. De acuerdo al Decreto 826, los venezolanos que ingresaran luego de esa fecha, no califican para recibir la visa humanitaria dentro de Ecuador.
“Quien esté en esa situación tendría que hacer una solicitud de la cita para la visa, como si estuviera en Lima o Bogotá, donde quedan los únicos consulados ecuatorianos autorizados para emitir el documento humanitario”, explicó.
Castro detalló que esa opción es solo para quienes tienen el pasaporte vigente. Aquellos con el documento de viaje vencido no pueden tramitar la visa por los consulados. “Solo dentro de Ecuador se aceptan pasaporte sin vigencia”, destacó el activista.
“Soy un fantasma en Ecuador”
Leonardo Vera ingresó a Ecuador en febrero de 2019, luego de recorrer a pie las carreteras de Colombia y Ecuador hasta llegar a Guayaquil. Tenía pasaporte. Vencido, pero lo tenía. Para esa fecha Ecuador no reconocía los documentos de identidad que no estuvieran vigentes, por lo que recibió la Carta Andina.
Vera ahorró dinero para pagar por la prórroga a su pasaporte, que es una etiqueta emitida por el Estado venezolano, para extender la vigencia del documento de viaje. Sin embargo, durante 2018 y 2019 a los consulados venezolanos en Ecuador no llegaban pasaportes ni prórrogas. “Preferí esperar, para no perder el dinero”, dijo el joven de 30 años. Ya cuando se acercaba el día 180 de su estadía decidió viajar a Tumbes, población fronteriza con Perú a 474 Km de Guayaquil, para registrar su salida del país y así evitar ser multado. Sin embargo, no pudo hacerlo. “Había perdido mi cédula unos días antes, solo tenía la copia de una vencida y no me la aceptaron”, contó Vera.
Regresó a Guayaquil resignado, pero recibió la llamada de su primo. “Me dijo que había encontrado la cédula en el camión en el que trabajaba”. Al recuperarla volvió a viajar a la frontera. Vera llegó al puesto fronterizo el día 181. “Estaba multado”.
Cruzó la frontera y solicitó refugió en Perú. Se le concedieron. Unos días después decidió regresar a Ecuador, era en ese país donde tenía trabajo. Tomó un taxi y cruzó la frontera sin pasar por migración. “Allí uno cruzaba en unos de esos carros que tenían una placa especial. Nadie decía nada”, señaló el joven.
Uno días después de regresar anunciaron la implementación de la visa humanitaria y la exoneración de la multa, “Me esperancé”, confesó. Creyó que se beneficiaría con la medida, hasta que fue a la cita para el censo de venezolanos ordenado por el Gobierno de Ecuador, donde le informaron que no era apto para recibir el permiso de residencia, porque en el sistema aparecía su salida del país y no su regreso.
“Soy un fantasma en Ecuador. No existo para el Estado, es como si no estuviera aquí”. Para regularizarse Vera espera conseguir quien le preste una tarjeta de crédito para pagar la prórroga de su pasaporte.
Si no lo consigue, no podrá obtener la visa ni en Bogotá ni en Lima y permanecerá en la irregularidad. “Ya voy para los dos años y no avanzo. ¡Soy un ilegal! Necesito esa prórroga”.
Pero, según el artículo 40 de la Constitución de Ecuador: ”No se identificará ni se considerará a ningún ser humano como ilegal por su condición migratoria”. Y es por esa razón que se les llama a los venezolanos sin visa como “extranjero en situación irregular”; escenario que se mantiene hasta que no existan otras condiciones para quienes no cuentan con una residencia legal en Ecuador.
El director de Migración Colombia, Juan Carlos Espinosa, informó que 95.000 venezolanos han retornado a su país en medio de la pandemia por la COVID-19. La cifra aumenta en 15.000 los retornados reportados en el mes de de junio, cuando sumaban cerca de 80.000 venezolanos. Espinosa también informó que 42.000 venezolanos en Colombia han dicho que quieren volver a Venezuela de forma voluntaria.
La información la dio a conocer Espinosa en una rueda de prensa virtual celebrada este martes 4 de agosto. El director de Migración Colombia también recordó que en el país todavía permanecen cerca de 1.700.000 venezolanos y que el ente permanece trabajando para garantizar el traslado de los criollos hasta la zona fronteriza.
Miles manifiestan su deseo de volver a Venezuela
Juan Carlos Espinosa informó que, de los 42.000 venezolanos que han expresado su deseo de volver a su país, 18.000 se encuentran en Bogotá. El director de Migración Colombia agregó que otra gran parte de estos ciudadanos venezolanos se encuentra en Medellín y en Cali. Sin embargo, Espinosa aseveró que «no es momento para movilizaciones».
No obstante, el director de Migración Colombia explicó que, para la fecha, 95.000 venezolanos han abandonado Colombia para volver a Venezuela y se han empleado, al menos, 1.200 autobuses dispuestos por autoridades colombianas. Espinosa agregó que se mantienen trabajando para garantizar el retorno seguro de los venezolanos y aseguró que «las restricciones impuestas por Nicolás Maduro redujeron la recepción un 80%».
Sobre el sistema biométrico
Espinosa también habló sobre el sistema de identificación biométrica para venezolanos. Dicho sistema será aplicado para identificar a los venezolanos que estén en Colombia y a los que quieran llegar a la nación.
«Esto es un mecanismo de identificación que permitirá vincular las características personales intransferibles a una identidad. Es un documento mucho más robusto. La pre-carga de información se dará solo a través de dispositivos móviles y sera antes de que finalice el año», explicó Espinosa.
El director de Migración Colombia también anunció que 64.000 venezolanos han renovado el PEP-Ramv y recordó que el total de personas que estaban habilitadas para dicha renovación es de 281.000 venezolanos. Las personas que deseen renovar este permiso tienen oportunidad de hacerlo hasta el 14 de agosto.
La situación de la población warao en el norte de Brasil empeora con el avance de la pandemia de la COVID-19. Un reportaje de tres capítulos publicado por Efecto Cocuyo demuestra que miembros venezolanos de esta etnia indígena se han movilizado hacia el norte de Brasil. También se informa que, desde el inicio de la pandemia, nueve personas han muerto por la enfermedad que aqueja al mundo entero.
La cifra fue registrada por Acnur. Seis warao murieron en el estado de Pará, uno en Roraima, uno en Amazonas y uno en Pernambuco. La mayoría eran adultos mayores, pero también se registran muertes de niños y niñas. El reportaje, que forma parte del Programa Lupa, fue publicado por el medio venezolano el pasado 31 de julio. El trabajo tiene como eje el éxodo de los indígenas venezolanos que se ven obligados a trasladarse a Brasil buscando mejores condiciones de vida y respeto. En total, son 5020 indígenas venezolanos registrados en Brasil. De ellos, 66% pertenece a la etnia warao, mientras 30% es pemón. Los kariña ocupan 1% y los E´ñepá 3%.
El éxodo warao en tres claves:
¿Cómo viven los warao en los albergues brasilero en el contexto de la pandemia?
El texto inicia con la historia de Fidel Torres, un hombre de 64 años que padeció de una fuerte y sostenida fiebre. Este es uno de los síntomas de la COVID-19. Fidel vive en Ka Ubanoco (“nuestro dormitorio” en warao), un albergue improvisado donde viven al menos 850 personas. Ka Ubanoco está en la construcción abandonada de un club para los policías de Boa Vista, capital del estado Roraima. Tras varios días de espera y falta de atención por las autoridades brasileras, se le practicó la prueba PCR a Fidel y se confirmó que era positivo para COVID-19, así como su esposa, aunque ella no presentaba síntomas.
La hija de Fidel, Leanny, es vice cacica de Ka Ubanoco, y acompañó a su padre durante este proceso. Aunque Fidel y su esposa sobrevivieron, los warao, al conocer por lo que había pasado Fidel, decidieron autoimponerse un aislamiento en Ka Ubanoco y aguantar cualquier enfermedad. Mientras tanto, Brasil se afianza como epicentro de la pandemia. Los indígeneas apenas cuentan con un lote de tapabocas donados por Cáritas y por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) donde Leanny trabaja como voluntaria.
Leanny calcula que al menos 89 personas han presentado síntomas de COVID-19 en Ka Ubanoco, pero ninguno se sometió a las pruebas de despistaje. En el reportaje se explica que, según Acnur, la neumonía es la principal causa de muerte (24%) entre los indígenas que venezolanos que se movilizan a Brasil. La COVID-19 representa el 11% de muertes de estas comunidades y la tuberculosis 8%.
La situación que se vive en Ka Ubanoco es apenas una de las que se muestran en el reportaje publicado por el medio venezolano.
¿Cómo viven los warao en Delta Amacuro en el contexto de la pandemia?
El segundo capítulo del reportaje publicado en Efecto Cocuyo evidencia cómo vive la población warao en Delta Amacuro (Venezuela). También se muestran las razones que llevan a estar personas movilizarse hacia Brasil, una “travesía de más de 500 kilómetros”.
En el reportaje se explica que la emigración warao comenzó hace 55 años debido a políticas de control hidrográfico y por el avance de epidemias como el cólera, la malaria y el sarampión. En 2020, Acnur informó que 3.300 warao están registrados en Brasil. Este grupo de personas abandonó Delta Amacuro, donde se concentra la mayor cantidad de warao en Venezuela.
Desde el 17 de marzo se vive una cuarentena en todo el territorio venezolano. Esta ha impactado particularmente en el pueblo warao de Delta Amacuro. Hay restricciones en el comercio y el transporte de alimentos. Los indígenas beben agua contaminada pues sus ríos y caños se ven afectados por el Arco Minero del Orinoco, un polémico proyecto impulsado y apoyado por el gobierno de Nicolás Maduro.
El éxodo warao no se detiene
La contaminación de las aguas también impactó en la actividad pesquera, fuente principal de proteínas del pueblo warao en Delta Amacuro. Estas condiciones, aunadas a la falta de personal de salud y de equipos médicos necesarios para tratar a las personas, han hecho que el éxodo crezca.
A pesar de las restricciones de movilidad impuestas por el gobierno nacional, la migración de los warao no se detiene. En el reportaje se cita al procurador del estado de Paraíba, José Godoy, quien precisó que antes de la pandemia eran 70 los warao registrados en el lugar y para el tres de julio ya eran 300 los warao registrados en Paraíba.
El abandono por parte del gobierno venezolano también ha fomentado la partida de los indígenas. En el reportaje se explica que en las notas de prensa publicadas en el sitio web donde las autoridades venezolanas informan sobre la pandemia, no aparecen “ni una vez, las palabras indígena, warao, o alguna otra que sugiera políticas públicas diferenciadas para prevenir la COVID-19 en los 55 pueblos indígenas de Venezuela”.
¿Cómo es para un venezolano vivir -dentro y fuera del país- sin pasaporte? La emisión de este documento suele ser una cuestión rutinaria en muchos países. Sin embargo, en Venezuela, desde 2016 es una misión llena de obstáculos.
Las quejas se repiten: van desde retrasos injustificados a pagos de miles de dólares para poder “agilizar” el trámite.
En la actualidad, el costo del documento también representa un golpe al bolsillo de los venezolanos dentro y fuera del país. La emisión de un nuevo pasaporte cuesta casi 200 dólares. Mientras tanto, la prórroga del documento asciende a los 100 dólares.
Pagar este dinero no garantiza que el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) emita este documento. Por ello, miles de venezolanos que se encuentran sin el pasaporte organizaron bajo el hashtag #VenezuelanWithoutPassport. Buscan llamar la atención de la situación que viven respecto a su documentación.
Pasaporte vencido dentro y fuera de Venezuela
El pasaporte de Anthony se venció en abril de este año. Desde enero buscó tramitar la prórroga del mismo, pues pagar un pasaporte nuevo era muy caro para él. Anthony cuenta que realizó el trámite a través de Internet y que ni siquiera tuvo que ir hasta el Consulado venezolano en Argentina.
No obstante, el pago del trámite eran cien dólares, nada más para la emisión del documento. El pago tenía que hacerse por tarjeta de crédito. Luego, cuando el pasaporte llegara a Argentina, Anthony tendría que pagar 80 dólares más para la impresión de la prórroga en su pasaporte vencido.
Anthony comenta que, según experiencias de otras personas, las prórrogas se tardaban un promedio de tres meses en llegar a Argentina, por lo que, según sus cálculos, tendría el documento vigente a más tardar para abril del año en curso.
Sin embargo, llegó abril y Anthony no recibió el documento. Pasó abril, mayo, junio y julio, y todavía el venezolano residente en Argentina no tiene la prórroga en su pasaporte. Mientras tanto, en la página del Saime le notificaron que la misma ya estaba impresa.
“Mi preocupación es que esté impresa la prórroga con fecha y que esté corriendo el tiempo de vigencia. Es muy probable que cuando me llegue, ya le falte muy poco tiempo para vencerse”, contó Anthony a Venezuela Migrante. El venezolano agregó que mantiene la esperanza de una eventual reimpresión de la prórroga, pues los viajes están paralizados debido a la pandemia por la COVID-19.
¿Pasaporte nuevo o prórroga? Una cuestión de dinero y tiempo
El pasaporte venezolano tiene una duración de cinco años. Desde finales de 2016 es posible emitir una prórroga que alarga la vida del pasaporte por dos años más desde la fecha de impresión de la extensión. Esta medida se tomó, en principio, porque el Saime no fue capaz de imprimir más de 300.000 pasaportes en 2016 y se quedó en deuda con 1.5 millones de venezolanos que solicitaron el documento ese año.
Aunque la posibilidad de la prórroga puede parecer útil, realmente es un paliativo ante la poca capacidad de impresión y emisión de nuevos pasaportes por parte del ente venezolano. Ante esto, los canales irregulares se volvieron más comunes entre las personas que buscaban un pasaporte para poder emigrar de Venezuela o, simplemente, para contar con su documento de identidad.
El pasaporte nuevo puede costar hasta 3.000 dólares por las vías irregulares y su emisión podría tardar apenas dos semanas. Sin embargo, pagar esa cantidad de dinero solo está al alcance de unos pocos venezolanos. Por ello, la opción de la prórroga se volvió la más común. El pago del pasaporte nuevo equivale a 200 dólares por vías regulares, mientras que la prórroga cuesta 100 dólares. Esto ocurre en un país donde el salario mínimo no llega a 4 dólares por mes.
Con ganas de estudiar, pero sin pasaporte
Bella Aboulafia vive en España desde 2019. En Venezuela estudió comunicación social en la Universidad Católica Santa Rosa. Bella se graduó en 2018 y al año siguiente ya estaba emprendiendo camino a Europa. Ya cumple un año en el país ibérico y su pasaporte vence en abril de 2021. Aunque todavía su documento tiene vigencia, Bella no puede optar a distintas convocatorias estudiantiles pues las mismas inician en enero y exigen, al menos, seis meses de vigencia en el pasaporte.
“El pasaporte venezolano cuesta 200 dólares. Me parece absurdo porque eso no cuesta ningún documento en Europa”, comenta Bella desde España. La madre de Bella tiene el pasaporte vencido y por ello no puede ir a España para visitar a su hija.
Aboulafia asegura sentirse desinformada sobre qué hacer respecto a su pasaporte venezolano. Además, explica que no tienen los recursos necesarios para poder pagar la emisión de un nuevo documento.
“Sacar el pasaporte en el Consulado de España es el mismo caos. Es como si volvieras a Venezuela. La misma mala atención, la misma desinformación. Todos estamos desasistidos”, afirma Bella.
Mientras tanto, José Landaeta vive en Venezuela y tiene esperanzas de emigrar, pero su pasaporte está vencido. Landaeta es egresado de la Universidad Central de Venezuela y se ha preparado durante sus años en Venezuela para optar a becas en algún país y así poder profundizar sus estudios.
Asegura sentirse “retenido” en el país pues no ha logrado tramitar la prórroga que extiende la vida útil de su pasaporte por dos años. Landaeta esperaba solicitar este documento en 2020, pues los concursos para las becas que busca abren a finales de año, pero no ha logrado respuesta del Saime que pone como excusa la coyuntura de la pandemia por COVID-19.
Organizados para exigir respuestas
Carolina Jiménez, Directora de Investigación para las Américas de Amnistía Internacional (AI), afirma que son pocas las opciones para los venezolanos en el exterior que no tienen pasaporte.
“Nuestra recomendación es al Estado. Más que una recomendación es una exigencia. Porque la emisión de un documento de identidad es una obligación de todos los gobiernos para con sus ciudadanos. Es una obligación en la que reiteradamente falla el gobierno venezolano”, declaró Jiménez a Venezuela Migrante.
La Directora de Investigación para las Américas de AI sostiene que el sistema venezolano es ineficiente y que las personas que solicitan un pasaporte en el exterior pueden pasar más de un año a la espera del documento.
Jiménez resalta que “un documento de identidad tiene que tener precios accesibles”, cosa que no ocurre en Venezuela.
Al mismo tiempo, venezolanos en el mundo se han unido en una novel ONG llamada Save my Identity que busca alzar la voz de los criollos que no cuentan con pasaporte o que tienen el documento próximo a expirar. La ONG emitió una petición que para el sábado 1 de agosto ya suma más de 25.000 firmas.
En la petición se exige al Saime que reforme y corrija el sistema de identificación. También se solicita que se agilice el trámite para el pasaporte, entre otras peticiones. El documento también emite una serie de demandas a la Asamblea Nacional venezolana, organismo con el que sostuvo una reunión el miércoles 29 de julio. Específicamente con el diputado Armando Armas, presidente de la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e Integración.
La carta también tiene una serie de demandas a la Acnur, la OEA, el Parlamento Europeo y a la comunidad internacional en general.
Una de las exigencias en el ámbito internacional es que se “regularice a venezolanos que se encuentren en situación irregular y/o que hayan caído en esa categoría por el vencimiento de sus pasaportes nacionales”, así como “acepte pasaportes expirados de venezolanos legalmente residenciados en sus respectivos países, cuando la Embajada o Consulado de Venezuela omita colocar sello húmedo de prórroga”, entre otras.
La red de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires es un entramado de ruidosos túneles zigzagueantes donde convergen personas de todo tipo culturas, clase social y nacionalidades. En los últimos cuatro años se ha convertido en el escenario para escuchar, de primera fila, un atisbo del talento musical de algunos integrantes de la diáspora venezolana en Argentina.
En los 63 kilómetros que componen al Subte de Buenos Aires conviven un sinfín de sonidos que se renuevan diariamente sin descanso: los murmullos de las frenéticas conversaciones; el sutil ruido de quienes se pierden ensimismados con la música de sus auriculares; el zapateo ajetreado de los ciudadanos que quieren llegar lo más pronto posible a su destino; el eco metálico de los rieles por los que transitan las enormes serpientes mecánicas de transporte; y las voces robóticas de los parlantes que dan avisos esporádicos sobre el estado del sistema.
Para Omar Zambrano, un maracucho que migró a Buenos Aires en 2016, todo este ecosistema acústico ya le era familiar. Pero un día escuchó un ritmo clásico profesional que captó rápidamente su atención, en medio de todo el bullicio rutinario.
“No era un sonido tradicional del subte”, recuerda Omar, quien iba camino a buscar trabajo.
Aunque estaba dentro del vagón del metro, se devolvió a la estación. La duda de saber quién tocaba aquella potente melodía lo motivó. Siguió entre la multitud la ruta musical que lo guiaba hacia esa tonada tan familiar.
Quedó anonadado.
El autor del sonido que lo cautivó era un joven migrante venezolano, como él, que amaba la música. Nunca imaginó encontrarse, en alguna de las 90 estaciones del Subte de Buenos Aires, a un especialista de corno francés que se atreviera musicalizar la efímera estadía de los transeúntes del metro porteño. Además, estaba acompañado por otros dos colegas: uno tocaba la caja española y otro una guitarra.
Se quedó parado frente al trío para disfrutar de cerca del espectáculo sonoro de la pieza que tocaban los músicos venezolanos. Cuando terminaron, se animó a hablar con ellos.
—¿Venezolano?— disparó rápidamente Omar Zambrano al dueño del cuerno.
—Obvio— respondió Eduardo Cortés.
—¿De qué parte?—increpó Zambrano.
—De la Guaira— respondió el varguense.
—No les quiero quitar mucho tiempo porque sé que están tocando, ¿me pueden dar un número para hablar mejor sobre qué podemos hacer?— soltó el maracucho.
—¡Claro, no hay problema!— respondieron los integrantes del trío.
Y así, entre los sonidos tradicionales del subte de Buenos Aires y el ritmo disruptivo del corno francés, empezó a bailar dentro de la mente de Omar Zambrano la idea de crear una orquesta de músicos venezolanos en Argentina.
“En ese momento estaba extraviado. No sabía qué demonios iba a hacer en Argentina. No tenía muy en claro cuál era mi objetivo. Pero cuando escuché ese corno y recordé que en Buenos Aires había visto muchos músicos venezolanos, se me ocurrió que podía agruparlos a todos en una orquesta de venezolanos en Argentina”, recuerda Omar.
Una orquesta de migrantes venezolanos, inicialmente
Omar Zambrano se había trazado el objetivo de comenzar una orquesta en la que se aprovechara el talento de los músicos venezolanos que estaban dispersos por la capital bonaerense. El maracucho combinó toda su experiencia para impulsar la iniciativa de la orquesta de Latin Vox Machine.
“Ese día fue muy emotivo. Hubo reencuentros, personas que se conocían entre sí y no sabían que estaban en Argentina. Hablé con todos por whatsapp y les envié previamente la pieza que íbamos a tocar en conjunto en el primer ensayo. Antes de tocar El Choclo y Oberon, les recordé que somos privilegiados de estar juntos, de reunirnos, que la música nos une. Mis palabras se orientaron a decirles que podemos ser ejemplo de buenos músicos, buenos ciudadanos y buenos migrantes”, comparte Zambrano.
Desde entonces Latin Vox Machine inició su trabajo cultural en Argentina. La idea original de Omar era una agrupación que se juntara esporádicamente a ensayar, pero los mismos integrantes lo empujaron a organizar toda la estructura de la orquesta para transformarla en una institución rigurosa, solemne y con bases sólidas.
Tres años después, Latin Vox Machine creció y se posicionó como una orquesta de alto nivel referencial en Argentina. Omar Zambrano funge actualmente como fundador y director ejecutivo de la organización que agrupa a 150 músicos.
Además, las filas de la Orquesta están compuestas por otras nacionalidades. Hay músicos colombianos, sirios, argentinos, uruguayos, bolivianos y peruanos. De acuerdo con su registro, 70% de sus músicos y cantantes son venezolanos mientras que el 30% restantes son artistas de otras nacionalidades.
“Yase instauró la idea de que el migrante venezolano es profesional y tiene muchas ganas de trabajar, Latin Vox Machine encontró un importante nicho que visibilizó de manera muy positiva a los músicos venezolanos (…) uno de los valores principales que promueve el proyecto Latin Vox Machine es la integración, la unidad y solidaridad, entre personas de diferentes razas, culturas o naciones, a través de la música”, enfatiza el director ejecutivo de la organización.
Arte audiovisual, el catalizador musical
Omar Zambrano confiesa que el equipo de producción es “la segunda” orquesta de Latin Vox Machine. A su juicio, fusionar la academia de la música con el rigor de un equipo de producción y la sazón de una dirección artística fue clave para visibilizar en Argentina a la agrupación.
Ella también es maracucha y trabajó en Venezuela como realizadora audiovisual. Migró porque estaba cansada de la crisis política, económica y social del país. Una realidad que la agobiada diariamente desde “tres puntos visuales” que distinguía a través de la ventana de su apartamento en Caracas:
El mercado portugués en el que constantemente había riñas en la fila de quienes esperaban comprar alimentos y que estaba militarizado en ocasiones para mantener el orden.
La autopista Francisco Fajardo, el escenario en donde civiles y militares protagonizaron entre 2017 y 2018 violentos enfrentamientos como parte de la pugna política y social de Venezuela.
Una acera que comenzó como un pequeño basurero y terminó como un relleno sanitario que ocupó toda la calle. Lugar que concentró grupos de personas buscando comida, ropa y muebles rotos para llevarse en “precarias carretas”.
Junto con Omar, Daniela planificó cómo aprovechar el bagaje y la calidad de la mayoría de los músicos migrantes que se habían formado en El Sistema de Orquesta Venezolano, que fundó el economista y músico José Antonio Abreu en 1975.
Tres años después de esa iniciativa, la maracucha se concentra en cómo elevar el nivel artístico y la producción audiovisual con la academia musical. Para ella, Latin Vox Machine, más que una agrupación, es una familia que brinda educación, contención emocional y funciona como un lugar de encuentro multicultural.
“En Venezuela yo hacía películas y tenía una mínima participación en la música. Aquí mi rol es ir mucho más allá y romper con los paradigmas para convertir esa obra musical en un espectáculo multisensorial, en una experiencia que te marque en cada sentido y he tenido la oportunidad de hacerlo, de lograrlo acá”, comparte.
La diferencia de Latin Vox Machine, como orquesta, se encuentra en la integración artística, cultural y conceptual que le imprime Daniela Hinestroza, y el resto del equipo, a las presentaciones de la agrupación.
Además, el aprovechamiento de las redes sociales y plataformas de video como Youtube, los han ayudado a crear espectáculos que flexibilizan la música académica para que sean accesibles a todo tipo de público.
El talento y la puesta en escena de Latin Vox Machine es reconocido por los argentinos como un producto musical de calidad. Sus méritos los han llevado a realizar conciertos y espectáculos con organizaciones internacionales y en los principales teatros de Buenos Aires.
“Hemos podido mostrar que una migración organizada de artistas es posible; que el venezolano tiene buenos valores, que es una persona de bien y exigente, en lo personal y lo profesional; que se puede lograr algo bueno dentro de toda esta situación, que se vive con la migración y el desarraigo y la situación mundial en general”, reflexiona Hinetroza.
Omar y Daniela coinciden en que el público argentino reconoce el talento, la formación académica y el esfuerzo de los músicos migrantes venezolanos que se han establecido en suelo austral. Zambrano celebra que la mayoría del público que los sigue en redes sociales son argentinos.
Asimismo, el fundador de la orquesta destaca que en cada uno de los repertorios incluyen piezas argentinas porque no compiten con la música de ese país. Para Latin Vox Machine, su trabajo cultural es complementar la música del país que los recibe.
El “Che” Gaitero
¿Imaginas a un argentino cantando gaitas zulianas?
Hace 10 años pudiera ser inverosímil responder afirmativamente a esta pregunta. Pero con la oleada migratoria de los venezolanos de los últimos 4 años en el continente americano, la transformación cultural ha llegado a un punto en el que, poco a poco, los argentinos conocen e interpretan canciones de zonas tan específicas de Venezuela como el estado Zulia.
Juan Diego Arcuri es “El Che Gaitero” de Latin Vox Machine.
Él es porteño, tiene 24 años y próximamente se graduará de Licenciado en Música. La migración la conoce de cerca porque su familia es descendiente de italianos y austriacos que llegaron a Buenos Aires hace más de 30 años.
Cuando Todo Noticias estrenó el documental Tocar para Vivir, Juan Diego fue uno los televidentes que seguía la historia de Latin vox Machine que se transmitía en uno de los canales de noticias más importantes de Argentina.
Él conocía el talento de los músicos venezolanos por las referencias de El Sistema que fundó el Maestro Abreu: “Los conservatorios de acá en algún punto se inspiraron de ese sistema. Los conservatorios son estatales, algunos municipales y otros nacionales, pero la vocación pública nacional se inspiró en la mayoría de El Sistema de Orquesta venezolano”.
Arcuri quiso saber más de la agrupación y los buscó en Instagram. Ahí se topó con una publicación en la que invitaban a cualquier tipo de cantante a que enviaran su audición, sin importar la nacionalidad. “Lo tomé como una señal. Dije: este es mi momento, yo quiero formar parte de esto”, recuerda.
Al equipo de Latin Vox le gustó el material que envió el argentino y lo aceptaron. Esto suponía un enorme reto para él, que lo tomó con gusto.
“Entré con una imagen de músicos que venían en calidad de buscar una realidad mejor, condiciones de vida mejores, pero también que quieren aportar y dar lo suyo. A dar lo que traían consigo no me refiero solo a los instrumentos, sino dar su historia, a su cultura, a sus conocimientos”, comparte.
Su ingreso en la orquesta coincidió con la preparación de la temporada de shows navideños. Como era de esperar, el repertorio que estaban preparando para los espectáculos de esa época festiva incluía gaitas. Así se honraba la tradición musical zuliana.
Arcuri también tuvo que audicionar internamente para participar como cantante. De las canciones que podía trabajar escogió “Sin rencor”, la gaita compuesta por el cantante Abdenágo de Jesús Borjas Urdaneta, mejor conocido como “Neguito” Borjas.
Daniel Arcuri cantando gaitas durante el concierto Navidad sin Fronteras de Latin Vox Machine
Al principio él pensaba que era una melodía triste, pero luego, gracias a la ayuda de una amiga venezolana entendió el sentimiento de esa gaita.
“Pensé que era algo triste. Dije en ese momento: ¡qué raro que sea como triste! Pero ella me comento que no, que es algo que no pudo ser y quedó el mejor recuerdo. Allí le di una vuelta de tuerca. Cuando empecé a cantar la parte de ¡Le doy gracias al señor! y la empecé con una sonrisa, pensando que se la estaba cantando a un amor que quedó en la amistad, a mi familia o al público, fue que pude conectar con el estilo de la gaita”, menciona entre risas el cantante argentino.
El debut de Juan Diego Arcuri como cantante de gaitas fue la noche del 5 de diciembre en el concierto “Sonidos de Paz”, un evento que contó con el apoyo de ACNUR en el pequeño auditorio del Centro Cultural Kirchner.
Le doy gracias al señor por haberte conocido
pues los años que vivimos fueron de dicha y amor
pero una sombra cubrió
nuestro amor y en un momento
ese bello sentimiento
además de sufrimientos desilusión me dejó…
Parado frente al público interpretó las estrofas y el estribillo de Sin rencor. Lo hizo con respeto porque estaba cantando una pieza musical de una cultura que no era la suya, pero que la abrazaba como propia. En cada palabra que recitaba le imprimió lo que entendía de las gaitas: “una llama, un mensaje cálido, la calidez del hogar, de la amistad, de estar reunido, que es lo único que se espera en las fiestas navideñas”.
“El Che Gaitero” confiesa que entendió rápidamente que a los músicos venezolanos “jamás se les podría subestimar” ni por sus conocimientos ni por su talento musical innato. Reconoce que un punto de quiebre para él fue cuando vio a los percusionistas de la orquesta tocar ritmos latinos como el merengue.
“Me voló la cabeza, decimos acá a en Argentina, porque no podía entender cómo las muñecas, las manos, las caderas se movían tan rápido y encima con ritmos”, afirma sonriendo.
Música, un lenguaje sin fronteras
Uno de los grandes retos de Latin Vox Machine es encontrar formas que sustenten económicamente su labor. Actualmente, Latin Vox Machine no cuenta con ningún tipo de financiamiento público ni privado.
Omar Zambrano afirma que este año lograron registrar formalmente el proyecto como una Asociación Civil, lo que facilita su personalidad jurídica en territorio argentino. Con este paso, preparan el terreno para transformar e incorporar nuevos elementos la orquesta con el lanzamiento de la academia online: Latin Vox Academy, que contará con el apoyo de OIM y Acnur.
“Tiene como propósito, el poder brindarle estabilidad y bases sólidas a gran parte de nuestros músicos, convirtiéndose en una fuente de ingreso sustentable para los músicos, haciendo lo mejor que saben hacer: música”, asevera Zambrano.
Con la aceptación que ha tenido Latin Vox Machine en Argentina, el siguiente paso de la orquesta es continuar brindando apoyo a los músicos venezolanos migrantes que llegan al suelo austral, así como mantener y fomentar la excelencia que los caracteriza. Daniela Hinestroza resume el propósito en una frase: “Queremos ganar dinero con nuestros sueños, siendo artistas”.
Tres años después del encuentro fortuito de Omar con el corno francés en el subte de Buenos Aires, el sonido que ahora persigue es el de los aplausos del público que escucha a Latin Vox Machine. Para él, ese reconocimiento es la transformación de todo el arduo trabajo que significó la creación de la orquesta profesional, en una tierra lejos de Venezuela.
Si eres un migrante venezolano (especialmente), en estos canales de YouTube puedes conseguir información importante sobre tu vida fuera de Venezuela. Cada canal tiene información diferente, enfocada en distintos países y actividades, pero todos útiles para venezolanos que vivimos en el extranjero.
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Haciendo mercado en el Mercado Central de Buenos Aires.
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Alquilar un piso en España. Tips para no morir en el intento.
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Pana ¿dónde estás? es un canal que cuenta la experiencia de venezolanos viviendo en distintas ciudades del mundo. En su video principal se describen así: «Venezuela ha tenido una importante migración de sus habitantes hacia todas partes del mundo, el programa » Pana ¿ Dónde estás ? » Quiere encontrarlos para saber como les va, que están haciendo, si extrañan Venezuela y si algún día piensan volver.»
Incluir a la población migrante venezolana como eje tras la pandemia. Así lo veFelipe Muñoz, actual gerente de Frontera del Gobierno colombiano y próximo jefe la Unidad Internacional de Migración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Muñoz adelantó que existe un “plan especial” para integrar a los venezolanos que decidieron quedarse en Colombia durante la pandemia. Dicho plan contiene seis medidas. Una de ellas es garantizar el acceso a la salud por temas relacionados a la COVID-19. Otra de las medidas es «trabajar con las agencias de cooperación para convertir casi todos los programas que teníamos de atención en transferencias monetarias», es decir, en dinero para ayudarles a pagar rentas y comida.
Muñoz asumirá en su cargo en el BID en agosto. En su opinión, hay que avanzar en una dirección para regularizar a los venezolanos que se encuentren en otros países. Muñoz también destacó que, para que esto funcione, será vital la participación del sector privado en el proceso.
Fortalecer la economía de migrantes venezolanos
En declaraciones para la agencia Efe, Felipe Muñoz expresó sus ideas sobre la población migrante venezolana y cómo ayudarlos tras la pandemia de COVID-19. El colombiano aseguró que hay que “regularizar, convalidar los títulos, certificar sus competencias y lograr que puedan desarrollar alguna actividad, incluso algunos como emprendedores”.
Para Muñoz, incluir a los venezolanos como fuerza productiva será un elemento fundamental tras la pandemia. Esto permitirá ayudar a los venezolanos que se encuentran en Colombia.
“Esa es la clave que en muchos países ha funcionado como ejercicio y la que tenemos que fortalecer en la época de pospandemia”, afirmó Muñoz a Efe. El también economista, sostuvo que Colombia avanza en este proceso de regularizar a los venezolanos. Sin embargo, considera fundamental que el sector privado participe más en la inclusión económica de la población venezolana en Colombia, que se acerca a 1.8 millones de personas.
“Necesitamos que se involucre más el sector privado en este proceso, que entienda que hay beneficios de una mano de obra capacitada. Más del 20% de los inmigrantes venezolanos en Colombia tienen título de educación superior, técnico e incluso doctorado o maestría”, explicó Muñoz.
El exfuncionario colombiano también fue tajante respecto al movimiento migratorio venezolano en Colombia y su relación con la pandemia de COVID-19. Muñoz explicó que, si bien es cierto existe un retorno de miles de venezolanos, todavía en Colombia permanece el 96% de los criollos. Además, resaltó que esta población seguirá en Colombia “por largo tiempo”.
«Esa es la primera claridad que hay que hacer para que la gente no tenga la falsa expectativa de que la migración terminó porque unos pocos se han devuelto», aseguro Muñoz.
Plan para atender a venezolanos en Colombia
Felipe Muñoz también aseguró que estableció un programa “de más de 200.000 mercados para más de un millón de personas vulnerables en 71 municipios de Colombia que ya se entregaron”, agregó que el foco de esta iniciativa es cuatro localidades donde la situación de los venezolanos no son las mejores.
El economista colombiano, que asumirá su cargo en el BID en el mes de agosto, también emitió un mensaje de empatía hacia los migrantes venezolanos. Además, pidió que, al buscar ayuda, acudan a las organizaciones de venezolanos que hay en Colombia, a las instituciones oficiales o a las agencias de cooperación.